El cierre ayer de la presentación de candidaturas políticas para las próximas elecciones legislativas marca un panorama poco alentador desde la perspectiva ambiental. La alta política en general ostenta la ausencia de Partidos con Ideologías y más bien celebra la proliferación de Ideologías Partidas entre dos -o tres- bloques de Poder. Sin embargo, cuando la nota concluía, llegó la información de la presentación del abogado y militante ambientalista Enrique Viale como diputado nacional en la CABA. Por otra parte, a futuro la consideración de un Partido que critique el modelo extractivista desde la Ecología Política es una posibilidad que analiza Los Verdes. La posibilidad del Plan B-V.
Paso (no, gracias).
Ayer culminó la presentación de los acuerdos políticos para el proceso electoral de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). La foto señalada describe la fuerte hegemonía que tiene el bloque oficialista: el Frente para la Victoria (FpV), junto a 12 aliados, que según destacó Página/12 es el único que tiene representación en las 24 provincias. En tal sentido, esta fortaleza también significa aceptar la debilidad de las alianzas que encierra, con gobernadores de "diferente orientación ideológica", incluyendo a Gildo Insfran de Formosa, Luis Beder Herrera en La Rioja, Juan Manuel Urbubey en Salta.
Dentro de la oposición, en asumida posición subordinada, los acuerdos obedecen a urgencias electorales, sobre todo en el muy revuelto espacio progresista, que ahora se presenta junto a la UCR. Frente a esto, los dos espacios más coherentes de todo el espectro político son dos. Uno el conservador PRO de Mauricio Macri, que no logra consolidarse nacionalmente pero sí suma fuerza en las concentraciones urbanas, como sucedió en Santa Fe. Y el otro está representado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), de clara orientación trotskista, y con menor fuego electoral.
En este panorama, la Ecología Política como visión está ausente. De la oferta electoral, los distintos bloques incluyen partidos -o más bien, dirigentes- de distinta extracción ideológica. En tal sentido, el espacio que más se acercaba a esta perspectiva era el Proyecto Sur previo a las elecciones del 2011. La figura de Pino Solanas agrupaba a Libres del Sur y Unidad Popular. Era el inter-bloque que contenía también al diputado Miguel Bonasso, autor y promotor de las Leyes de Bosques (presentada cuando era aliado al kirchnerismo) y la Ley de Glaciares (presentada originalmente por Martha Maffei -ex ARI).
Pero también el partido de Martín Sabbatella, que por el 2009 era un aliado crítico al kirchnerismo, está incorporado completamente al bloque oficialista, en tanto que su figura principal es hoy un funcionario del gobierno nacional, sin espacio para una postura autónoma. En su momento, Nuevo Encuentro también apoyó la Ley de Glaciares en Diputados, mientras que todo el bloque del FpV votó en contra. En el 2009, ambos sectores progresistas tenían muchas más coincidencias ideológicas, y se solía hablar de una posible confluencia, pero la polarización atravesó y fracturó totalmente el espacio.
En la Ciudad de Buenos Aires, apareció un nuevo partido de izquierda independiente, del movimiento estudiantil: Marea Popular, de Itai Hagman, que formó un acuerdo con Claudio Lozano de Unidad Popular. En una línea similar, el MST (también ex-Proyecto Sur), se presenta junto al Partido Social, formado por la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos. Y que presenta como gran novedad la candidatura del abogado y militante ambientalista, Enrique Viale, a diputado nacional. En la Ciudad, tiene 2 años más el legislador Pablo Bergel, con su bloque "Verde al Sur", lindo color.
Paso a paso.
En tal sentido, las perspectivas a nivel político no son favorables para promover una discusión del "modelo" extractivista, al menos a nivel nacional. Las resistencias se articulan a escala local, a través de la práctica de una democracia directa que surge desde las asambleas ciudadanas. El ejemplo de Famatina es claro, puesto que el intendente actual es parte del FpV, reconocido por su política provincial de fomento a la mega-minería. Sin embargo, la movilización de los pobladores por el "Famatina No se toca" dejan en claro cuál es la posición que debe asumir el representante del pueblo.
