Contundente: La Nación publicó que un 40% de las personas se enferman debido a factores ambientales "modificables", mientras que en los chicos un ambiente no saludable incide en el 33% de los casos.
La fuente consultada -la Organización Mundial de la Salud (OMS)- advierte además que las estadísticas aumentan sobre todo en los países en desarrollo donde los niños menores de cinco años son los más vulnerables.
Si a esto le sumamos pobreza, hambre, vectores de enfermedades, atención primaria deficiente, precaria educación para la salud, campañas de prevención insuficientes y reprochables políticas de salud pública, nos queda un cocktail peligroso que atenta contra la integridad de las personas -en especial las más carenciadas- y de su posteridad.
La Constitución Nacional establece el derecho de todos los habitantes de la Argentina a gozar de un ambiente sano y de acceder a la información ambiental. En este sentido y teniendo en cuenta la investigación de la OMS, ¿el pueblo gualeguaychuense no tiene derecho a saber, prevenir y cuidar su ambiente de la contaminación -aún no comprobada pero tampoco refutada? ¿No existe ese mismo derecho para los vecinos del Riachuelo, de las minas en Catamarca, del Río Reconquista?
Parece que ellos están convencidos de que el medio ambiente no es un tema de segunda importancia sino que hasta influye en el bien más deseado por las personas: la salud.
El 4 y 5 de julio el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organiza las Jornadas de Salud Ambiental.
La fuente consultada -la Organización Mundial de la Salud (OMS)- advierte además que las estadísticas aumentan sobre todo en los países en desarrollo donde los niños menores de cinco años son los más vulnerables.
"los riesgos y la contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales."
Si a esto le sumamos pobreza, hambre, vectores de enfermedades, atención primaria deficiente, precaria educación para la salud, campañas de prevención insuficientes y reprochables políticas de salud pública, nos queda un cocktail peligroso que atenta contra la integridad de las personas -en especial las más carenciadas- y de su posteridad.
"La exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud puede comenzar antes del nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento. La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos persistentes pueden afectar a la salud del feto. Además, [...] la salud del recién nacido puede verse afectada por la presencia de altos niveles de contaminantes en la leche materna." (OMS)
La Constitución Nacional establece el derecho de todos los habitantes de la Argentina a gozar de un ambiente sano y de acceder a la información ambiental. En este sentido y teniendo en cuenta la investigación de la OMS, ¿el pueblo gualeguaychuense no tiene derecho a saber, prevenir y cuidar su ambiente de la contaminación -aún no comprobada pero tampoco refutada? ¿No existe ese mismo derecho para los vecinos del Riachuelo, de las minas en Catamarca, del Río Reconquista?
Parece que ellos están convencidos de que el medio ambiente no es un tema de segunda importancia sino que hasta influye en el bien más deseado por las personas: la salud.
El 4 y 5 de julio el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organiza las Jornadas de Salud Ambiental.
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