Nació un 22 de julio de 1960 y desde 1984 está trabajando en lo que hoy conocemos como "periodismo ambiental". Llegó a la radio como militante del Taller Ecologista de Rosario, ONG de la que es uno de los coordinadores, para encontrar en el periodismo una vocación en la que canalizar la otra: cuando empezó sus estudios en el Instituto General San Martin Nº 18 ya trabajaba como columnista en RADIO DOS.
En su carrera profesional cubrió, entre otras actividades, la cumbre de la Tierra de "Río 92", que una vez señaló como el inicio formal de la especialidad mediante el Tratado sobre Comunicación, Información, Medios y Redes que se preparó en la Reunión Internacional de Periodistas sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
Hace 13 años que dirige el "Ciclo de Ecología" Cine- Video- Debate que se realiza todos los lunes durante 9 meses con un promedio de asistentes de 100 personas. Trabajó también en la televisión local y tuvo programas propios en FMs de la ciudad. Actualmente, trabaja en el programa "Locos por la Radio" de LT8 Radio Rosario.
-¿Cómo llegó al periodismo ambiental?
-Estoy en esto desde hace 22 años. Me recibí de periodista sabiendo que quería trabajar en "periodismo ambiental". De hecho, cuando me decidí a estudiar la carrera, ya tenía tres años de columnista en radios AM de Rosario. Fui a la radio primero como miembro de una ONG para hablar de temas ambientales, y me termine recibiendo para seguir trabajando como periodista especializado en estos temas.
Siempre me interesó la cuestión ambiental, desde mi adolescencia, y el hecho de militar en ONGs ambientales me llevó a que esto fuera parte de mi vida, buscando canalizarlo en la profesión que elegí, o sea, el periodismo, transformándome en "periodista ambiental" cuando nadie lo hacía, por lo menos en Rosario.
-¿Qué comentarios recibía de sus compañeros de estudio?
-Los comentarios que recuerdo eran, la gran mayoría, de sorpresa. Y muchos de "qué cosa rara". Estamos hablando de mediados de la década del 80, cuando la democracia nos regalaba sus primeros aires perfumados. En la carrera, era medio como un bicho raro.
-Teniendo en cuenta la falta de formación académica que hay para esta especialidad: ¿Participar en una ONG es un medio para llegar al periodismo ambiental?
-Sí, diría que el hecho de participar en ONGs ambientales fue lo que me marcó para estudiar con el objetivo de apuntar a esta especialidad. Obviamente esa inclinación la producía yo, ya que no existía.
-¿Cómo es la relación entre ONGs y periodistas ambientales? ¿Debe conservarse cierta distancia entre ambos?
-En mi caso, difundo la voz de las ONGs. Siempre lo hice, son las que menos oportunidades tienen de expresarse. Siempre trato, con humildad, de dar voz a los que no tienen voz. No soy para nada objetivo.
-¿Cree que existe alguna diferencia entre el periodismo ambiental y el periodismo a secas?
-En principio no veo que puedan existir diferencias. Somos todos periodistas.
-¿Y una persona formada en ciencias puede luego especializarse y ser también un periodista ambiental?
-No creo que haya inconvenientes en que una persona formada en ciencias o carreras relacionadas con lo ambiental pueda luego especializarse en periodismo y convertirse en periodista ambiental.
-¿Qué le recomendaría entonces a un joven periodista que quiera especializarse en medio ambiente?
-Lo más importante es que conozca la historia del ambientalismo en el país, el orígen de los problemas ambientales, la historia de la ONGs que trabajan estos temas y su relación con esos temas.
Sobre cómo superar la falta de instancias formativas de esta especialización, creo que la mejor forma es con trabajo y compromiso para con esos temas. El plus que nos da la militancia es importantisimo pero comprendo que no todos los periodistas militan en ONGs ambientalistas.
-¿Cree que el periodismo ambiental ha logrado fomentar en la opinión pública la conciencia sobre la problemática que trata?
-Creo que sí, la opinión pública tiene presente la problematica ambiental.
Sin embargo, los periodistas ambientales no tienen fuerza dentro de las redacciones o los estudios. Como periodista ambiental especializado soy el único en Rosario, parece incríble, pero es real. Conozco muchos periodistas en la Argentina que ahora hacen lo mismo pero hace 22 años atrás estaba bastante solo, así que fueron duros los comienzos en los medios para ganarse un lugar.
Aún así, creo que seguimos estando en la posición de bicho raro, que creo se da fundamentalmente, porque nuestra especialidad apenas tiene pocos años encima comparandolas con las otras más viejas, como la de periodista político o general, y de espectaculos o deportes.
-¿Cuáles son los temas que más le gustó cubrir?
