Las inspecciones realizadas desde fines de 2010, así como la muerte del niño Ezequiel Ferreyra por manejar agrotóxicos, ponen en el centro de la atención a la actividad agropecuaria que da cuenta de un modelo insustentable no sólo en lo ambiental sino también en lo social.
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Lugar donde dormían trabajadores rurales (Mendoza). Fuente: AFIP |
Desde el 2 y hasta el 5 de marzo, abre sus puertas Expoagro, la mega-exposición organizada por Clarín y La Nación, en Baradero. En el acto de inauguración, el ministro de Agricultura de la Nación, Julian Domínguez y el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, se mostraron conciliadores con los empresarios del sector. Y mientras dichas autoridades elogiaban a los productores, esta semana también los principales medios se hicieron eco de nuevos allanamientos en establecimientos rurales promovidos desde el gobierno nacional.
Agroesclavos. El operativo iniciado por la AFIP lleva detectados por ahora 439 casos en las provincias de Mendoza, Catamarca, Río Negro, Santa Fé, Neuquén y Buenos Aires. El Ministerio de Trabajo también realizó inspecciones: de los casos relacionados con el agro, se encuentran involucrados, entre otros, la empresa multinacional Nidera y el diputado salteño Alfredo Olmedo, aliado con el PRO.
En la mayoría de los casos, los trabajadores cumplían una jornada laboral de 12 horas y vivían en casillas de chapa sin electricidad ni refrigeración para sus alimentos y sin las condiciones mínimas de higiene. En algunas inspecciones se observó, incluso, que los empleados dormían en un delgado colchón. Y lo más grave de todo: menores de edad trabajando. La mayoría fueron trasladados desde sus hogares en el norte argentino y no sabían dónde se encontraban.
En la mayoría de los casos, los trabajadores cumplían una jornada laboral de 12 horas y vivían en casillas de chapa sin electricidad ni refrigeración para sus alimentos y sin las condiciones mínimas de higiene. En algunas inspecciones se observó, incluso, que los empleados dormían en un delgado colchón. Y lo más grave de todo: menores de edad trabajando. La mayoría fueron trasladados desde sus hogares en el norte argentino y no sabían dónde se encontraban.
¿Todo esto a qué precio? Muy bajo por cierto, apenas unos pesos por cajón cosechado. Según la información que provee la AFIP, en un campo de olivares donde se hizo una inspección, la paga por un cajón era de 9 pesos cuando el precio por el que los empleados debían pagar su alimento (pues no se los proveían) era de 25. En el margen económico, se encuentran las ganancias extraordinarias de las empresas por la explotación social, que también encuentra su equivalente en la explotación ambiental.
Agrotóxicos. Las condiciones infrahumanas a las que están sometidos los trabajadores rurales se suman a la exposición a productos químicos. El caso mencionado de Ezequiel Ferreyra es tal vez el más conocido. En uno de los operativos se encontraron envases vacíos de plaguicidas cerca de las habitaciones de los peones, y en otro, al no tener agua potable, bebían agua con productos químicos proveniente de las mangueras que se utilizaban para el riego. A su vez, el uso de herbicidas tóxicos les provoca problemas respiratorios.
Pero no sólo los trabajadores están expuestos, existen denuncias en todo el país por el uso de glifosato. A raiz del pedido de amparo de un grupo de vecinos y el Centro de Protección a la Naturaleza (CEPRONAT), la semana pasada, un fallo judicial prohibió la fumigación en las cercanías del barrio Urquiza en San Jorge, Santa Fé. Al respecto, el gobernador Hermes Binner, también presente en la inauguración de Expoagro, declaró que "hay que desmitificar la toxicidad del glifosato" y que "siempre surgen denuncias de que hay más casos de cáncer, pero si vamos a las estadísticas eso no está".
Esto no hace más que volver a la necesidad de discutir los agroquímicos, para los cuales existen proyectos de ley que buscan limitar su uso, presentados por legisladores de Proyecto Sur y algunos representantes del kirchnerismo. El ingeniero Carlos Lowy es uno de los impulsores de estas reformas y esta semana expresó: "Como socialista, rechazo los argumentos a favor del uso de los agroquímicos del gobernador" Binner a la vez que "rechazo las trabas que ponen los senadores provinciales justicialistas a la aprobación de la modificación de la denominada ley de fitosanitarios de la provincia".
Esto no hace más que volver a la necesidad de discutir los agroquímicos, para los cuales existen proyectos de ley que buscan limitar su uso, presentados por legisladores de Proyecto Sur y algunos representantes del kirchnerismo. El ingeniero Carlos Lowy es uno de los impulsores de estas reformas y esta semana expresó: "Como socialista, rechazo los argumentos a favor del uso de los agroquímicos del gobernador" Binner a la vez que "rechazo las trabas que ponen los senadores provinciales justicialistas a la aprobación de la modificación de la denominada ley de fitosanitarios de la provincia".
Agronegocios. Un modelo en cuestión. Darío Aranda, para Página 12, entrevistó a Carlos Manessi, presidente de CEPRONAT, quien expresó que "no se trata sólo del glifosato, sino del modelo agropecuario con consecuencias sanitarias y sociales". En una entrevista concedida a ComAmbiental Aranda explicó: "Todos los modelos de la región sustentan su economía en un modelo extractivo", incluyendo a los "progresistas". Por lo tanto: "para seguir sosteniendo esto van a tener que seguir avanzando sobre territorios, y los propios gobiernos lo reconocen".
En ese sentido, el ministro de Agricultura expresó en la inauguración de ExpoAgro: “Este año llegamos a un récord de producción de 100 millones de toneladas de granos, eso abre un camino de crecimiento donde la meta es llegar a duplicar ese volumen en la próxima década y seguir incorporando tierra arable al proceso productivo de la Argentina”. Por su parte, Scioli se mostró orgulloso del "campo argentino" y sostuvo que “nuestro complejo agrícola ganadero está en condiciones óptimas de aportar respuestas a las necesidades de un planeta cada vez más poblado". El problema radica en que es a costa del planeta y la población; es decir, un círculo vicioso.
Las dos caras del campo. En el documental de Robert Kenner, Food inc, se menciona al comienzo que el modo en que comemos cambió más desde los últimos 15 años que en 10.000 años. "La imagen que se usa para vender comida es la imagen del campo americano". Y agrega: "La realidad es que no hay granjas, hay industrias. La carne y los granos son manejados por grandes corporaciones. No hay granjeros ni ranchos, ahora la comida llega de enormes fábricas donde tanto los animales como los empleados son explotados".
El ministro Domínguez también manifestó en Expoagro: “Esta es la apuesta más grande de América Latina, y el Estado nacional, en particular la Presidenta, quiere acompañar esto, porque es producto de la revolución tecnológica y agroindustrial que ha atravesado el país en los últimos años”. La discusión sobre la política agrícola recién parece comenzar, cuando el enfrentamiento entre "gobierno" y "campo" no parece tan nítida si nos enfocamos en el modelo de los agronegocios.
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