Hoy 22 de mayo se celebra el Día Mundial de la Diversidad Biológica. Y en Argentina, como en gran parte del planeta, hay poco por festejar y mucho qué hacer o, mejor dicho, que dejar de hacer. La principal causa que afecta la biodiversidad en el país es la sojización en base a un modelo de agronegocios. Sin embargo, como cruel paradoja, estamos en un punto en que se planea aumentar la diversidad (el mercado) de los cultivos transgénicos. Está muy cercano el lanzamiento de la caña de azúcar y, más aún, son conocidos los anuncios sobre el trigo transgénico fomentado por el Ministerio de Ciencia de la Nación y desarrollada por una empresa de Gustavo Grobocopatel. Mientras tanto, en distintos puntos del país llaman a movilizarse contra Monsanto, como una corporación símbolo de este modelo de concentración.
Sin embargo, como también aclaraba el Ministerio de Ciencia, se trata de una nueva fusión empresarial argentino-estadounidense. Así las cosas: "La empresa argentina Bioceres y la estadounidense Arcadia han constituido una empresa conjunta llamada Verdeca, para el desarrollo, la des-regulación, y la comercialización internacional de eventos transgénicos de soja utilizados para la obtención de semillas. La comercialización del producto a nivel mundial redundará en ingresos para Argentina en materia de retenciones y regalías, además del aumento de la producción y exportación de alimentos". Según se adelantaba: "En los próximos cuatro años las empresas participantes del acuerdo invertirán USD 20.000.000" mientras que "la estrategia regulatoria implica la habilitación comercial" en los principales mercados sojeros, includo Estados Unidos.
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¿Qué ves? En el desierto verde, una bomba de monocultura. Imagen: 5preguntas. |
Soja para hoy. El trigo es un cultivo emblemático de Argentina, al menos de los tiempos criollos, incluso de la época en que el país se conoció como "el granero del mundo". A pesar de que servía al modelo agro-exportador, también sirvió a un modelo de pequeños productores conocidos como "chacras". La incorporación de la soja desde los setenta, pero sobre todo la introducción del cultivo transgénico de la soja patentado por Monsanto significó un cambio en el campo. Como reconocían sectores del oficialismo durante el conflicto de la 125 en 2008, la sojización es responsable de deforestación y por lo tanto pérdida de biodiversidad sobre los bosques y montes nativos. Pero también incluso a la escala de diversidad de cultivos, como maíz, cebada, girasol pero sobre todo el más afectado en proporción fue el trigo.
Un trabajo publicado por la revista de la Asociación Argentina de Ecología lo confirma. Es del año 2009, con la coautoría de Marcelo Aizen, Lucas Garibaldi y Mariana Dondo. En el resumen expresan: "La superficie total cultivada de nuestro país se ha incrementado aproximadamente 45% desde 1990 hasta 2006, en coincidencia con la gran expansión del cultivo de soja, que ha reemplazado al trigo como cultivo dominante". La soja alcanzó a representar la mitad de la superficie cultivada, mientras que la diversidad de cultivos en el campo argentino decreció un 20 por ciento en el periodo estudiado. "Además de la expansión de la frontera agrícola y de la pérdida de biodiversidad por destrucción de ecosistemas naturales, nuestros resultados ponen en evidencia una tendencia hacia la homogeneización del paisaje agrícola".
Por ello es que con la llegada de la soja comenzó a hablarse de "pan para hoy, hambre para mañana". La sojización que avanzó en territorios del norte argentino. Según David Bilenca, del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, la expansión de la frontera agropecuaria se debe al aumento de las lluvias y a que "la siembra directa es un sistema de manejo que permite captar mayor humedad en el suelo". Se avanzó entonces sobre suelos "pobres", en el sentido de que no son aptos para una agricultura intensiva como la que se impone. Para el profesional, consultado en 2008 por la Revista Kinsei: "Un problema que puede devenir es qué pasa si vuelve el régimen de lluvia: ¿se caerá en la desertificación? Una vez que se desmontó un bosque, eso puede poner en riesgo al sistema hacia una mayor aridez".
Siguiendo a Bilenca: "En general, un sistema de monocultivos genera mayores impactos que cuando hay mayor heterogeneidad y diversificación". El equipo de trabajo investiga también la sojización dentro de la frontera, como en la región pampeana. Por ejemplo, "hay una mayor intensificación y una substitución de pastizal por cultivos". En ese caso, también debe considerarse que un sistema agropecuario como la cría de vacas puede convivir con el ecosistema natural. "Entendemos que si ayudamos a conservar la base del recurso que es el pastizal, también vamos a conservar la biodiversidad de la vida silvestre". Sin embargo, "el problema es que hay una tendencia de reemplazar un sistema complejo como podría ser un pastizal natural por una única pastura con una sola especie". La simplificación es necesaria.