Así las cosas, a nivel nacional el factor de cambio posible está liderado por las organizaciones de la sociedad civil ambientalista. Un caso es el de Greenpeace, con capacidad de lobby -entendido de forma positiva-, que apoyó también tanto la Ley de Bosques como la Ley de Glaciares. Así las cosas, mientras el gobierno nacional presenta estas legislaciones como orgullo nacional en foros de la ONU, los militantes oficialistas atacan a ésta y otras ONGs cuando plantean críticas públicas. Un discurso que aparece es entonces que el ambientalismo no debe ser "político", sino promover valores y conductas.
Sin embargo, el discurso principal está formulado desde la propia Presidente. Cuando las críticas de algún sector social son importantes, se dice: "Formen un Partido y ganen las elecciones". La frase es políticamente correcta, pero oculta una realidad. El acceso al sistema electoral no es transparente y republicano como la forma lo dice. En los hechos, el acceso a recursos económicos, y las mañas de la política partidaria, presentan obstáculos a tal noble misión. Por ello, el movimiento ambiental, junto a las asambleas ciudadanas, apuesta mayoritariamente por una política apartidaria, no representativa.
Dicho esto, también existe otra agrupación que, en este sentido, asume el desafío planteado por la Presidente. Si bien hubo antecedentes de un Partido Verde en la Ciudad, la organización Los Verdes se propone crear un Partido Político Verde que tenga peso propio. La gran particularidad es que sus dirigentes provienen de las ONGs, en tanto su cara visible es Juan Carlos Villalonga, ex-director de Greenpeace, pero otros integrantes trabajaron en FARN, Vida Silvestre y Amigos de la Tierra. "Nuestro propósito es llevar esa agenda al más alto nivel político", sostienen. La cuestión, hoy, es estratégica.
De la estrategia general y la visión ideológica, a la táctica particular para afrontar la coyuntura política. La gran pregunta es cuándo se podrá producir el estreno electoral de Los Verdes con posibilidades de incidir en la contienda. Hasta ahora, tienen una base también en grandes ciudades, privilegiando a Rosario. Y digo: Otra opción que pudiera tomarse con cuidado es entablar acuerdos con partidos políticos afines, con algo más que sensibilidad por la problemática ambiental. Como Plan B-V (Buen Vivir), existen dirigentes que podrían sumar: Bonasso, Bergel, Viale. El tiempo dirá si es conveniente.
Aclaración propia:
La nota presenta mi opinión personal, no de ComAmbiental como medio. Eduardo Soler.
Ver también:
El aparato político y la energía de la polarización (18-4-2013)
Entrevista a Miguel Bonasso: "Este modelo va en contra de nuestros pueblos". (enero 2012)
Columna de Enrique Viale: "El extractivismo urbano" (abril 2013).
Un ecologista para la Legislatura: Pablo Bergel (junio de 2011)
Informe VI Consulta Ambiental (5/6/2013) con opinión de Juan Carlos Villalonga.
OPINIÓN
Por Eduardo Soler
Paso (no, gracias).
Ayer culminó la presentación de los acuerdos políticos para el proceso electoral de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). La foto señalada describe la fuerte hegemonía que tiene el bloque oficialista: el Frente para la Victoria (FpV), junto a 12 aliados, que según destacó Página/12 es el único que tiene representación en las 24 provincias. En tal sentido, esta fortaleza también significa aceptar la debilidad de las alianzas que encierra, con gobernadores de "diferente orientación ideológica", incluyendo a Gildo Insfran de Formosa, Luis Beder Herrera en La Rioja, Juan Manuel Urbubey en Salta.
Dentro de la oposición, en asumida posición subordinada, los acuerdos obedecen a urgencias electorales, sobre todo en el muy revuelto espacio progresista, que ahora se presenta junto a la UCR. Frente a esto, los dos espacios más coherentes de todo el espectro político son dos. Uno el conservador PRO de Mauricio Macri, que no logra consolidarse nacionalmente pero sí suma fuerza en las concentraciones urbanas, como sucedió en Santa Fe. Y el otro está representado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), de clara orientación trotskista, y con menor fuego electoral.
