La referente de las Madres de Ituzaingó Anexo contó cómo reprimió la policía de Infantería junto a vecinos pagados, frente al reclamo social de un referendum en Malvinas Argentinas, Córdoba, por la instalación de una planta de Monsanto. Sofía advirtió que el problema no es particular y aislado sino que es parte del modelo agroalimentario que "está produciendo un genocidio encubierto”. Ayer hubo una nueva marcha en la capital provincial.
En diálogo con ComAmbiental, la referente de Madres de Ituzaingó reafirmó la importancia de oponerse a la Ley de Semillas porque sería parte de la consolidación del modelo de contaminación en el campo.
Como extracta el video de su exposición pública (ver al final de la nota), la lucha personal desde 2001 de Sofía Gatica –reconocida con el premio Goldman 2012, equivalente al Nobel “verde”- en realidad defiende el derecho de todo ser humano a un ambiente sano.
En efecto, la muerte de su hija con malformaciones no fue la única en su barrio. Luego de reclamar e insistir por estudios epidemiológicos, en 2009 se reconoció oficialmente que “el 80% de los niños tiene seis o siete agroquímicos en sangre y que el 33% de la población moría con tumores”.
En un juicio inédito en agosto pasado, un productor sojero y un fumigador aéreo fueron encontrados culpables de la grave contaminación en Ituzaingó Anexo aunque fueron condenados a tareas comunitarias. Si bien sentó un precedente, "no estoy de acuerdo con el fallo porque el que enferma y mata tiene que estar preso", señaló Gatica. En este punto, redobló las expectativas en el juicio de fondo que se realizará el próximo año demandando también a los agrónomos asesores, "los funcionarios y todos los que quisieron ocultar la verdad".
Lo cierto es que el panorama se repite en otras localidades como “Colonia Carolla, Montecristo, también en Uruguay y en Paraguay”, más allá de los imputados de turno. A colación, la reforma a la Ley nacional de Semillas habilitaría a privatizar la biodiversidad genética.
Por eso esta Madre enmarcó el problema en el modelo agroalimentario que atañe a toda la Argentina y que se refleja en el resto de Latinoamérica: “Lo están imponiendo las multinacionales. No estamos eligiendo qué comer. Se están adueñando de nuestras tierras, de nuestras vidas. El modelo está produciendo un genocidio encubierto”.
La alternativa viene de la mano de la producción orgánica, la soberanía alimentaria y los alimentos sanos para todos. Lejos del slogan de las grandes corporaciones que repiten que se necesitan agroquímicos para alimentar a una población en crecimiento, las Madres de Ituzaingó Anexo recuerdan que "el ´progreso´que contamina, enferma y mata No es progreso".
Ver también:
Fuera Monsanto, de Córdoba a Buenos Aires
Las Madres de Ituzaingó y la justicia ambiental
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Denuncias distintas de un mismo problema. Foto: ComAmbiental |
En diálogo con ComAmbiental, la referente de Madres de Ituzaingó reafirmó la importancia de oponerse a la Ley de Semillas porque sería parte de la consolidación del modelo de contaminación en el campo.
Como extracta el video de su exposición pública (ver al final de la nota), la lucha personal desde 2001 de Sofía Gatica –reconocida con el premio Goldman 2012, equivalente al Nobel “verde”- en realidad defiende el derecho de todo ser humano a un ambiente sano.
En efecto, la muerte de su hija con malformaciones no fue la única en su barrio. Luego de reclamar e insistir por estudios epidemiológicos, en 2009 se reconoció oficialmente que “el 80% de los niños tiene seis o siete agroquímicos en sangre y que el 33% de la población moría con tumores”.
En un juicio inédito en agosto pasado, un productor sojero y un fumigador aéreo fueron encontrados culpables de la grave contaminación en Ituzaingó Anexo aunque fueron condenados a tareas comunitarias. Si bien sentó un precedente, "no estoy de acuerdo con el fallo porque el que enferma y mata tiene que estar preso", señaló Gatica. En este punto, redobló las expectativas en el juicio de fondo que se realizará el próximo año demandando también a los agrónomos asesores, "los funcionarios y todos los que quisieron ocultar la verdad".
Lo cierto es que el panorama se repite en otras localidades como “Colonia Carolla, Montecristo, también en Uruguay y en Paraguay”, más allá de los imputados de turno. A colación, la reforma a la Ley nacional de Semillas habilitaría a privatizar la biodiversidad genética.
Por eso esta Madre enmarcó el problema en el modelo agroalimentario que atañe a toda la Argentina y que se refleja en el resto de Latinoamérica: “Lo están imponiendo las multinacionales. No estamos eligiendo qué comer. Se están adueñando de nuestras tierras, de nuestras vidas. El modelo está produciendo un genocidio encubierto”.
La alternativa viene de la mano de la producción orgánica, la soberanía alimentaria y los alimentos sanos para todos. Lejos del slogan de las grandes corporaciones que repiten que se necesitan agroquímicos para alimentar a una población en crecimiento, las Madres de Ituzaingó Anexo recuerdan que "el ´progreso´que contamina, enferma y mata No es progreso".
Ver también:
Fuera Monsanto, de Córdoba a Buenos Aires
Las Madres de Ituzaingó y la justicia ambiental
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