Se lo remplaza por el paquete biotecnológico. "Los manejos generalmente están basados en tecnologías de insumo, como la siembra directa. Es un paquete bastante simple, donde se vende un herbicida, una semilla, una maquinaria y se lo hace con relativa facilidad. Manejar un pastizal requiere un conocimiento de la planta y del sistema con más profundidad", enseña Bilenca. Algo similar pasa con la expansión de la frontera agropecuaria en el norte, incluso con una mayor profundidad. Porque allí el cultivo transgénico avanza sobre el monte, que en general está habitado por pueblos campesino- indígenas, con conocimientos ancestrales sobre el modo de aprovechar el hábitat sin necesidad de destruirlo. Por ello siempre diversidad biológica va de la mano con diversidad cultural. Esto está reconocido por las Naciones Unidas, entre otras organizaciones.
El pan vuestro. Una científica tuvo el honor de ser mencionada el año pasado por el discurso de Apertura de las Sesiones del Congreso Nacional por la Presidente de la Nación, Cristina Fernández. ¿Cuál fue el motivo? Esto transcribe la página oficial: "Hace unos días tuve el orgullo de comunicarme con la doctora Raquel Chan, una científica argentina, miembro del CONICET, que junto con otros investigadores de la Universidad del Litoral han descubierto un gen del girasol que lo pueden pasar a la soja y a otros cereales para suprimir el estrés hídrico sin afectar la productividad". Entre aplausos, sigue: "Científicos argentinos que lo han patentado –patente argentina– asociados con una empresa argentina que acaba de firmar un joint venture con una empresa de origen estadounidense para la explotación a nivel mundial de este descubrimiento".
Entre los cultivos que puede aplicarse, uno de los principales es la invención del primer trigo transgénico. El Ministerio de Ciencia de la Nación lo publicó en su sitio, luego del acto al que hacía referencia la Presidente, en febrero del año pasado: "El gen HAHB-4 y este nuevo desarrollo han mostrado otorgar tolerancia a la sequía y la salinidad en la soja, el maíz y el trigo. Además aumenta la productividad de las plantas modificadas". La patente es argentina, como remarcó la Presidente, por lo cual se confirma que la intención es ingresar a la competencia dentro del modelo de los agronegocios. Esto entusiasmó a Cristina: "Puede reportarle al CONICET, en términos anuales, teniendo en cuenta únicamente el mercado interno, algo así como 95 millones de dólares de regalías, a partir de su explotación que se desarrollará en el año 2014 y 2015".
En la misma línea, este 2013 se subió la apuesta: "Una empresa argentina busca desarrollar el primer trigo transgénico", publicó la agencia oficial Telam. La noticia dice: "La compañía nacional Bioceres se unió con la firma francesa Florimond Desprez para desarrollar en Argentina el primer trigo resistente a la sequía y la salinidad, que permitiría incrementar la productividad del cultivo entre un 10 y un 15 por ciento y que demandará una inversión de 10 millones de dólares". Para la empresa nacional: "Argentina es uno de los países que más rápido incorporó tecnología en materia agropecuaria, pero se trató casi siempre de desarrollos externos, mientras que ahora estamos apostando a lo local". Para la empresa francesa: "Queremos ayudar a que Argentina recupere el liderazgo mundial que tuvo en este cultivo y creemos que con este desarrollo puede lograrlo".
Fue una buena noticia para Telam, pero también para Clarín, que tituló de forma similar: "HAHB4: el trigo transgénico criollo". Y aunque la agencia oficial se cuidó de no mostrarlo ni mencionarlo, para el multimedios se destacó otra figura: "De acuerdo con Gustavo Grobocopatel, fundador de Bioceres, este gran salto es fruto de la interacción del Estado, la universidad y los privados y permitirá expandir la frontera agrícola con el trigo". El diario destaca que los derechos de explotación del gen "fueron cedidos por 20 años a Bioceres, propiedad de más de 230 productores agropecuarios". Grobocopatel tomó fama como uno de los mayores difusores del agronegocio, incluso burlándose de la lucha social al decir que se trataba de un "sin tierra", haciendo referencia al modelo de gestión con los "pooles de siembra", donde predomina el capital financiero.
Política de Estado. Nada de esto fue un error, porque el apoyo a un modelo de agronegocios "nacional y empresarial" es una clara política de Estado, sobre todo como salida adelante del conflicto de la 125, que ya desde ComAmbiental hemos caracterizado como un conflicto por la apropiación de la renta extraordinaria. Un modelo desarrollado tanto por el Ministerio de Agricultura con el PEAA como por el Ministerio de Ciencia con su Plan particular. En forma conjunta, el primero alienta la expansión de la frontera agropecuaria, mientras el seguro promueve la privatización de conocimientos indígenas sobre cultivos ancestrales. Así, la estrategia es ambigua en cuanto a lo nacional, pues supone acuerdos con empresas extranjeras, pero es clara y contundente en fomentar el Capital por sobre el del Trabajo. El agronegocio, o la "agricultura sin agricultores".
