El desafío de Ambientar la Ciudad

¿Cómo pensar lo local, unido a lo nacional, y teniendo en cuenta lo global? Aquí, la responsabilidad de los porteños frente a los graves problemas del país. ¿Qué tiene que ver la Ciudad con la minería y la agricultura? Dos pistas: Residuos electrónicos y residuos orgánicos.

ANÁLISIS.
Por Eduardo Soler

En los últimos años, la conciencia ecológica ha avanzado -a paso progresivo- en la agenda pública. Como venimos analizando, es notable como desde los distintos partidos ya no pueden obviar el tema y, de distintas maneras, incorporan al menos parte del discurso del movimiento ambientalista. De todos modos, los grandes temas nacionales no dan lugar a los problemas urbanos que, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, son muy importantes. Más aún, deben verse las conexiones propias del modelo civilizatorio.

Nación y Ciudad. En las discusiones de la Ley de Bosques y la Ley de Glaciares, por caso, no faltaron los reproches de las provincias "afectadas", es decir, las que tienen intereses vinculados al modelo de los agronegocios y los de la megaminería, respectivamente. Por caso, el promotor de ambas normas, Miguel Bonasso, diputado de "Diálogo por Buenos Aires" (en interbloque con Proyecto Sur), fue acusado de ser "centralista" e inmiscuirse en asuntos ajenos. "Confunden federalismo con feudalismo", solía defenderse el legislador mientras explicaba los alcances de las Leyes de Presupuestos Mínimos, es decir, las que deben regular las bases ambientales que deben estar presente en todo el territorio.

Si bien esto último es cierto, también está claro que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene deudas ambientales que aún no se resuelven. "Primero arreglen el Riachuelo", era el núcleo del discurso de los eventuales opositores a aquellas leyes. Y, es cierto, es un tema de gran relevancia, tal vez uno de los pocos que resulta ser la excepción por su presencia en la agenda pública. Puede responderse, también, que el tema ya se nacionalizó, desde que la Corte Suprema de Justicia ordenó la creación de la ACUMAR a cargo de la Secretaría de Ambiente. Si se lo mira así, la "judicialización" del caso no es mejor que la "imposición" de una Ley a una Provincia por parte del Congreso Nacional.

Otro tema relevante en la agenda pública, aunque no siempre tratado desde la perspectiva ambiental, es la gestión de los residuos sólidos urbanos. En el Día del Ambiente, se hace necesario recordar que cada día la Ciudad genera 5.000 toneladas de "basura" que deben recibir los habitantes del Conurbano Bonaerense. De aquí se desprenden dos puntos. En primer lugar, que la separación de residuos en origen es un deber ciudadano, e implica un acto de solidaridad, tanto con el cartonero del barrio como el vecino al relleno sanitario. En segundo lugar, que este consumismo porteño, el más alto del país con 1,52 kilos por habitante en un día, nos habla también de problemas ambientales que se externalizan.

El Modelo. En este sentido, por ejemplo, ahorrar energía no es sólo contribuir a mitigar un fenómeno global como el cambio climático. Es primordialmente también un acto de solidaridad para que no sean necesarios proyectar, desde el actual modelo productivista, más centrales nucleares o mega-represas que generan situaciones de vulnerabilidad en otras provincias. La Ciudad es hoy el centro de un país con "megacefalía", es decir, una gran "cabeza" que subordina al resto, de donde extrae sus recursos. Es una fuente de desigualdad interna, genera situaciones de injusticia, y bajo ese espectro debe pensarse en una Ciudad más solidaria para con el país.

Esta megacefalía es un rasgo principal del modelo económico, que se complementa con el sistema agro-minero-exportador. La Ciudad de Buenos Aires, es el Puerto principal por donde salen los productos de exportación, ahora en competencia con Rosario, y también la cabeza de la administración central. Esta gran concentración acelera los procesos de migración interna lo cual, en última instancia, genera los propios problemas que pueden verse en el transporte (dentro de la Ciudad, y con el ingreso de más de un millón de autos por día desde la Provincia), y en el acceso a la vivienda. El déficit habitacional llega casi al medio millón de personas.

