El presidente Kirchner reglamentó por decreto la ley que promueve la producción de biocombustibles. En un año electoral, la medida intenta amigar al gobierno con el sector agrario, acoplar la gestión a una imagen más ambientalista y brindar soluciones a la ajustada matriz energética nacional. Sin embargo, para los más críticos la ley tiene graves vacíos que vulneran la soberanía alimentaria, los bosques nativos y los pequeños productores rurales.
La reglamentación de la ley 26.093 dio luz verde para incentivar la producción de biodiesel y etanol. Según la misma norma, en 2010 estos combustibles derivados de materia orgánica (animal o vegetal) deberán integrar por lo menos el 5% de la nafta y el gasoil que se expenda en el país. De este modo se logrará disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y aminorar, en cierto modo, las emisiones de gases de efecto invernadero.
El diario La Nación estimó que el decreto atraería a más de U$D 1.500 millones en inversiones durante los próximos años. No es para menos ya que implica la exención de tributos al combustible, la excepción del impuesto a la ganancia mínima presunta por 3 años, la amortización acelerada de bienes de uso, la devolución anticipada del IVA y otros beneficios.
Los cultivos de soja, maíz, girasol, sorgo y caña de azúcar tendrán entonces otro gran destino rentable además de la industria alimenticia. Asimismo, el Ministerio de Economía fomentará el cultivo del cáñamo y el tártago, "por ser cultivos de costo menor a los commodities tradicionales", adelantó Julio De Vido.
El Ministro de Planificación destacó también que "esta ley nos permitirá abrir nuestra matriz energética que era un problema en 2003", afectada por el paulatino aumento del precio del barril de petróleo a nivel mundial y el agotamiento de las reservas nacionales de crudo.
En materia laboral, la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH) avisoró la creación de 70.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Su presidente, Héctor Huergo, "apadrina" la línea editorial del portal Especial Universia Biocombustibles que brinda información atinente desde el campo de la investigación, la universidad, el mundo de las finanzas, el cuidado del ambiente, los agronegocios, etc.
Hasta aquí, la ley parece prometer sólo buenos augurios. Sin embargo, voces críticas sostienen que la propuesta evade resolver cuestiones de fondo, atentando contra el desarrollo sustentable.
La otra cara
El portal entrerriano El Norte Digital publicó hoy La trampa de los biocombustibles. Pablo Ramos, autor del artículo, sostiene que "el estímulo a la producción de los biocombustibles significa más deforestación, más modelo agroexportador, más monocultivo, más agronegocios y más efecto invernadero".
Su postura se cimenta en interrogantes que siguen insatisfechos: "¿se va avanzar sobre la superficie ya dedicada a la alimentación para producir biocombustibles? ¿O se va a producir sobre las selvas y demás reservas forestales? [...] ¿Todo esto no va a generar más calentamiento global?".
Una nota del The Wall Street Journal traducida en Eco2site asevera que "aumentar la producción de combustibles provenientes de la agricultura, como el etanol, tensionará aún más los recursos de agua y tierra en todo el mundo". De allí la necesidad de planificar evaluando el impacto ambiental y también social de la ampliación del territorio cultivado.
Además, el valor de estos commodities en cuestión está sujeto a variables climáticas (cada vez más agrestes debido al cambio climático), cuestiones políticas y reglas del mercado global.
En el panorama actual, "el precio podría caer a valores donde no sería rentable producir [biocombustibles], o por el contrario, podría ser tan alto que nadie quisiera producir para la alimentación", explicó Ramos, encareciendo los alimentos y perjudicando así a los más pobres.
Por otro lado, los biocombustibles sólo serán útiles con el acuerdo de las refinerías y distribuidoras de nafta y gasoil, manejadas en nuestro país por grandes capitales transnacionales. Los pequeños productores agrícolas vislumbran pocas chances de negociación a menos que se organicen en colectivo y/o tengan el amparo de un organismo democrático activo.
Los incentivos económico-financieros son, desde esta perspectiva, apenas un paso hacia el desarrollo sustentable. La paulatina sustitución de fuentes de energía contaminantes debe estar acompañada por una política de ahorro y eficiencia, y una conciencia ambiental que proteja los intereses comunes de las generaciones presente y futuras.
Tal vez, el "combustible del futuro" sea solo una opción que recicle productos residuales de la agricultura, mientras se desarrollan las verdaderas fuentes alternativas como la eólica y la solar.