-Uno de los temas que mas me impactaron y me gusto cubrír periodisticamente fueron la lucha del pueblo patagonico en contra del basurero nuclear y la lucha de los pueblos por la no construcción de varias represas en nuestro litoral, entre otros.
-¿Qué temás son importantes en la actualidad y cuál es el papel del periodismo ambiental en el futuro?
-Creo hay muchos temas y sería injusto nombrar unos pocos. Pero van algunos: desmonte, contaminación de aguas, residuos en general y mil etceteras. Si algunos temas hoy no ocupan lugar en los medios, es porque esos medios tienen intereses para que esos temas no se hablen, entre otras múltiples razones.
El papel del periodismo ambiental, como de todo periodista, es hacer todo lo posible en difundir esos temas. Siempre con la verdad, la nuestra, con humildad pero sin suicidarse.
El futuro del periodismo ambiental, lo veo muy bien.
Foto: Fundación Orca
Vea mañana más declaraciones de Sergio Rinaldi sobre las pasteras y la promesa del gobierno de incorporar al medio ambiente como política de Estado.
El periodista acostumbrado a contar por radio sus notas sobre el desmonte, la contaminación y los residuos contesta con paciencia nuestras preguntas y se pone colorado si se lo nombra como lo que es: uno de los precursores del periodismo ambiental en la Argentina. Aún así inaugura nuestro ciclo de entrevistas a especialistas del tema y dice: "En la carrera de periodismo era como un bicho raro".
Comentarios
La Blacksmith Institute ha realizado una investigación sobre las ciudades más contaminadas del mundo y llegó a la conclusión que la Oroya es la 5ta. más contaminada: Ha sido muy benévola; de acuerdo a mis investigaciones de varios años que vengo difundiendo, la ciudad de la Oroya es la más contaminada del Perú, América latina y también del mundo y cada vez se está contaminando más: plomo en sangre niños de la Oroya Antigua 53.7 ug/dl (DIGESA 1999) embarazadas 39.49 ug/dl (UNES 2000), niños al nacer 19.06 ug/dl y 319 ug/100 grms de placenta (Castro 2003) y 39 ug/dl en trabajadores (Doe Run 2003). Máximo aceptado de plomo en sangre 10 ug/dl; actualmente la Academia de Pediatría de USA considera como máximo permitido 0 ug/ dl..Cuando la Oroya estaba en manos de Centromin eliminaba solamente por la chimenea de 167.500 metros de altura en promedio, por día y toneladas: bióxido de azufre 1000, plomo 2500, arsénico 2500, cadmio 80, material particulado 40 y así sucesivamente, más 24,000 de gases tóxicos producto de la combustión incompleta del carbón, sin contar lo que se eliminaba por el incinerador industrial y por las 94 chimeneas pequeñas (PAMA. El Complejo Metalúrgico de la Oroya, 1996). Doe Run envía cada 3 meses las concentraciones de los metales pesados al Ministerio de Energía y Minas y con estos datos Cederstav ha demostrado que la contaminación se ha incrementado; por ejemplo el bióxido de azufre se ha elevado a cerca del 300% (Cerderstav. La Oroya no Espera, 2002).La Asociación Interamericana del Ambiente dice que la calidad ambiental de la Oroya se ha deteriorado severamente desde que Doe Run se hizo cargo y la misma empresa declara que las concentraciones de los gases de metales pesados se ha incrementado en el aire: plomo 1160%, cadmioi 1990% y arsénico 606% (Portugal C y Cols. Los Humos de Doe Run, 2003)
Atentamente
Dr. Godofredo Arauzo
E mail: garauzo@googlemail.com
Tele´fono: 5164252052
Dr. Godofredo Arauzo
El medio ambiente aire, agua y suelo de la región central del Perú está tremendamente contaminado: subcuencas de los ríos San José- Anticona, San Juan, Yauli, Huayhuay, laguna de Huascacocha, lago de Junín de los Reyes o Chinchaycocha; cuenca del río Mantaro, zona agrícola del Valle del Mantaro, etc., especialmente por los relaves, botaderos de desmontes, sedimentos, rebose de las canchas de relaves, agua ácida de las minas, aguas servidas, dispersión de los contaminantes secos por el aire y otros tóxicos, que eliminan sin ningún tratamiento a los recursos hidrográficos nombrados las 17 compañías mineras en actividad, la refinería de la Oroya y las 67 mineras abandonadas.
