El conflicto con trabajadores de CEAMSE que puso a 14 millones de habitantes al borde de la emergencia sanitaria fue un disparador para técnicos y funcionarios de distintas jurisdicciones del área metropolitana bonaerense, convocados por la Fundación Ciudad en el encuentro titulado "Disposicion final".
Los expertos disertaron sobre las políticas que desarrollan en torno a la basura y dejaron entrever que están evaluando distintos métodos de incineración. Argumentaron que se acaba el tiempo, que falta licencia social para habilitar nuevos rellenos sanitarios, que hay tecnologías de combustión probadas en otros países y que "Basura Cero" es una utopía.
Cuenta regresiva. El mes pasado, trabajadores de CEAMSE hicieron paro porque veían que su fuente de trabajo se extingue en dos años y reclamaban que los gobiernos porteño y bonaerense cumplan con la construcción de dos rellenos sanitarios.
A pesar de que no se definió dónde se emplazarán esos complejos, el servicio se normalizó porque los gobernantes se comprometieron a disminuir el material a enterrar, de modo que los rellenos existentes alarguen su vida útil. Para alcanzar ese objetivo prometieron campañas de separación en origen y "tecnologías de última generación", que a su vez representan fuentes de trabajo dentro de CEAMSE, aunque no fueron especificadas.
En este aspecto, el millonario y polémico proyecto CARE (Centro Ambiental de Reconversión Energética) anunciado por La Matanza y el Ministerio de Planificación nacional en conjunto con ENARSA podría echar luz a la interrogante.
Antonio Piacquadio -Jefe de Gabinete de la Secretaría de Ambiente del distrito del conurbano más poblado- explicó que consiste en dos etapas. La primera será de "clasificación de los residuos secos sin valor en el mercado y su transformación en combustible sólido recuperado (CRF)", dejando los residuos secos de valor para el reciclaje y los residuos orgánicos para el relleno. La segunda etapa implicará "transformar el residuo orgánico y el CRF en gasoil plus y biogás". Sin embargo se abstuvo de dar detalles técnicos sobre dicha transformación, silencio que no despejó las dudas de vecinos y agrupaciones como Greenpeace.
Piacquadio indicó que la iniciativa es novedosa no solo por la tecnología sino porque plantea "salir del sistema CEAMSE", "eliminando prácticamente los costos de transporte" ya que los residuos matanceros son tratados dentro del distrito y que "el gasto financiado por el estado pasa a ser inversión pública" dado que la planta producirá electricidad que se volcará al tendido de red.
Reciclado: ¿costo económico vs. costo social? Marcela de Luca, investigadora de la Facultad de Ingeniería UBA, expuso que de acuerdo con la composición de los residuos sólidos urbanos del AMBA "a lo sumo y con mucha fuerza solo el 20% podría reciclarse".
Justificó que "Basura Cero es una utopía" y recomendó adaptar tecnologías de combustión y compostaje que ya están probadas en otros países desarrollados, aclarando que en todos los casos un mínimo porcentaje de descarte deberá enterrarse en rellenos sanitarios.
La presidenta de la Cooperativa El Ceibo de Palermo, Cristina Lescano, advirtió en un comunicado que lo que se está alentando "es incineración pura" en detrimento de la recuperación de los materiales ya que "lo que produce más calentamiento es el residuo seco". Como ejemplo mencionó la reciente aprobación de una incineradora en Villa María, Córdoba, sin el consentimiento social local.
Si bien la ley 1.854 prohíbe incinerar los residuos porteños en tanto no se disminuya primero el 75% de los residuos a enterrar, el panel de Derecho Ambiental en el Seminario de RSU organizado por CEAMSE y la Facultad de Derecho UBA, concluyó que "las leyes son perfectibles y si la tecnología avanza, la legislación deberá adaptarse".
En el mismo sentido, Sergio Federovisky, presidente de la Agencia Ambiental de La Plata, reprendió que "las tecnologías no se prohíben" y alardeó de que la capital bonaerense no tiene ese impedimento, por lo que están en plena etapa licitatoria para una planta que recupera energía a partir de los residuos.
Debate de fondo. Aunque la Fundación Ciudad comprendió que para acotar el trabajo se enfocó en la disposición final, es decir donde termina la basura, cabe preguntarse si las soluciones pueden venir desde el momento en que la basura se genera.
Durante la presentación del manual "Producción, consumo y residuos en nuestras vidas" de la Asociación Generación Par, el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, recordó cómo está naturalizada la idea de que a mayor capacidad de consumo aumenta la cantidad de residuos, como si fuese un efecto colateral del progreso. En este tema, Pereyra indicó "nos debemos una Ley de Envases" que reglamente envoltorios reutilizables, más ecológicos a lo que confesó: "seguramente nos va a llevar cinco o diez años instalarlo".
Hisakazu Hirai, el experto de Japón -considerado modelo de la incineración- que colaboró con Generación Par, no tomó posición sino que recordó a ComAmbiental que es la ciudadanía quien tiene que decidir y para eso necesita información y darse cuenta de que definitivamente está descartando cosas que tienen valor.
