En Japón, la lupa sobre la energía nuclear

La semana pasada más de 100.000 manifestantes sorprendieron en Tokio, la capital de Japón, en claro rechazo a la política nipona que promueve la energía nuclear. Informes independientes sobre la dañada central Fukushima-I señalaron que hubo irregularidades tanto del gobierno como de la empresa TEPCO y que aún resta investigar más sobre las causas y las consecuencias. ComAmbiental compartió un resumen actualizado en el programa radial Japón Hoy por FM Palermo 94.7.

Unas 170.000 personas dijeron "Chau" a la energía nuclear. Foto: Fukushima Diary
En una sociedad de aparente consenso, fue noticia la multitudinaria marcha convocada por el Premio Nobel de Literatura Kenzaburo Oe y el músico Ryuichi Sakamoto, entre otras celebridades. El lema fue “Sayonara Genpatsu (Adiós a las centrales nucleares)”.


Esto se dio después de que se difundieron dos informes independientes que determinaron que el accidente en Fukushima-I era evitable, señalando que:
• Las regulaciones no estaban claras para situaciones de crisis como ésta
• El gobierno japonés no se preparó lo suficiente y manejó mal la información (por ejemplo, el servicio meteorológico nacional podía pronosticar hacia dónde podían ir las emisiones radiactivas según el viento y así evitar la exposición de la gente pero esa información no se difundió a los gobiernos locales a cargo de las evacuaciones).
• La empresa TEPCO no mejoró las medidas de seguridad como le había señalado la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear en 2007, pero ésta a su vez no hizo nada ante el incumplimiento. TEPCO tampoco contribuye a la investigación de las causas del accidente.
• Es un rasgo cultural que los japoneses no cuestionan a la autoridad y se ajustan al procedimiento a rajatabla.


Por otro lado, el problema en la central Fukushima-I no está solucionado y los efectos de la radiactividad sobre la salud humana se verán en el largo plazo. El doctor Wladimir Wertelecki, físico genetista que estudia a niños que viven cerca de Chernobyl, Ucrania, sostiene que la radiación de las bombas de Hiroshima y Nagasaki fue intensa pero de corta duración. En cambio el impacto de Chernobyl y Fukushima-I continúa en el ambiente y es inhalado o ingerido de manera acumulativa en el cuerpo. “Comer un hongo contaminado puede equivaler a 100 radiografías de tórax”. Según Wertelecki, esta radiación no sólo podría causar defectos de nacimiento sino alteraciones genéticas en las futuras generaciones.

Según la televisión pública japonesa NHK, investigadores de Francia, EE.UU. y Okinawa hicieron un estudio en el último año sobre las 45 especies de aves que habitan la prefectura de Fukushima. Descubrieron que en Iidatemura, la localidad con mayor nivel de radiación, la población de aves disminuyó en cantidad al 70% y en variedad tiene 1/5 de lo que se ve en Nihonmatsu donde la contaminación es la menor de las cuatro localidades que componen Fukushima.

En materia de mitigación, en Niigata se probó descontaminar el suelo de Fukushima para compost, con una solución de bacterias fotosintéticas y se logró bajar solo un 32% de cesio radiactivo. En la planta Fukushima-I, hay 170.000 toneladas de agua contaminada almacenada y se está tratando con un dispositivo que logró remover el cesio. Para septiembre se espera tener lista otra tecnología que disminuya otros 62 elementos radiactivos presentes en esa agua a niveles tolerables.
Bonus track. El tema "Ajisai Revolution" (Revolución Hortensia), cover de "Revolution" de los Beatles, escrito e interpretado en japonés por Hiroshi Takano, fue tendencia en Twitter en Japón y promete tomarse como bandera global antinuclear.
あじさいレヴォリューション(ver.1)2012.6.23.@仙台

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