En este panorama, la Ecología Política como visión está ausente. De la oferta electoral, los distintos bloques incluyen partidos -o más bien, dirigentes- de distinta extracción ideológica. En tal sentido, el espacio que más se acercaba a esta perspectiva era el Proyecto Sur previo a las elecciones del 2011. La figura de Pino Solanas agrupaba a Libres del Sur y Unidad Popular. Era el inter-bloque que contenía también al diputado Miguel Bonasso, autor y promotor de las Leyes de Bosques (presentada cuando era aliado al kirchnerismo) y la Ley de Glaciares (presentada originalmente por Martha Maffei -ex ARI).
Pero también el partido de Martín Sabbatella, que por el 2009 era un aliado crítico al kirchnerismo, está incorporado completamente al bloque oficialista, en tanto que su figura principal es hoy un funcionario del gobierno nacional, sin espacio para una postura autónoma. En su momento, Nuevo Encuentro también apoyó la Ley de Glaciares en Diputados, mientras que todo el bloque del FpV votó en contra. En el 2009, ambos sectores progresistas tenían muchas más coincidencias ideológicas, y se solía hablar de una posible confluencia, pero la polarización atravesó y fracturó totalmente el espacio.
En la Ciudad de Buenos Aires, apareció un nuevo partido de izquierda independiente, del movimiento estudiantil: Marea Popular, de Itai Hagman, que formó un acuerdo con Claudio Lozano de Unidad Popular. En una línea similar, el MST (también ex-Proyecto Sur), se presenta junto al Partido Social, formado por la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos. Y que presenta como gran novedad la candidatura del abogado y militante ambientalista, Enrique Viale, a diputado nacional. En la Ciudad, tiene 2 años más el legislador Pablo Bergel, con su bloque "Verde al Sur", lindo color.
Paso a paso.
En tal sentido, las perspectivas a nivel político no son favorables para promover una discusión del "modelo" extractivista, al menos a nivel nacional. Las resistencias se articulan a escala local, a través de la práctica de una democracia directa que surge desde las asambleas ciudadanas. El ejemplo de Famatina es claro, puesto que el intendente actual es parte del FpV, reconocido por su política provincial de fomento a la mega-minería. Sin embargo, la movilización de los pobladores por el "Famatina No se toca" dejan en claro cuál es la posición que debe asumir el representante del pueblo.
Así las cosas, a nivel nacional el factor de cambio posible está liderado por las organizaciones de la sociedad civil ambientalista. Un caso es el de Greenpeace, con capacidad de lobby -entendido de forma positiva-, que apoyó también tanto la Ley de Bosques como la Ley de Glaciares. Así las cosas, mientras el gobierno nacional presenta estas legislaciones como orgullo nacional en foros de la ONU, los militantes oficialistas atacan a ésta y otras ONGs cuando plantean críticas públicas. Un discurso que aparece es entonces que el ambientalismo no debe ser "político", sino promover valores y conductas.
Sin embargo, el discurso principal está formulado desde la propia Presidente. Cuando las críticas de algún sector social son importantes, se dice: "Formen un Partido y ganen las elecciones". La frase es políticamente correcta, pero oculta una realidad. El acceso al sistema electoral no es transparente y republicano como la forma lo dice. En los hechos, el acceso a recursos económicos, y las mañas de la política partidaria, presentan obstáculos a tal noble misión. Por ello, el movimiento ambiental, junto a las asambleas ciudadanas, apuesta mayoritariamente por una política apartidaria, no representativa.
Dicho esto, también existe otra agrupación que, en este sentido, asume el desafío planteado por la Presidente. Si bien hubo antecedentes de un Partido Verde en la Ciudad, la organización Los Verdes se propone crear un Partido Político Verde que tenga peso propio. La gran particularidad es que sus dirigentes provienen de las ONGs, en tanto su cara visible es Juan Carlos Villalonga, ex-director de Greenpeace, pero otros integrantes trabajaron en FARN, Vida Silvestre y Amigos de la Tierra. "Nuestro propósito es llevar esa agenda al más alto nivel político", sostienen. La cuestión, hoy, es estratégica.
