La Asamblea Ciudadano Ambiental de Gualeguaychú llamó a todos los argentinos a adherirse, en contra de la instalación de las Papeleras en Fray Bentos. Bajo el nombre de "Grito nacional", invitó a que todas las ciudades del país se manifiesten el sábado 25 de febrero a partir de las 18 horas, de la forma más adecuada a la idiosincracia de cada lugar.
El anuncio se hizo público en los primeros días de la semana pero el eco se extinguió pronto en los medios, ante diferentes novedades políticas y diplomáticas del caso -la Corte Suprema de la Nación no quiso tomar riendas en el litigio y lo devolvió a Entre Ríos; la Argentina avanzó en el parlamento con la idea de presentar el reclamo ante La Haya; y Uruguay informó que acudirá a la OEA.
Con una mano en el corazón, ¿seremos capaces de demandar de forma masiva, organizada y responsable, más información y seguridad ambiental para nosotros y para nuestra posteridad?
La modalidad que han adoptado las manifestaciones es cuestionada por muchos, mientras que la convicción por la causa aún no está del todo firme. Dudas, preguntas e inquietudes persisten en la opinión pública dividida entre comprometidos, desconocedores e indiferentes.
Por ejemplo, ¿por qué la cruzada del sábado se denomina "Grito nacional"? La nominación da pie para cultivar nacionalismos ingratos contra los uruguayos, los paraguayos, los brasileños, etc. Si la contaminación de una zona viaja a cualquier otra parte del mundo sin detenerse en las fronteras, trasladándose impune a través de los ríos, el viento, la lluvia, las napas subterráneas, los mares...
Por otro lado, ¿todos los medios están justificados por el fin? ¿Cuál es el objetivo de trasfondo: evitar un grave impacto ambiental o arruinarles el negocio a los vecinos orientales?
Este sábado el reclamo alcanzará su cometido sólo si -además de pedir por mayor seguridad ambiental- alienta un nuevo contrato social que devuelva el valor a las palabras.
El anuncio se hizo público en los primeros días de la semana pero el eco se extinguió pronto en los medios, ante diferentes novedades políticas y diplomáticas del caso -la Corte Suprema de la Nación no quiso tomar riendas en el litigio y lo devolvió a Entre Ríos; la Argentina avanzó en el parlamento con la idea de presentar el reclamo ante La Haya; y Uruguay informó que acudirá a la OEA.
Con una mano en el corazón, ¿seremos capaces de demandar de forma masiva, organizada y responsable, más información y seguridad ambiental para nosotros y para nuestra posteridad?
La modalidad que han adoptado las manifestaciones es cuestionada por muchos, mientras que la convicción por la causa aún no está del todo firme. Dudas, preguntas e inquietudes persisten en la opinión pública dividida entre comprometidos, desconocedores e indiferentes.
Por ejemplo, ¿por qué la cruzada del sábado se denomina "Grito nacional"? La nominación da pie para cultivar nacionalismos ingratos contra los uruguayos, los paraguayos, los brasileños, etc. Si la contaminación de una zona viaja a cualquier otra parte del mundo sin detenerse en las fronteras, trasladándose impune a través de los ríos, el viento, la lluvia, las napas subterráneas, los mares...
Por otro lado, ¿todos los medios están justificados por el fin? ¿Cuál es el objetivo de trasfondo: evitar un grave impacto ambiental o arruinarles el negocio a los vecinos orientales?
Este sábado el reclamo alcanzará su cometido sólo si -además de pedir por mayor seguridad ambiental- alienta un nuevo contrato social que devuelva el valor a las palabras.
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