La justicia ordenó al gobierno porteño suspender la “poda, transplante o remoción de árboles” en torno a las obras del Metrobus sobre la avenida 9 de Julio. Opiniones vecinales, ambientales y de la oposición denunciaron falta de transparencia y de tratamiento previo en la Legislatura. Alegan además que para mejorar el transporte en la Ciudad se podría implementar otras medidas más económicas y ecológicas.
El juez Guillermo Schleiber del juzgado 14 en lo contencioso administrativo pidió al gobierno porteño detener toda actividad que afecte árboles y plazoletas de “la avenida más ancha del mundo” y que presente información sobre la obra. Así dio lugar a una presentación realizada por el dirigente Facundo Di Filippo (Partido Social) con el auspicio de los abogados ambientalistas Enrique Viale y Jonatan Baldiviezo.
En ese documento, Di Filippo recordó que según la ley 2.992 (arts. 7, 8, 9 y 11), los proyectos de otros corredores del Metrobus -posteriores al de la avenida Juan B. Justo- “deben pasar por la Legislatura de la Ciudad para su aprobación”. Además, el gobierno porteño “debió firmar un Convenio con el Estado Nacional” por la afectación del recorrido de las líneas de colectivos que son incumbencia del Ministerio del Interior y Transporte, “y éste ser aprobado por la Legislatura porteña (art. 80, inciso 8 de la Constitución de la Ciudad, art. 14 de la ley 2.992) en forma previa a la licitación y ejecución de las obras”. Nada de ello ocurrió.
¿Cómo se mide el impacto? El Auditor General de la Ciudad, Eduardo Epszteyn, twiteó: “La discusión no es metrobus sí o no, No va en la 9 de Julio! Impacto Ambiental trucho y contratación opaca. SOBERBIA, AUTORITARISMO PRO!”
El documento presentado por Di Filippo constató que las obras implican: “Recorte de plazoletas laterales: 600 m3; Recorte de Plazoletas Centrales: 3.000 m3; Recorte de la Plaza de la República: 200 m3(5,5 metros de cada lado de la misma); Las plazoletas centrales pasarán a ser todas de 8mts de ancho, se reemplazará espacios verdes por cemento (actualmente cuentan entre 18 y 20 metros de ancho). La afectación de 217 árboles.”
Por su parte, Guillermo Dietrich, Subsecretario de Transporte de la Ciudad, aclaró el tema del arbolado, en las redes sociales. El plan de obra “contempla la construcción de boulevares con árboles en los laterales de los carriles exclusivos. Por primera vez, la avenida contará con un paisaje uniforme de punta a punta, árboles de especies nativas que complementarán el paisaje actual, convirtiéndolo en un verdadero corredor sustentable. Y para que estos árboles crezcan y se mantengan de la mejor manera, vamos a mantenerlos con un sofisticado sistema de riego".
Y agregó: "al finalizar la obra, la avenida contará con 1.854 árboles, o sea: 414 árboles más que ahora. Quiero que sepas también que, como el tránsito será más fluido, se reducirá el uso de combustible en los vehículos que transiten por la avenida. Esto implicará una reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de 5.612 toneladas de CO2eq/año (toneladas de dióxido de carbono equivalentes por año).”
Entonces, ¿cuál es el quit de la cuestíón? Quizá eche luz una frase que dijo el arquitecto Rodolfo Livingston en el programa Duro de Domar:“el árbol no es un objeto, es un lugar”. Así propuso por ejemplo utilizar las calles laterales (Cerrito, Lima, Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigoyen) sin necesidad de realizar cambios onerosos no solo para el presupuesto sino también para la identidad porteña.
En este sentido, Greenpeace declaró en un comunicado: “es necesario que el sistema de transporte público de pasajeros sea pensado de una manera integral con participación de los vecinos”. Del mismo modo, Verde al Sur calificó esta situación como “otro acto de atropello del gobierno de la ciudad contra el patrimonio ambiental y cultural, y contra los principios de democracia participativa y de legalidad fijados en la Constitución de la CABA de 1996”, que se suma a los incidentes por el enrejamiento del Parque Centenario y los negociados en connivencia con el gobierno nacional en Caballito, Liniers, Palermo, la isla Demarchi y la ex ciudad boca juniors/IRSA.
