La soja de las trasnacionales y los pequeños productores

Mientras la televisión hace posible la política instantánea, en donde sin que haya tiempo para la reflexión las repercusiones de un discurso son instantáneas, la complejidad de la problemática comienza a ser abordada por agrupaciones socioambientales. En general, existe una fuerte crítica al modelo sojero, y se señala además que el gobierno se mantiene favorable a las grandes corporaciones exportadoras.

"Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero", así de contundente fue el presidente de la Fundación para la defensa del Ambiente (FUNAM), Raúl Montenegro, en su artículo "los rehenes de Monsanto". Para el Grupo de Reflexión Rural (GRR) , "cualquier política tributaria que se establezca, en los marcos del actual modelo de agro exportación y de producción de commodities, no hace sino fortalecer la tendencia a mayores cultivos industriales, a la vez que añadir riquezas a los que más tienen, los pooles y las Corporaciones".

La Fundación Proteger realizó una fuerte crítica del modelo sojero, al tiempo que realizó una interesante recopilación de artículos de especialistas sobre la temática. Esta ONG, que recordó el vinculo de este monocultivo con la deforestación, manifestó también que "en la región sojera, la agricultura familiar y los pequeños productores prácticamente han desaparecido, mientras continúa la migración rural hacia los asentamientos carenciados de las grandes ciudades", por lo que se trata de un tipo de agricultura que genera pobreza.


¿Retenciones? Según Lapolla, como ya señalamos, "el gobierno ha decidido tomar medidas que desalientan la expansión del monocultivo de soja transgénica forrajera". Por el contrario, Jorge Rulli, integrante del GRR y periodista de Horizonte Sur (programa que se emitiría por última vez este domingo), expresó en su última editorial que el kirchnerismo no tiene una política agraria, sino que "el modelo instalado por el menemismo en los años noventa, se ha mantenido pese al tiempo transcurrido".

Y amplió: "Muchos años en que se permitió que las corporaciones y exportadores representaran al Estado cobrando al productor un tributo a las exportaciones que en realidad y según el espíritu de la Ley, les estaba destinado a ellas". Su argumentación coincide con la manifestada en el diario Crítica por Martín Caparrós, en cuyo artículo sostiene que el gobierno podría haber dejado afuera de las retenciones a los pequeños chacareros de menos de 200 hectáreas, que son dos tercios de los productores agrarios pero poseen solo el tres por ciento de las tierras.

En el mismo sentido, para Rulli, ellos son víctimas, porque "debieron optar entre sus tambos o entre sus prácticas tradicionales de producción, y la Soja como único cultivo rentable", como pudo escucharse en los testimonios de algunos manifestantes. Así, "no encontraron otro modo de sobrevivir que sumarse al modelo imperante, y todos parecieran tener un único liderazgo y ese liderazgo esta en la más alta escala de los Agronegocios".

Así es que para el GRR: "Las políticas actuales, acrecientan las prácticas de una agricultura industrial sin agricultores ni población en el campo. Las mayores retenciones a la Soja devienen paradójicamente, de esa manera, en una mayor sojización". La misma conclusión, pero de manera más calma, fue adoptada ayer por el periodista Nelson Castro, cuando advirtió que en el discurso las intensiones de la presidenta eran las mejores, pero que en la práctica lo hecho hasta ahora profundizó la concentración de la producción en vez de diversificarla.

¿Qué modelo? Así, como destacó Proteger: "La superficie sembrada de soja en 2007, con una nueva cosecha récord, alcanzó las 16.000.000 de hectáreas. También la tasa de desmonte de bosques nativos llegó, según índices oficiales, a superar varias veces el promedio mundial". Montenegro criticó también a los manifestantes porteños, pero por otras razones que la presidenta: "Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita".

En declaraciones retomadas por Crítica, Eduardo Buzzi de la Federación Agraria Argentina, se refirió al discurso presidencial: "No es el mismo tono, en este mensaje nos legitima a los pequeños y medianos productores y dice que no va a haber el mismo tratamiento". Del mismo modo, aclaró que "no somos ni gorilas ni golpista ni vamos a ser funcionales a los dos mil tipos que manejan el negocio de las soja", descreyendo así de la supuesta política de ayuda al pequeño productor contra la concentración.

"Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte", siguió en sus reflexiones Montenegro. Así, para Pino Solanas en Página 12: "Los Cargill, Dreyfus, Bunge y Born, A.D.I.T y otros, son los que mandan, fijan el precio y se apropian innecesariamente de una millonaria renta que ha llegado hasta un tercio del total".

Desde nuestra humilde posición, creemos que si es cierto que el gobierno busca, como dice en su argumentación, frenar la sojización del campo, debería hacerlo con una política integral a largo plazo que considere a los pequeños productores y a los campesinos de los montes. Tal vez sea una oportunidad histórica para generar una verdadera distribución del ingreso, donde se realice un ordenamiento territorial para el mejor uso sustentable del suelo, en el camino de la soberanía alimentaria a través de una producción diversificada.

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