La megacefalía también permite explicar, en parte, los vínculos de la Ciudad con la mega-minería y el agronegocio. Si bien la mayoría de la producción de cada sector se destina al exterior, no es menos cierto que el consumo porteño necesita, a diferentes escalas, de lo que le brinda el territorio nacional. En este sentido, se hace necesario regular el consumo y la gestión de los residuos bajo la perspectiva ambiental. En ambos casos, el horizonte de acción es el del re-ciclo, que se asemeje a la dinámica ecosistémica donde lo consumido vuelve como insumo para una nueva producción. A eso apuntan las 3-Rs: Reducir y reutilizar para hacer un ciclo más lento, y reciclar para volver al circuito.

Minería Urbana. Parte de los minerales que se exportan vuelven al país en forma de artículos de consumo, como computadoras, que dejan una gran cantidad de residuos hasta hoy sin mayor regulación. La sanción definitiva de la Ley de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos podría dar un marco en el cual se haga posible recuperar estos minerales, incluso para fomentar la producción nacional. No hay glaciares en la Ciudad pero, como planteó en su momento Juan Carlos Villalonga, reciclar en la Ciudad significa que no será necesario destruir una montaña en las provincias cordilleranas, en caso de que se logre frenar el avance de las corporaciones que se llevan el oro, cobre y otros metales al exterior. La minería no es sustentable, salvo que se piense en el uso sustentable de los minerales.

Reverdecer. Algo similar ocurre en el caso de la agricultura, donde también una parte muy importante de la producción se destina al exterior, existe cada vez más presencia de corporaciones trasnacionales. Este modelo de agricultura industrial utiliza paquetes tecnológicos de transgénicos y agroquímicos. La Ciudad podría influir, con su poder de compra, sosteniendo otro tipo de agricultura, ligada a los pequeños productores familiares y emprendimientos orgánicos. Esto último se conecta, por supuesto, a la recuperación de los nutrientes que se van hoy en nuestros residuos orgánicos, mientras en el interior el proceso de desertificación avanza. Reverdecer la Gran Ciudad sería posible, en el conurbano, revitalizando así un nuevo cinturón hortícola que asegure la alimentación de la población.

Discurso y Práctica. Por todo ello, es posible que los ciudadanos porteños, cada vez más concientizados en la problemática ambiental del país, participen también con sus acciones cotidianas en la construcción de otro modelo socioambiental, es decir, de producción y consumo. Para ello no alcanza con iniciativas individuales, necesarias pero insuficientes sin la articulación de formas de organización social, donde el Estado no puede estar ausente. Construyendo así , frente a las desigualdades territoriales, la solidaridad ambiental.

Ecosistema político. Pino Solanas presentó a Pablo Bergel como un espécimen representativo de la causa de los derechos humanos y ambientales (ver entrevista), enfatizando que Proyecto Sur es una fuerza verde. Su presencia apunta a ocupar el nicho que dejó el líder de Iniciativa Verde, Juan Manuel Velasco, quien no llegó a cerrar un acuerdo con Jorge Telerman, como se había previsto. En el lado del kirchnerismo, Daniel Filmus le ganó la competencia a Amado Boudou, en vista de su popularidad, tal vez un reconocimiento a su valía por apoyar la Ley de Glaciares en contra del núcleo duro oficialista. Por su parte, el actual Ministro de Ambiente porteño, Diego Santilli, vio extinguidas sus expectativas de ser compañero de fórmula para la reelección de Mauricio Macri.

Ver también:
ComAmbiental: "Todo tiene que ver con todo (el modelo ambiental)" (22/2/2010) .
ComAmbiental: "Salud, armonía entre humano y ambiente" (7/4/2011)
ComAmbiental: "Villa Soldati, pueblos originarios y un padre en común" (20/12/2010).

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