De la estrategia general y la visión ideológica, a la táctica particular para afrontar la coyuntura política. La gran pregunta es cuándo se podrá producir el estreno electoral de Los Verdes con posibilidades de incidir en la contienda. Hasta ahora, tienen una base también en grandes ciudades, privilegiando a Rosario. Y digo: Otra opción que pudiera tomarse con cuidado es entablar acuerdos con partidos políticos afines, con algo más que sensibilidad por la problemática ambiental. Como Plan B-V (Buen Vivir), existen dirigentes que podrían sumar: Bonasso, Bergel, Viale. El tiempo dirá si es conveniente.
Aclaración propia:
La nota presenta mi opinión personal, no de ComAmbiental como medio. Eduardo Soler.
Ver también:
El aparato político y la energía de la polarización (18-4-2013)
Entrevista a Miguel Bonasso: "Este modelo va en contra de nuestros pueblos". (enero 2012)
Columna de Enrique Viale: "El extractivismo urbano" (abril 2013).
Un ecologista para la Legislatura: Pablo Bergel (junio de 2011)
Informe VI Consulta Ambiental (5/6/2013) con opinión de Juan Carlos Villalonga.
Comentarios
Primero: si es posible (o deseable) un partido "verde". Es decir, un partido que en su plataforma tenga una impronta donde el ambiente tenga un papel protagónico, casi único. En España existen partidos anti taurinos que convocan a esos simpatizantes a apoyarlos para que prohiban las corridas ¿y con el resto que hacemos? ¿El resto de los temas importan o deben ser subsumido a lo verde?
Después, dentro del ecologismo existen distintas corrientes. Algunos autores hablan de siete (foladori), cinco (castells) o tres (martinez alier). No se si importa cuantos, pero si que existen estas diferentes formas de concebir la praxis ecologista. Muchas de estas corrientes son contradictorias y hasta irreconciliables entre si ¿Estos partidos representan a todas, a unas, a algunas? ¿Los que estamos en algunas nos sentimos representados por estos?
La trayectoria de los sujetos y los ámbitos de donde estos provienen también es importante para evaluar posibles alianzas electorales. El onegeismo fue muy importante para la lucha ambiental, sobre todo su postura apartidaria. Ahora ¿Es deseable que ese onegeismo lapide su capital social en pos de una construcción política en el sentido mas clásico del termino? (Ademas parece que aquellos que son parte de las ongs no terminan tampoco de despegarse de estas a pesar de sus anuncios) Ni hablar de la ambigüedad con la que se presentan, que es algo asi como un intermedio entre una ong y un partido.
El tema de la ecología política no es menor, la pregunta es ¿ Se hace ecología política, o se hace política-de-la-ecologia? Que como sabemos no es lo mismo. Me parece que el problema no es la especificidad del tema sino de repetir formas o viejos vicios que los partidos siguen reproduciendo. Lógico, la solución no es la anti política o la anti institución, sino todo lo contrario la participación y si es desde la base mucho mejor.
Por supuesto, que el sentido de Ecología Política en la columna no puede limitarse a un partido "ante taurino", o en tal sentido del derecho de los animales, que es un elemento importante, pero debe considerarse en forma integral. La mayor amenaza a los animales está en la pérdida de su hábitat, y en esto tiene que ver el modelo extractivista.
Por otra parte, desde esta perspectiva también la Ecología Política tiene un programa cultural. Por caso, diversidad biológica y diversidad cultural van de la mano, por ello seguimos de cerca las luchas de los pueblos originarios por su territorio.
En definitiva, por ello mismo ComAmbiental se plantea no como un medio que habla de "ambiente" (como tema), sino como un medio "ambientalista" (como visión ideológica). Y en tal sentido es integral, puede hablar de Política, Cultura, Economía, Ecología, Derechos.
Esta es la perspectiva que debe discutirse para la "alta política", que es una vía de acción. Y por ello la diferenciamos de los movimientos en los territorios, que es una lucha política, pero fundamentalmente apartidaria.
Gracias por los comentarios. Saludos, Eduardo Soler.
Ahora en serio: podrán alguna vez dejar el sectarismo recalcitrante? Por supuesto que hay que diferenciar, pero decir que Bonasso es sucursal del Bloque sojero es mala entraña, lisa y llana. Y mentira.