Desde ayer, el accidente nuclear en la planta Fukushima-I es el peor después de Chernobyl. Aunque no tiene la misma intensidad, la radiación ya tiene niveles nocivos y viaja con el viento. El riesgo está en sus seis reactores y la cercanía con la planta Fukushima-II, a solo 11 kilómetros.
En un mensaje dirigido al pueblo japonés, Naoto Kan, el Primer Ministro de Japón remarcó que en un radio de 20 kilómetros de Fukushima-I debe realizarse la evacuación obligatoria. En tanto, de los 20 a 30 kilómetros, los pobladores deben quedarse dentro de sus casas u oficinas, cerrando puertas y ventanas para minimizar la exposición. En Tokio también crece la preocupación por el riesgo de contaminación. Una preocupación que llega a todo el mundo.
Los hechos. La novedad de las últimas 24 horas es que hay problemas con los reactores 4, 5 y 6 de Fukushima-I. No estaban en funcionamiento pero tienen combustible nuclear usado que requiere refrigeración constante y cuya radiación es más dañina. La situación es difícil sobre todo en el 4, donde un incendio se reavivó y el gobierno ordenó inyectar agua de mar. No obstante, el panorama más crítico continúa en los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima-I. Siempre según admiten las propias autoridades de la compañía Tokyo Electric Power Company (TEPCO), se produce la fusión parcial del núcleo en los reactores 1 y 3.
En el número 2 el contenedor que aloja el combustible nuclear se rompió el lunes tras una explosión. En ese entonces, en un lapso de dos horas, el nivel de radiación pasó de 965 a 8.217 micro Sievert por hora. Los últimos relevamientos marcaron entre 30 y 400 mili-Sievert. Es decir, subió la escala de medición de millonésima a milésima parte. Yukio Edano, Jefe de Gabinete de Japón admitió que los niveles de radiación nuclear cerca de Fukushima-I son dañinos para la salud humana.
Riesgo para la salud. La Organización Mundial para la Salud (OMS) aclaró que el daño dependerá de la intensidad de la radiación y cantidad de tiempo de exposición. En ese sentido, los socorristas y trabajadores de las plantas nucleares estarán más propensos a "efectos agudos, tales como enrojecimiento de la piel, caída del cabello, quemaduras por radiación, y el síndrome de irradiación aguda (ARS1)" que se produce al exponerse a más de 1 Sievert (es decir mil veces la medida actual en Fukushima-I).
En el largo plazo podría aumentar el riesgo de cáncer entre los vecinos expuestos. Al respecto, la OMS agregó que las pastillas de yoduro de potasio entregadas a los vecinos más cercanos a las centrales nucleares, ayudan a prevenir el cáncer de tiroides entre quienes estuvieron expuestos al yodo radiactivo.
Vientos. "Mientras más lejos se esté de Fukushima-I, más seguro se estará, aunque dependerá del viento" sentenció Edano. De hecho, se registraron pequeños niveles de radiación en provincias ubicadas entre Fukushima y Tokio, como en las prefecturas de Tochigi y Chiba. En la misma capital hubo también cambios registrados en las mediaciones, hasta ahora insignificantes.
Greenpeace, por su parte, publicó una simulación que "muestra la potencial columna de radiación basada en las predicciones del clima y el peor escenario posible para la radiación". La ONG insta a que los gobiernos del mundo tome conciencia sobre los inconvenientes de apoyar la energía nuclear. En Argentina, critica al gobierno nacional por su decisión de construir Atucha II, que se inauguraría en el segundo semestre del año.
¿Era previsible? Javier Rodríguez Pardo, fundador del Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH), denunció en un comunicado que "el ocultamiento de la gravedad y la desinformación recorre el mundo". Repasó la historia nuclear japonesa y mencionó varios incidentes como el sismo de 2007 "cuando la central de Kashiwazaki-Kariwa, con siete reactores, quedó fuera de servicio" y "tardó cuatro años en volver a funcionar", o accidentes que -sin condiciones de tsunami o terremoto- demostraron "que no existía la tecnología adecuada" y se expuso a trabajadores y habitantes a graves riesgos para su salud.
El ambientalista reflexionó sobre la energía nuclear como una alternativa a la crisis del petróleo y al cambio climático pero que implica costos económicos y ambientales vinculados a la exportación del uranio y el plutonio y la recuperación en el extranjero de los combustibles radiactivos usados, con el consecuente transporte marítimo de sustancias peligrosas. "Lo que en realidad hace Japón es sembrar la isla de bombas atómicas [...] porque con la energía nuclear no existe umbral seguro".
Y concluyó: "la radiación es sutil, acumulativa, cancerígena y altera las células de información genética, produce mutaciones y, en este marco, los barones nucleares instalaron un gran patíbulo alrededor del mundo sembrándolo de cilindros y bóvedas radiactivas que al caducar su vida útil se convierten en sepulcros de desechos nucleares, en el mejor de los casos, ya que los reactores fueron previamente desarmados pero la radiación continuará por milenios en los residuos radiactivos almacenados."
El dato. La Autoridad de la Seguridad Nuclear de Francia (ASN) reevaluó peligrosidad del accidente del nivel 4 al 6 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) que llega al 7 y representó, en su momento, a Chernobyl. El nivel 6 se refiere al desastre como un "accidente grave a partir de la emisión de cantidades importantes de material radiactivo que requiere la aplicación de contramedidas planificadas".
