Humedales y turismo: una combinación perfecta

En el Día Mundial de los Humedales, instituciones de Santa Fe buscan proteger estos ambientes en la cuenca del Paraná a través del ecoturismo, en contraposición a una polémica ley sancionada recientemente en Entre Ríos. Un caso paradigmático es el de los Esteros del Iberá, en Corrientes, amenazado por monocultivos arroceros.

Contraste. Humedales naturales y arroceras ¿pueden convivir?  Montaje: ComAmbiental.

Este año, la Convención internacional de Ramsar -que fomenta el cuidado de los humedales de mayor valor ecológico- lanzó una serie de recomendaciones junto con la Organización Mundial del Turismo (OMT) con el lema “el turismo responsable apoya los humedales y a la gente”. La meta es replicar las buenas prácticas turísticas que ya se desarrollan en el 35% de los más de mil humedales Ramsar que hay en 117 países.

Conforme a esa línea, en la provincia de Santa Fe hoy se reúnen funcionarios municipales, operadores turísticos, cooperativas ribereñas y profesionales de la Fundación Proteger con el objetivo de organizar y articular emprendimientos turísticos en los humedales del río Paraná, que fortalezcan las economías regionales y tengan bajo impacto ambiental.

Jorge Cappato, director general de Proteger, recordó en radio LT10 de Santa Fe que la iniciativa abarca “700 km de costa” con un “valor biológico y paisajístico extraordinario”, donde el agua -temporal o permanente- no excede una profundidad de seis metros. El ambientalista aclaró: "no es que no se puede tocar sino que hay que hacerlo pero cuidándolo para que siga dando sus frutos”.

Por el contrario, sobre la margen entrerriana una nueva ley, criticada por funcionarios santafecinos, creó una sociedad anónima sobre el delta para destinarlo a la producción de arroz. La Fundación Mbiguá de Paraná, por su parte, denunció que dicha ley 10.092 representa la "privatización" del humedal e “ignora y burla” el plan de estrategia de sustentabilidad en humedales suscrito en 2008 entre las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires con la Nación.

Testigo en el humedal más grande de Argentina: Iberá. Este año se cumple una década desde que unas 24.000 hectáreas de la Laguna y los Esteros del Iberá fueron declarados sitio Ramsar por su importante riqueza biológica y su función vital para la depuración natural del agua y la regulación del clima. Allí, la Colonia Carlos Pellegrini es “el único destino eco-turístico de la región” –aunque otras localidades también podrían serlo- y “recibe más de 30 mil visitantes al año”, según resaltó la ONG Guardianes del Iberá.

Sin embargo, la misma organización advirtió: "Corrientes no tiene nada que festejar". Es que la actividad arrocera creció en la región (recordar el caso de la represa Ayuí también en Corrientes) poniendo en peligro al ecosistema y a la población, “con la utilización ilegal de agua de la laguna, las fumigaciones áreas y terrestres y el incesante tráfico de camiones de gran porte”.

Desde un análisis netamente económico, “la actividad arrocera emplea a menos del 1% de la población de Pellegrini y no reporta beneficios para la localidad”, agregó Guardianes. Por ello reclama "el cierre definitivo de las arroceras en Iberá".

Opiniones de archivo. El potencial ecoturístico de Corrientes es amplio, tal como explicó la subsecretaria de Turismo provincial, Inés Presman, a ComAmbiental en noviembre. "Corrientes tiene naturaleza y cultura para ofrecer", aprovechando además su cercanía con Uruguay, Brasil y Paraguay.

El Ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, también contó entonces a este medio del esfuerzo mancomunado que se está haciendo con los municipios y organismos conservacionistas para fortalecer la infraestructura turística en todo el litoral, aprovechando el posicionamiento de las Cataratas del Iguazú como una de las nuevas maravillas naturales del mundo.

No obstante, el gobierno correntino impulsa con más fuerza la inversión en monocultivos forestales y pasteras, dos actividades productivas relacionadas entre sí y también criticadas porque consumen mucha agua, generan -en proporción- pocas fuentes de trabajo para los locales y los controles ambientales tienen poca transparencia.

Al respecto, en noviembre el senador Eugenio Artaza había expresado a ComAmbiental su desacuerdo con el gobernador correntino Ricardo Colombi -de su mismo partido radical- al considerar que "aumentar el desarrollo pero perjudicando el ecosistema no es la forma".

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