El efecto Papeleras y la política ambiental

El editorial de la semana

Ya hablamos de los aspectos positivos y negativos que podrían tener el "efecto papeleras". Semanas después, la interrogación puesta en el condicional del verbo sigue en pie pero su fuerza es mucho mayor.

¿Qué se impondrá: el efecto mediático de una controversia que el poder -el político pero también el de los medios- utiliza para contentar a la opinión pública -votos y rating- o el efecto constructivo de una concienciación sincera sobre la problemática ambiental de toda la región -la mesopotamia, el país, América latina- que tranforma la preocupación en una política ambiental activa?

"Lo que yo pediría son hechos más que palabras. Si verdaderamente se logra una estrategia nacional, se aplican las normas ambientales y se realiza la evaluación de impacto también a las obras públicas podríamos pasar de la teoría a la realidad. Los hechos dirán si el gobierno tiene razón o no", afirmó María Eugenia Di Paola al ser consultada por ComAmbiental luego de la conferencia sobre las papeleras en la Feria del Libro.

Es lo que escribimos luego de la promesa del presidente Néstor Kirchner en el acto en Gualeguaychú, "Debemos incorporar la dimensión ambiental en todos los niveles de gobierno", pre-acto de Mayo el 25 en la Plaza. Es también lo que pidió Greenpeace en una solicitada que publicó hoy Perfil y que según ambos no publicaron los otros diarios porque "afecta la investidura presidencial". Es lo que toda la opinión pública debería pedir.

Para empezar por lo importante y no por lo urgente el panel de "Educación y Ambiente" del Foro Mundial de Educación que terminó ayer en Buenos Aires propuso una serie de valores que deberían estar presentes en una política de educación ambiental hoy inexistente. Y para volver a repetirlo, en el mismo sentido hace falta un mayor compromiso del periodismo para que una parte suya se haga ambiental.

Para empezar por lo urgente y no por lo importante diversas voces porteñas vuelven hoy la mirada al río que es sinónimo de contaminación y abandono del Estado en las temáticas ambientales: el Riachuelo todavía espera. Por supuesto que hay más: política energética sustentable, control o cierre de las empresas mineras, política de bioseguridad que regule los transgénicos, etcétera, etcétera y etcétera. Y a cada etcétera le corresponden varios gobernadores que acompañaron a Kircher en Gualeguaychú para decir "sí, ecología".

¿Qué pueden esperar quienes se preocupan y ocupan por y del medio ambiente desde antes del Efecto Papeleras? Uniendo ambos extremos, al meno ahora se utiliza al ambiente para hacer política. Lo hicieron el viernes, lo hace Mauricio Macri con el Riachuelo. Habrá más riesgos pero también más oportunidades. Puede ser la puerta de entrada a la política nacional para las ONGs comprometidas con el medio.

Porque está en juego mucho más, como bien ilustró Enrique Noailles en el suplemento Enfoques de La Nación: "hay que recordar el mandato de Bacon de torturar a la naturaleza hasta arrancarle sus secretos. Este programa no sólo se viene cumpliendo, sino que ha sido sofisticado hasta el extremo, hasta tal punto que ya no nos interesa hacerla confesar, sino reprogramar genéticamente su sistema operativo. Es decir, hacerle decir lo que queremos que diga, o que calle para siempre".

Por eso en las papeleras y en cualquier otro conflicto ambiental no es posible una "solución técnica" de buenas a primeras. No debe hablar solo la ciencia, sino también la filosofía, los estudios sociales, la política, las ONGs y por qué no el arte. Se trata de una nueva cultura ecológica en el buen sentido, otra relación con la naturaleza.

Para que las cosas empiecen a cambiar, "trabajo digno" debe convertirse en sinónimo no solo de buenos ingresos económicos sino de buena calidad ambiental. Porque sino pasa como en el Riachuelo, donde la pobreza se confunde con la insalubridad. O como con la minería que hoy no puede festejar su día porque la explotan transnacionales en provincias donde ecología es una palabra y no una acción, donde unos se llevan el oro y los pobladores se quedan con la contaminación.

SECCIÓN: Comunicación / Política Ambiental

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