No quisieron votar un santuario ballenero propuesto por Argentina y Brasil

En la 63° Reunión Anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se realizó la semana pasada en Gran Bretaña, los representantes de Japón y sus aliados abandonaron el recinto y así evitaron que se vote la propuesta de Argentina y Brasil para crear el Santuario Ballenero del Atlántico del Sur, solicitado desde hace años.


Dibujo histórico sobre la cultura del mar en Japón. Archivo de ComAmbiental
El tema será el primero en la agenda del próximo encuentro, en junio de 2012 en Panamá. Por otro lado se acordaron medidas para dar transparencia al financiamiento y funcionamiento de la Comisión, aunque según Greenpeace se requieren más reformas que, por ejemplo, permitan la intervención de la sociedad civil. Los intereses sobre la caza de ballenas siguen siendo más fuertes que el turismo sustentable.


Enemigo número uno. Greenpeace condenó el manejo de Japón. “América Latina espera hace diez años la creación del santuario de ballenas, por lo que es una ofensa que Japón haya ordenado a sus estados-marioneta a dejar sin quórum la sesión. Los países cazadores son responsables de que esta reunión haya sido poco productiva para el futuro de las ballenas”, expresó Milko Schvartzman, coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace en América Latina.

La calificación de “marioneta” fue para Camboya, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Nauru, Mongolia, Mauritania, Guinea Bissau, Granada, Kiribati, Marruecos, Ghana, República de Palaos, Togo, Tuvalu, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía. Esto países, junto con los principales cazadores Islandia, Noruega, Rusia y Corea, se opusieron a la votación. En el documental The Cove queda expuesta la relación de los estados  que reciben cooperación de Japón, a cambio -indirectamente- de que integren la Comisión en su favor.

La creación del Santuario Ballenero del Atlántico Sur fue debatido por muchos años y su resolución debía obtenerse por consenso o por la mayoría de las 3/4 partes. Debido a que la primera era imposible con ocho detractores firmes, Argentina y Brasil -apoyados por Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, República Dominicana y Uruguay- pidieron el derecho a la votación.

El argumento que esgrimió Japón para oponerse fue que “votar podría perjudicar el diálogo constructivo que se había alcanzado en los últimos años”. En cambio para Roxana Schteinbarg, Coordinadora Ejecutiva del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) que asistió a la reunión, la razón era que el escrutinio iba a "mostrar al mundo entero que existe una genuina mayoría a favor de la conservación y uso no letal de las ballenas".

El valor del Santuario. Desde el Instituto explicaron que "las especies y poblaciones de ballenas de la cuenca oceánica del Atlántico Sur se encuentran entre las que más sufrieron la caza comercial a gran escala y que este santuario daría protección a al menos 54 especies, que representan más del 60% de la diversidad mundial de cetáceos". De esta forma, "extendería el área de protección ya existente a través del Santuario del Océano Austral, protegiendo conjuntamente tantas áreas de alimentación y de reproducción de especies altamente migratorias".

Con esta consigna el gobierno argentino "tuvo una destacada actuación, y es un referente dentro de este debate”, felicitó Greenpeace. El ICB destacó además que la Embajadora argentina Susana Ruiz Cerruti elogió, a su vez, los aportes de la industria del avistaje de ballenas en la Patagonia y la larga trayectoria de investigación no letal de ballenas francas australes que tiene más de 40 años de vigencia.

Ver la fotografía y toda la película. Si bien el regreso de la delegación argentina tuvo un sabor amargo, las expectativas se refuerzan en miras a la 64° Reunión en Panamá del próximo año. Greenpeace recordó que la Comisión cambió desde sus inicios en 1946 cuando su finalidad era "regular la cacería debido a que la misma estaba diezmando a las poblaciones de ballenas" y hoy pretende conservar el recurso para su uso sustentable.

Aunque pareciera un juego de palabras, las diferencias son sutiles pero persistentes. La Argentina fue uno de los 12 fundadores y hoy son 89 miembros. Entre ellos, "muchos países que antes cazaban ballenas, dejaron de hacerlo y se volvieron conservacionistas, y desarrollaron importantes actividades de turismo de avistamiento de cetaceos", culminó Greenpeace.

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