A la cuencas del río Mantaro y del lago de Junín, eliminan sin ningún tratamiento las compañías mineras por año cerca de 50,000 de metros cúbicos solamente de relaves y tanto el lago de Junín como el río Mantaro que nace de este lago, se hallan contaminados. El lago expande la contaminación a las zonas de pastoreo de su periferia cuando la compuerta de Upamayo se cierra para aumentar su volumen de agua. Por estos vaivenes del nivel de agua del lago, se estima que se han contaminado e inutilizado 80.000 hectáreas alrededor del lago, como así también han depredado la fauna y flora. En 1978 en la Reserva Nacional de Junín, según Dourojeanni, habían 368 especias de vegetales y 98 especias de aves y en 1998, según Chauca solamente habían 26 especias de vegetales y 36 de aves. Han desaparecido la rana gigante de Junín, batrachoprynus macrostomus, la trucha y está extinguido o en vías de extinción el zambullidor, podiceps taczanowskii, ave símbolo de lago. Se comprobó por estudios histológicos que la rana se extinguió por intoxicación por el cobre, principal componente de los relaves que se eliminan al lago; el zambullidor, por desaparición de su principal alimento: el oriestas y la trucha por la acidez. La contaminación a inutilizado 80, 000 de terreno alrededor del lago. Se calcula que el lago de Junín se encuentra contaminado en cerca del 50%, los relaves y otras sustancias contaminantes están sedimentando. reduciendo su profundidad y generando su envejecimiento o eutrofización. Se ha estimado que dentro de 3 décadas se colmatará este lago.
El complejo metalúrgico de la Oroya ahonda la contaminación del río Mantaro, que ya nace contaminado del lago de Junín. Según el Programa de Adecuación del Medio Ambiente (PAMA), redactado por la misma empresa eliminan tóxicos líquidos por 40 efluentes al río y eliminan al aire: 1000 toneladas de bióxido de azufre, 2500 toneladas de plomo, 2500 toneladas de arsénico, 20 toneladas de cadmio y 20 toneladas de material particulado, en promedio por día, solamente por la chimenea más alta de 167.50 metros de altura, sin contar los contaminantes tóxicos que eliminan por las 94 chimeneas pequeñas y el incinerador industrial que tiene el complejo. Además el río Mantaro aumenta su contaminación en la Oroya por los relaves y otras sustancias tóxicas que le llegan por el río Yauli, que trae de las minas que están en las inmediaciones de la laguna de Huascacocha, que se halla también marcadamente contaminada. El Comercio dijo: que si se dejara de eliminar los relaves y otros agentes tóxicos, pasarían 500 años para la recuperación del ecosistema de la laguna Huascacocha.
Una investigación de la Asociación Interamericana de Defensa del Medio Ambiente demuestra que la calidad ambiental de la Oroya se ha deteriorado seriamente desde que el complejo de la Oroya paso a manos de Doe Run. Según informaciones proporcionadas por la propia empresa, las concentraciones de plomo se elevó en 1,163%, arsénico 606% y cadmio 1,990% ( Portugal y Cols. Los Humos de Doe Run, 2006). Los habitantes de la Oroya tienen altas concentraciones de plomo en sangre: niños de la Oroya Antigua 53.7 ug/dl (DIGESA 1999), embarazadas 39.49 ug/dl (UNES 2002), niños al nacer 19.06 ug/dl y puérperas 319 ug/100 gramos de placenta (Castro 2003) y trabajadores 39 ug/dl; máximo aceptado 10 ug/dl; actualmente la Academia de Pediatría de USA considera como máximo permitido 0 ug/dl (CERO ug/dl)
El río Mantaro es una cloaca de las compañías mineras; es un río muerto 100% y profundamente contaminado, especialmente por metales pesados: cobre y cadmio 4 veces más de los permitido, plomo 13 veces más, hierro más de 30 veces y en ciertas épocas del año llega a más de 160 veces más de lo permitido. Con esta agua tremendamente contaminada se está irrigándose la zona agrícola del Valle. Investigadores noruegos y canadienses recomendaron no irrigar con esta agua sino previo tratamiento, para no contaminar los alimentos que produce y no depredar el suelo. En Oroya, Pilcomayo y Chupuro se halló plomo en el suelo: 3010, 2079 y 1160 ppm; respectivamente; lo máximo permitido es 230 ppm.
Además el agua que consume Huancayo y el centro del Perú no es potable; está fehacientemente comprobado que está contaminado con heces.
Es preocupante que las compañías mineras y las autoridades de todos los niveles concientes del enorme riesgo que generan los contaminantes, a la salud, biodiversidad, ecosistemas y medio ambiente, no han dado prioridad, por lo menos cumplido sus PAMAs, que podrían haber atenuado más no eliminado la contaminación y lo que es aún más grave, las autoridades no les exigen. Más tarde que nunca será una realidad.
Dr. Godofredo Arauzo
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