Para seguir las últimas novedades, ir a http://twitter.com/Comuambiental
Ver también: Japón: un terremoto pone en alerta al mundo por emergencia nuclear (ComAmbiental. 12/3/2011)
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Torre humeante. Reactor 2 de la planta Fukushima Daiichi. Imagen muestra de DigitalGlobe |
Los hechos. La novedad de las últimas 24 horas es que hay problemas con los reactores 4, 5 y 6 de Fukushima-I. No estaban en funcionamiento pero tienen combustible nuclear usado que requiere refrigeración constante y cuya radiación es más dañina. La situación es difícil sobre todo en el 4, donde un incendio se reavivó y el gobierno ordenó inyectar agua de mar. No obstante, el panorama más crítico continúa en los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima-I. Siempre según admiten las propias autoridades de la compañía Tokyo Electric Power Company (TEPCO), se produce la fusión parcial del núcleo en los reactores 1 y 3.
En el número 2 el contenedor que aloja el combustible nuclear se rompió el lunes tras una explosión. En ese entonces, en un lapso de dos horas, el nivel de radiación pasó de 965 a 8.217 micro Sievert por hora. Los últimos relevamientos marcaron entre 30 y 400 mili-Sievert. Es decir, subió la escala de medición de millonésima a milésima parte. Yukio Edano, Jefe de Gabinete de Japón admitió que los niveles de radiación nuclear cerca de Fukushima-I son dañinos para la salud humana.
Riesgo para la salud. La Organización Mundial para la Salud (OMS) aclaró que el daño dependerá de la intensidad de la radiación y cantidad de tiempo de exposición. En ese sentido, los socorristas y trabajadores de las plantas nucleares estarán más propensos a "efectos agudos, tales como enrojecimiento de la piel, caída del cabello, quemaduras por radiación, y el síndrome de irradiación aguda (ARS1)" que se produce al exponerse a más de 1 Sievert (es decir mil veces la medida actual en Fukushima-I).
En el largo plazo podría aumentar el riesgo de cáncer entre los vecinos expuestos. Al respecto, la OMS agregó que las pastillas de yoduro de potasio entregadas a los vecinos más cercanos a las centrales nucleares, ayudan a prevenir el cáncer de tiroides entre quienes estuvieron expuestos al yodo radiactivo.
Vientos. "Mientras más lejos se esté de Fukushima-I, más seguro se estará, aunque dependerá del viento" sentenció Edano. De hecho, se registraron pequeños niveles de radiación en provincias ubicadas entre Fukushima y Tokio, como en las prefecturas de Tochigi y Chiba. En la misma capital hubo también cambios registrados en las mediaciones, hasta ahora insignificantes.
Greenpeace, por su parte, publicó una simulación que "muestra la potencial columna de radiación basada en las predicciones del clima y el peor escenario posible para la radiación". La ONG insta a que los gobiernos del mundo tome conciencia sobre los inconvenientes de apoyar la energía nuclear. En Argentina, critica al gobierno nacional por su decisión de construir Atucha II, que se inauguraría en el segundo semestre del año.
¿Era previsible? Javier Rodríguez Pardo, fundador del Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH), denunció en un comunicado que "el ocultamiento de la gravedad y la desinformación recorre el mundo". Repasó la historia nuclear japonesa y mencionó varios incidentes como el sismo de 2007 "cuando la central de Kashiwazaki-Kariwa, con siete reactores, quedó fuera de servicio" y "tardó cuatro años en volver a funcionar", o accidentes que -sin condiciones de tsunami o terremoto- demostraron "que no existía la tecnología adecuada" y se expuso a trabajadores y habitantes a graves riesgos para su salud.
El ambientalista reflexionó sobre la energía nuclear como una alternativa a la crisis del petróleo y al cambio climático pero que implica costos económicos y ambientales vinculados a la exportación del uranio y el plutonio y la recuperación en el extranjero de los combustibles radiactivos usados, con el consecuente transporte marítimo de sustancias peligrosas. "Lo que en realidad hace Japón es sembrar la isla de bombas atómicas [...] porque con la energía nuclear no existe umbral seguro".
Y concluyó: "la radiación es sutil, acumulativa, cancerígena y altera las células de información genética, produce mutaciones y, en este marco, los barones nucleares instalaron un gran patíbulo alrededor del mundo sembrándolo de cilindros y bóvedas radiactivas que al caducar su vida útil se convierten en sepulcros de desechos nucleares, en el mejor de los casos, ya que los reactores fueron previamente desarmados pero la radiación continuará por milenios en los residuos radiactivos almacenados."
El dato. La Autoridad de la Seguridad Nuclear de Francia (ASN) reevaluó peligrosidad del accidente del nivel 4 al 6 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) que llega al 7 y representó, en su momento, a Chernobyl. El nivel 6 se refiere al desastre como un "accidente grave a partir de la emisión de cantidades importantes de material radiactivo que requiere la aplicación de contramedidas planificadas".
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Ver también: Japón: un terremoto pone en alerta al mundo por emergencia nuclear (ComAmbiental. 12/3/2011)
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