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Los rellenos sanitarios de CEAMSE en AMBA reciben en total 17.000 toneladas de residuos por día. |
Los expertos disertaron sobre las políticas que desarrollan en torno a la basura y dejaron entrever que están evaluando distintos métodos de incineración. Argumentaron que se acaba el tiempo, que falta licencia social para habilitar nuevos rellenos sanitarios, que hay tecnologías de combustión probadas en otros países y que "Basura Cero" es una utopía.
Cuenta regresiva. El mes pasado, trabajadores de CEAMSE hicieron paro porque veían que su fuente de trabajo se extingue en dos años y reclamaban que los gobiernos porteño y bonaerense cumplan con la construcción de dos rellenos sanitarios.
A pesar de que no se definió dónde se emplazarán esos complejos, el servicio se normalizó porque los gobernantes se comprometieron a disminuir el material a enterrar, de modo que los rellenos existentes alarguen su vida útil. Para alcanzar ese objetivo prometieron campañas de separación en origen y "tecnologías de última generación", que a su vez representan fuentes de trabajo dentro de CEAMSE, aunque no fueron especificadas.
En este aspecto, el millonario y polémico proyecto CARE (Centro Ambiental de Reconversión Energética) anunciado por La Matanza y el Ministerio de Planificación nacional en conjunto con ENARSA podría echar luz a la interrogante.
Antonio Piacquadio -Jefe de Gabinete de la Secretaría de Ambiente del distrito del conurbano más poblado- explicó que consiste en dos etapas. La primera será de "clasificación de los residuos secos sin valor en el mercado y su transformación en combustible sólido recuperado (CRF)", dejando los residuos secos de valor para el reciclaje y los residuos orgánicos para el relleno. La segunda etapa implicará "transformar el residuo orgánico y el CRF en gasoil plus y biogás". Sin embargo se abstuvo de dar detalles técnicos sobre dicha transformación, silencio que no despejó las dudas de vecinos y agrupaciones como Greenpeace.
Piacquadio indicó que la iniciativa es novedosa no solo por la tecnología sino porque plantea "salir del sistema CEAMSE", "eliminando prácticamente los costos de transporte" ya que los residuos matanceros son tratados dentro del distrito y que "el gasto financiado por el estado pasa a ser inversión pública" dado que la planta producirá electricidad que se volcará al tendido de red.
Reciclado: ¿costo económico vs. costo social? Marcela de Luca, investigadora de la Facultad de Ingeniería UBA, expuso que de acuerdo con la composición de los residuos sólidos urbanos del AMBA "a lo sumo y con mucha fuerza solo el 20% podría reciclarse".
Justificó que "Basura Cero es una utopía" y recomendó adaptar tecnologías de combustión y compostaje que ya están probadas en otros países desarrollados, aclarando que en todos los casos un mínimo porcentaje de descarte deberá enterrarse en rellenos sanitarios.
La presidenta de la Cooperativa El Ceibo de Palermo, Cristina Lescano, advirtió en un comunicado que lo que se está alentando "es incineración pura" en detrimento de la recuperación de los materiales ya que "lo que produce más calentamiento es el residuo seco". Como ejemplo mencionó la reciente aprobación de una incineradora en Villa María, Córdoba, sin el consentimiento social local.
Si bien la ley 1.854 prohíbe incinerar los residuos porteños en tanto no se disminuya primero el 75% de los residuos a enterrar, el panel de Derecho Ambiental en el Seminario de RSU organizado por CEAMSE y la Facultad de Derecho UBA, concluyó que "las leyes son perfectibles y si la tecnología avanza, la legislación deberá adaptarse".
En el mismo sentido, Sergio Federovisky, presidente de la Agencia Ambiental de La Plata, reprendió que "las tecnologías no se prohíben" y alardeó de que la capital bonaerense no tiene ese impedimento, por lo que están en plena etapa licitatoria para una planta que recupera energía a partir de los residuos.
Debate de fondo. Aunque la Fundación Ciudad comprendió que para acotar el trabajo se enfocó en la disposición final, es decir donde termina la basura, cabe preguntarse si las soluciones pueden venir desde el momento en que la basura se genera.
Durante la presentación del manual "Producción, consumo y residuos en nuestras vidas" de la Asociación Generación Par, el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, recordó cómo está naturalizada la idea de que a mayor capacidad de consumo aumenta la cantidad de residuos, como si fuese un efecto colateral del progreso. En este tema, Pereyra indicó "nos debemos una Ley de Envases" que reglamente envoltorios reutilizables, más ecológicos a lo que confesó: "seguramente nos va a llevar cinco o diez años instalarlo".
Hisakazu Hirai, el experto de Japón -considerado modelo de la incineración- que colaboró con Generación Par, no tomó posición sino que recordó a ComAmbiental que es la ciudadanía quien tiene que decidir y para eso necesita información y darse cuenta de que definitivamente está descartando cosas que tienen valor.
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