Este énfasis en el modelo de concentración agropecuaria tiene continuidad en esta política. No por nada, como comenta otra nota de Clarín, el CEO de Bioceres, Federico Trucco, es hijo de Víctor Trucco, quien "tuvo, desde AAPRESID, un enorme protagonismo en el desembarco del primer cultivo transgénico que tuvo el país, la soja RR", que sucedió en los noventa durante la época menemista. Esto fue gracias al auspicio de Monsanto. En la actualidad, ya existen cerca de 20 eventos transgénicos autorizados en el país, mientras se avanza en una nueva Ley de Semillas para el agronegocio. "Nadie es profeta en su tierra", dice Clarín Rural. El titular de la empresa francesa, Francois Desprez comentó que avanzan los trámites en el Mercosur, mientras que “En Europa la situación regulatoria sobre los transgénicos está complicada”.
Aquí habría que decir, en el buen sentido, por algo será que en su tierra francesa no se puede aplicar el cultivo transgénico. A diferencia de Estados Unidos, donde la modernización es salvaje, en Europa puede decirse que existen tendencias de "modernidad reflexiva", con mayores recaudos en aplicar el imperativo tecnológico. Así las cosas, distintos movimientos sociales y ambientales, junto con pueblos campesinos- indígenas, discuten la "productividad" del cultivo transgénico con el paquete tecnológico del agronegocio, sobre todo tomando en cuenta el largo plazo e incorporando en las cuentas las externalidades ambientales y sociales. Una de las más graves es la pérdida de diversidad, que en México ya está afectando a la gran riqueza de variedades de maíz, un cultivo emblemático, supervivencia y herencia de los pueblos indígenas de la zona.
En Argentina ahora se pone en riesgo el trigo, base del "pan de cada día", y también a escala provincial avanzan en Tucumán con la caña de azúcar, aquel cañaveral que la Luna Tucumana besa en la famosa zamba. Un comunicado reciente de la Unión Nacional de Asambleas Ciudadanas advierte la inminente "liberación" del azúcar trangénica. De esta forma: "A pesar de los múltiples acuerdos y coincidencias que existen entre la multinacional Monsanto y la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC), estamos en la antesala de lo que será la presentación de un "invento nacional". Se trata de una caña de azúcar resistente al herbicida glifosato, lograda a partir de métodos similares a los utilizados por Monsanto en soja y maiz. Que requeriría la pulverizacion con raundup, un producto que día a día es cuestionado por comunidades y científicos alrededor del mundo".
“Contrariamente a la idea errónea de la corriente generalizada de que el glifosato es relativamente inofensivo para los seres humanos, la evidencia disponible muestra que el glifosato puede más bien ser el factor más importante en el desarrollo de varias enfermedades y condiciones que se han convertido en crónicas en las sociedades occidentalizadas”. Esta es una de las afirmaciones sostenidas en una reciente investigación con participación del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), difundido por la Red Universitaria de Ambiente y Salud. El modelo de los agronegocios con base en los cultivos transgénicos no solamente amenaza la biodiversidad, sino la salud humana. La referencia a las sociedades occidentales no es anecdótica, puesto que se trata justamente de un modelo mono-cultural. Es decir, lo contrario a toda diversidad biológica y cultural. Y la búsqueda de la soberanía alimentaria.
Cristina, los indígenas, y las dos agriculturas (13/3/2013)“Contrariamente a la idea errónea de la corriente generalizada de que el glifosato es relativamente inofensivo para los seres humanos, la evidencia disponible muestra que el glifosato puede más bien ser el factor más importante en el desarrollo de varias enfermedades y condiciones que se han convertido en crónicas en las sociedades occidentalizadas”. Esta es una de las afirmaciones sostenidas en una reciente investigación con participación del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), difundido por la Red Universitaria de Ambiente y Salud. El modelo de los agronegocios con base en los cultivos transgénicos no solamente amenaza la biodiversidad, sino la salud humana. La referencia a las sociedades occidentales no es anecdótica, puesto que se trata justamente de un modelo mono-cultural. Es decir, lo contrario a toda diversidad biológica y cultural. Y la búsqueda de la soberanía alimentaria.
Resistencias. En Argentina, existen movimientos que ya desde hace años denuncian en sus territorios el avance de la frontera agropecuaria, recurriendo a la violencia amparada por el Estado, cuyo exponente principal puede ser el Movimiento Nacional Campesino - Indígena, que incluye diferentes grupos entre los que se destaca el MOCASE. Por otra parte, en los últimos años surge también otro tipo de resistencia que está más centrado en denunciar los efectos de la contaminación que causa el mismo modelo del agronegocio, a través del uso y abuso de los agrotóxicos como el glifosato. En este caso, es emblemática la lucha de las Madres de Ituizaingó en Córdoba, y en general de todos los llamados "pueblos fumigados". En este marco, el grupo "Millones contra Monsanto" convoca a diferentes manifestaciones como destacamos en la agenda de esta semana.
Ver también:
Agrobierno: De la 125 al abrazo con Monsanto (24/7/2012)
Un Plan para los Agronegocios (6/9/2011)
AGREGAMOS. No olvidemos que el modelo de agronegocios y expansión sojera es la causa estructural por la cual no se cumple con la Ley de Bosques Nativos.
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