En las últimas horas, hubo un corolario triste del pico de calor que sufrió Buenos Aires en la víspera de Navidad. Murió Winner, como se llamaba el oso polar que quedaba habitando en el Zoológico de Buenos Aires. Las propias autoridades explicaron que se trató de una "hipertermia", tanto por el calor extremo ambiental como el estrés causado por la pirotecnia. Por un lado, está en discusión nuestro trato hacia los animales. Por el otro, puede servir como un símbolo de los peligros del cambio climático global.
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Un oso polar sufriendo el calor de Buenos Aires. Foto: Archivo Virginia Dorado. |
Aquí, Winner no estaba en su hábitat natural. El sistema de ventilación (no de refrigeración) instalado no fue suficiente para sofocar el calor extremo. Según el propio Zoológico: "Lamentablemente, como consecuencia de los inusuales picos de temperatura, combinado con la pirotecnia del 24 a la noche y el temperamento nervioso del oso, dificultaron la normal termorregulación, llevando a la muerte del mismo". Este hecho también puede servir para reavivar el debate sobre el zoológico de Buenos Aires. Ya existen protestas y propuestas para que se transforme el lugar con una lógica más ambiental.
Hablando del pico de calor, lo importante es que este tipo de fenómenos será cada vez más frecuente, por la tropicalización de Buenos Aires. Y, en este sentido, debe haber políticas de adaptación de todo tipo, porque también afectará a los animales humanos. Europa ya vivió la muerte de personas, especialmente ancianos, por las olas de calor. Sobre todo, teniendo en cuenta que se une con el colapso de la infraestructura energética. Todo ello, es un desafío a corto plazo sobre el que debe trabajarse más.
Y, desde el punto de vista del trato con los animales, tenemos una muestra clara de lo daños que podemos causarles. Más allá de que Luis Pavesio dijera en C5N que tenía una pileta grande donde refrescarse, nunca puede equipararse con el territorio que tiene en libertad. Incluso, también se reveló que los animales son recluidos en espacio más pequeño durante la noche "por seguridad". El Zoo también de alguna manera responsabilizó al oso por su temperamento, e incluso señalaron que por tratarse de la novena generación criada en cautiverio ya estaba habituado al clima templado. Una muy extraña "adaptación" de la teoría de la evolución de Darwin.
ACTUALIZACIÓN 28/12. La Fundación de Historia Natural Félix de Azara se pronunció sobre la muerte del oso polar del Zoo de Buenos Aires. Aquí lo transcribimos:
En Sudamérica hay osos polares en el zoológico de Chapultepec, México, por ejemplo, pero su recinto está refrigerado. En Brasil hay en al menos dos zoológicos en las mismas condiciones. En los zoológicos de Barcelona y Londres pasa lo mismo.
El recinto para osos polares del Jardín Zoológico debía haber estado refrigerado a no más de 10 grados y el agua haber estado aclimatada a unos 6 grados.
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