Piden un parque nacional sobre una millonaria estancia en Chaco y Formosa

En el mes en que se homenajea a la Pachamama, cabe destacar las negociaciones del gobierno de Chaco con el Ministerio de Turismo y la Administración de Parques Nacionales para crear una reserva sobre una parte de la última muestra intacta del Gran Chaco Americano en territorio nacional: la codiciada estancia “La Fidelidad”.

Concientización por voluntarios de la Red Yaguareté.
Ocupa unas 150.000 hectáreas en Chaco y otras 100.000 en Formosa surcando el Río Bermejo, aunque las tratativas son solo del lado chaqueño. El dueño de la estancia fue asesinado en enero y fuertes intereses agrícolas pugnan por las tierras. Por su parte, numerosas ONG, científicos y naturalistas proponen que sea un parque nacional biprovincial, por su valor ecológico y su alto potencial para el ecoturismo.

El gobierno de Chaco avanza en la expropiación y los mecanismos de financiamiento en miras a promover allí el turismo ecológico. Esto se da después de que la Cámara de Diputados provincial sancionó por unanimidad que La Fidelidad es “zona de reserva de recursos”, con el fin de evitar explotaciones y ocupaciones. Mientras del lado formoseño, una parte del predio quedó establecida como "zona roja" -es decir que no se puede modificar- conforme a la Ley nacional de Protección de Bosques Nativos y el ordenamiento territorial provincial.

No obstante, distintas voces coinciden en que la solución más adecuada sería que La Fidelidad tenga status de Parque Nacional. Consultado por ComAmbiental, el conservacionista Diego S. Olivera aquejó como antecedente que el “decreto 672/2004 declara reserva de recursos al Impenetrable chaqueño, de un millón de hectáreas, donde se permite un aprovechamiento sustentable, pero hasta la fecha carece de implementación”.

Del mismo modo, la periodista Leticia Muñoz de Diario Norte expuso que la Subsecretaría de Medio Ambiente de Chaco tiene “más voluntad que conocimientos”, “un presupuesto exiguo” y “personal escaso”, lo que la coloca en una posición desventajosa frente a poderosos intereses económicos.

Tras el asesinato -que sigue impune- del propietario de La Fidelidad, Manuel Roseo, y su cuñada Nelly Bartolomé, hubo intentos de privados para explotar las tierras valuadas en unos 200 millones de dólares, o aprovechar su recurso hídrico para las producciones agrícolas vecinas. En medio, la justicia reconoció a un niño y una adolescente como herederos de Roseo luego de que un análisis de ADN demostró la filiación.

Foto: Los que se van.
El valor ecosistémico. La propuesta de 16 organizaciones locales, nacionales e internacionales es que el relicto mejor conservado del bosque seco subtropical más grande y con mayor riqueza biológica de América del Sur sea "el parque nacional estrella", tal como abogaba el recientemente fallecido naturalista Juan Carlos Chebez.

La Fidelidad conserva una muestra representativa del ecosistema del Chaco Seco con bosques de quebracho colorado y quebracho blanco que albergan a numerosas especies en peligro de extinción, entre ellas el yaguareté, el tatú carreta y el oso hormiguero. Los ecólogos la consideran “un punto clave para la conservación del patrimonio natural y una oportunidad única para crear un gran corredor biológico” que permita el intercambio natural necesario con la biodiversidad de Salta, Santiago del Estero y Formosa.

Asimismo, está nutrida por el Río Bermejo y cumple una función reguladora del ciclo hidrológico de vital importancia para las zonas más áridas de la cuenca. Un estudio del Grupo de Investigación de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Nacional del Noreste (UNNE) advierte que “la deforestación de los bosques nativos a causa del avance de la sojización impactará de manera progresiva en distintas variables climáticas de la región del Gran Chaco”.

Estos impactos ambientales también inciden en enfermedades rurales como el Mal de Chagas, transmitido por la vinchuca. Según indicó Horacio Lucero del Instituto de Medicina Regional de UNNE a Diario Norte, el desmonte de bosques chaqueños realizado para expandir la frontera agropecuaria contribuyó a “fenómenos de urbanización de la patología”.

Foto: Red Yaguareté.
En campaña. Según Diego Olivera, con el año electoral es difícil saber cómo y cuándo se resolverá la protección de La Fidelidad. Por eso resaltó: "es importantísimo que la ciudadanía de todo el país se entere, se interese y se sume a las expresiones a favor de la creación de este parque nacional" que se sugiere se llame "Juan Carlos Chebez" en honor a su máximo impulsor.

En la Ciudad de Buenos Aires, la Fundación Red Yaguareté busca difundir este mensaje en las esquinas más transitadas y convoca a sumar ideas y opiniones a través de las redes sociales. Verónica Ruvioli, una de sus integrantes, destacó la buena predisposición de la gente para participar.

La meta es que "dentro de 20 años, La Fidelidad, en vez de ser un semidesierto con beneficios para unos pocos, sea un parque exuberante, lleno de vida, para que todos los argentinos lo disfruten y las localidades vecinas se desarrollen a través de una economía sustentable, justa y sostenible en el tiempo", explicó.

En otras palabras, Olivera concluyó: "Hay que destacar que la zona se encuentra ya casi rodeada de soja y otros monocultivos industriales por lo que, de no crearse este parque nacional, se estaría incurriendo en una suerte de delito ambiental gravísimo y comprometiendo el futuro de los mágicos bosques chaqueños de la Argentina y de Sudamérica".

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