Naciones Unidas presentó en Buenos Aires los objetivos de la cumbre “Río+20” que tendrá lugar en junio en Brasil. El encuentro conmemorará dos décadas de la histórica cumbre de la Tierra “Eco ‘92” que fundó los principios del desarrollo sustentable, y se espera que eche luz sobre la economía verde, un concepto que genera cierta desconfianza. El desafío es revisar críticamente los avances logrados y saldar una deuda pendiente: pasar de los postulados a la acción.
En 20 años, "hay algo que no está funcionando". La población mundial creció a 7.000 millones de habitantes, de los que 1.800 millones son jóvenes y viven en su mayoría en los países en vías de desarrollo, según indicaron en la conferencia. Desde 1992, el mapamundi del poder también cambió y los países más desarrollados tratan de superar crisis económico-financieras mientras que los emergentes como China, India y Brasil tienen mayor protagonismo en la agenda global.
En este nuevo contexto el Programa 21, aprobado en la Eco ’92, abrió “un punto de partida para repensar el crecimiento económico, promover la equidad social y garantizar la protección ambiental”. Sin embargo “hay algo que no está funcionando”, reconoció Martín Santiago, coordinador Residente de Naciones Unidas en la Argentina.
Para Julio Bitelli, ministro consejero de la embajada de Brasil en Buenos Aires, el problema está en que “la inclusión social quedó rezagada” y planteó que la posición del país anfitrión será promover “una economía verde inclusiva” que pueda armonizar con el desarrollo económico y la protección ambiental. Así trató de contrarrestar la desconfianza de ciertos sectores de que la “economía verde” pueda ser otra maniobra para financiar las crisis de los países centrales o engordar capitales transnacionales, a costa de la degradación ambiental y la pobreza en los periféricos.
María Eugenia Di Paola, directora de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, valoró los avances que Eco ’92 significó para la legislación y la jurisprudencia en la Argentina y en la región, aunque no esté resuelta tal como se ve en la conflictiva discusión de la megaminería y los modelos extractivistas. Por eso instó a “reafirmar los principios y no retroceder en la protección lograda”, mediante un replanteo crítico y constructivo “del PBI y los indicadores del desarrollo sustentable”.
Invitación abierta. La cumbre Río + 20 se llevará a cabo en Río de Janeiro del 20 al 22 de junio y prevé actividades preparatorias y paralelas desde el 13 de ese mes. La idea es promover la plena participación, más allá de la de los 193 países miembros de Naciones Unidas, convocando a gobiernos regionales y locales, así como también a la academia, los sectores productivos, los pueblos originarios y las numerosas ONGs socio-ambientales.
A lo largo de todo el encuentro, se tratarán temas como la seguridad alimentaria, el combate a la pobreza, la crisis financiera, las ciudades sostenibles, las migraciones, el trabajo digno, la energía, el agua y los océanos, entre otros, orientados a la definición de acciones concretas y la designación de recursos.
La Eco-92 fue importante porque fue una gran Cumbre, en cambio en los últimos años se llegó a una especie de "cumbritis", donde no se generaron compromisos obligatorios ni cambios sustanciales diagnosticó Bitelli. E insistió que “Río + 20 no es una cumbre sobre ambiente o cambio climático”. La idea es aprovechar el patrimonio de experiencias de los distintos países y compartirlo para que “salga un nuevo modelo de desarrollo”.
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Brasil, Naciones Unidas y el tercer sector, en la mesa. Foto: ComAmbiental. |
Por Pamela Sioya
En 20 años, "hay algo que no está funcionando". La población mundial creció a 7.000 millones de habitantes, de los que 1.800 millones son jóvenes y viven en su mayoría en los países en vías de desarrollo, según indicaron en la conferencia. Desde 1992, el mapamundi del poder también cambió y los países más desarrollados tratan de superar crisis económico-financieras mientras que los emergentes como China, India y Brasil tienen mayor protagonismo en la agenda global.
En este nuevo contexto el Programa 21, aprobado en la Eco ’92, abrió “un punto de partida para repensar el crecimiento económico, promover la equidad social y garantizar la protección ambiental”. Sin embargo “hay algo que no está funcionando”, reconoció Martín Santiago, coordinador Residente de Naciones Unidas en la Argentina.
Para Julio Bitelli, ministro consejero de la embajada de Brasil en Buenos Aires, el problema está en que “la inclusión social quedó rezagada” y planteó que la posición del país anfitrión será promover “una economía verde inclusiva” que pueda armonizar con el desarrollo económico y la protección ambiental. Así trató de contrarrestar la desconfianza de ciertos sectores de que la “economía verde” pueda ser otra maniobra para financiar las crisis de los países centrales o engordar capitales transnacionales, a costa de la degradación ambiental y la pobreza en los periféricos.
María Eugenia Di Paola, directora de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, valoró los avances que Eco ’92 significó para la legislación y la jurisprudencia en la Argentina y en la región, aunque no esté resuelta tal como se ve en la conflictiva discusión de la megaminería y los modelos extractivistas. Por eso instó a “reafirmar los principios y no retroceder en la protección lograda”, mediante un replanteo crítico y constructivo “del PBI y los indicadores del desarrollo sustentable”.
Invitación abierta. La cumbre Río + 20 se llevará a cabo en Río de Janeiro del 20 al 22 de junio y prevé actividades preparatorias y paralelas desde el 13 de ese mes. La idea es promover la plena participación, más allá de la de los 193 países miembros de Naciones Unidas, convocando a gobiernos regionales y locales, así como también a la academia, los sectores productivos, los pueblos originarios y las numerosas ONGs socio-ambientales.
A lo largo de todo el encuentro, se tratarán temas como la seguridad alimentaria, el combate a la pobreza, la crisis financiera, las ciudades sostenibles, las migraciones, el trabajo digno, la energía, el agua y los océanos, entre otros, orientados a la definición de acciones concretas y la designación de recursos.
La Eco-92 fue importante porque fue una gran Cumbre, en cambio en los últimos años se llegó a una especie de "cumbritis", donde no se generaron compromisos obligatorios ni cambios sustanciales diagnosticó Bitelli. E insistió que “Río + 20 no es una cumbre sobre ambiente o cambio climático”. La idea es aprovechar el patrimonio de experiencias de los distintos países y compartirlo para que “salga un nuevo modelo de desarrollo”.
Atracciones. Para concitar la atención popular, los organizadores evalúan aprovechar las plataformas online para permitir una interacción más masiva en los foros. Y planean también invitar a celebridades de la política y del espectáculo, como Bill Clinton y Angelina Jolie.
-¿Considera que son figuras representativas?- preguntó un reconocido periodista en la sala.
-Pienso que sí -respondieron.
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