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Comparativo entre el plano oficial y la foto actual. Por ComAmbiental |
El juez Guillermo Schleiber del juzgado 14 en lo contencioso administrativo pidió al gobierno porteño detener toda actividad que afecte árboles y plazoletas de “la avenida más ancha del mundo” y que presente información sobre la obra. Así dio lugar a una presentación realizada por el dirigente Facundo Di Filippo (Partido Social) con el auspicio de los abogados ambientalistas Enrique Viale y Jonatan Baldiviezo.
En ese documento, Di Filippo recordó que según la ley 2.992 (arts. 7, 8, 9 y 11), los proyectos de otros corredores del Metrobus -posteriores al de la avenida Juan B. Justo- “deben pasar por la Legislatura de la Ciudad para su aprobación”. Además, el gobierno porteño “debió firmar un Convenio con el Estado Nacional” por la afectación del recorrido de las líneas de colectivos que son incumbencia del Ministerio del Interior y Transporte, “y éste ser aprobado por la Legislatura porteña (art. 80, inciso 8 de la Constitución de la Ciudad, art. 14 de la ley 2.992) en forma previa a la licitación y ejecución de las obras”. Nada de ello ocurrió.
¿Cómo se mide el impacto? El Auditor General de la Ciudad, Eduardo Epszteyn, twiteó: “La discusión no es metrobus sí o no, No va en la 9 de Julio! Impacto Ambiental trucho y contratación opaca. SOBERBIA, AUTORITARISMO PRO!”
El documento presentado por Di Filippo constató que las obras implican: “Recorte de plazoletas laterales: 600 m3; Recorte de Plazoletas Centrales: 3.000 m3; Recorte de la Plaza de la República: 200 m3(5,5 metros de cada lado de la misma); Las plazoletas centrales pasarán a ser todas de 8mts de ancho, se reemplazará espacios verdes por cemento (actualmente cuentan entre 18 y 20 metros de ancho). La afectación de 217 árboles.”
Por su parte, Guillermo Dietrich, Subsecretario de Transporte de la Ciudad, aclaró el tema del arbolado, en las redes sociales. El plan de obra “contempla la construcción de boulevares con árboles en los laterales de los carriles exclusivos. Por primera vez, la avenida contará con un paisaje uniforme de punta a punta, árboles de especies nativas que complementarán el paisaje actual, convirtiéndolo en un verdadero corredor sustentable. Y para que estos árboles crezcan y se mantengan de la mejor manera, vamos a mantenerlos con un sofisticado sistema de riego".
Y agregó: "al finalizar la obra, la avenida contará con 1.854 árboles, o sea: 414 árboles más que ahora. Quiero que sepas también que, como el tránsito será más fluido, se reducirá el uso de combustible en los vehículos que transiten por la avenida. Esto implicará una reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de 5.612 toneladas de CO2eq/año (toneladas de dióxido de carbono equivalentes por año).”
Entonces, ¿cuál es el quit de la cuestíón? Quizá eche luz una frase que dijo el arquitecto Rodolfo Livingston en el programa Duro de Domar:“el árbol no es un objeto, es un lugar”. Así propuso por ejemplo utilizar las calles laterales (Cerrito, Lima, Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigoyen) sin necesidad de realizar cambios onerosos no solo para el presupuesto sino también para la identidad porteña.
En este sentido, Greenpeace declaró en un comunicado: “es necesario que el sistema de transporte público de pasajeros sea pensado de una manera integral con participación de los vecinos”. Del mismo modo, Verde al Sur calificó esta situación como “otro acto de atropello del gobierno de la ciudad contra el patrimonio ambiental y cultural, y contra los principios de democracia participativa y de legalidad fijados en la Constitución de la CABA de 1996”, que se suma a los incidentes por el enrejamiento del Parque Centenario y los negociados en connivencia con el gobierno nacional en Caballito, Liniers, Palermo, la isla Demarchi y la ex ciudad boca juniors/IRSA.
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