Artículos críticos a los biocombustibles:
BiodiversidadLA ¿Representan los biocombustibles alternativas ecológicas al petróleo? EcoPortal Biocombustibles para los adictos al petróleo: ¿la cura peor que la enfermedad?
Temas: Biomasa , Cambio climático , Agricultura , Crisis Energética
La reglamentación de la ley 26.093 dio luz verde para incentivar la producción de biodiesel y etanol. Según la misma norma, en 2010 estos combustibles derivados de materia orgánica (animal o vegetal) deberán integrar por lo menos el 5% de la nafta y el gasoil que se expenda en el país. De este modo se logrará disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y aminorar, en cierto modo, las emisiones de gases de efecto invernadero.
El diario La Nación estimó que el decreto atraería a más de U$D 1.500 millones en inversiones durante los próximos años. No es para menos ya que implica la exención de tributos al combustible, la excepción del impuesto a la ganancia mínima presunta por 3 años, la amortización acelerada de bienes de uso, la devolución anticipada del IVA y otros beneficios.
Los cultivos de soja, maíz, girasol, sorgo y caña de azúcar tendrán entonces otro gran destino rentable además de la industria alimenticia. Asimismo, el Ministerio de Economía fomentará el cultivo del cáñamo y el tártago, "por ser cultivos de costo menor a los commodities tradicionales", adelantó Julio De Vido.
El Ministro de Planificación destacó también que "esta ley nos permitirá abrir nuestra matriz energética que era un problema en 2003", afectada por el paulatino aumento del precio del barril de petróleo a nivel mundial y el agotamiento de las reservas nacionales de crudo.
En materia laboral, la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH) avisoró la creación de 70.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Su presidente, Héctor Huergo, "apadrina" la línea editorial del portal Especial Universia Biocombustibles que brinda información atinente desde el campo de la investigación, la universidad, el mundo de las finanzas, el cuidado del ambiente, los agronegocios, etc.
Hasta aquí, la ley parece prometer sólo buenos augurios. Sin embargo, voces críticas sostienen que la propuesta evade resolver cuestiones de fondo, atentando contra el desarrollo sustentable.
La otra cara
El portal entrerriano El Norte Digital publicó hoy La trampa de los biocombustibles. Pablo Ramos, autor del artículo, sostiene que "el estímulo a la producción de los biocombustibles significa más deforestación, más modelo agroexportador, más monocultivo, más agronegocios y más efecto invernadero".
Su postura se cimenta en interrogantes que siguen insatisfechos: "¿se va avanzar sobre la superficie ya dedicada a la alimentación para producir biocombustibles? ¿O se va a producir sobre las selvas y demás reservas forestales? [...] ¿Todo esto no va a generar más calentamiento global?".
Una nota del The Wall Street Journal traducida en Eco2site asevera que "aumentar la producción de combustibles provenientes de la agricultura, como el etanol, tensionará aún más los recursos de agua y tierra en todo el mundo". De allí la necesidad de planificar evaluando el impacto ambiental y también social de la ampliación del territorio cultivado.
Además, el valor de estos commodities en cuestión está sujeto a variables climáticas (cada vez más agrestes debido al cambio climático), cuestiones políticas y reglas del mercado global.
En el panorama actual, "el precio podría caer a valores donde no sería rentable producir [biocombustibles], o por el contrario, podría ser tan alto que nadie quisiera producir para la alimentación", explicó Ramos, encareciendo los alimentos y perjudicando así a los más pobres.
Por otro lado, los biocombustibles sólo serán útiles con el acuerdo de las refinerías y distribuidoras de nafta y gasoil, manejadas en nuestro país por grandes capitales transnacionales. Los pequeños productores agrícolas vislumbran pocas chances de negociación a menos que se organicen en colectivo y/o tengan el amparo de un organismo democrático activo.
Los incentivos económico-financieros son, desde esta perspectiva, apenas un paso hacia el desarrollo sustentable. La paulatina sustitución de fuentes de energía contaminantes debe estar acompañada por una política de ahorro y eficiencia, y una conciencia ambiental que proteja los intereses comunes de las generaciones presente y futuras.
Tal vez, el "combustible del futuro" sea solo una opción que recicle productos residuales de la agricultura, mientras se desarrollan las verdaderas fuentes alternativas como la eólica y la solar.
Artículos críticos a los biocombustibles:
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Temas: Biomasa , Cambio climático , Agricultura , Crisis Energética
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