Zoo Porteño: Controversias con ONGs alimentan la idea del "ecofraude"


En los primeros días del mes se conoció el alejamiento de algunas ONGs que participaban en calidad de asesoras para la transformación del ex-zoo porteño. En medio de la controversia por las críticas al actual estado del predio, se anunciaron también recientes cambios en su dirección. ComAmbiental consultó con la organización SinZoo -que promovió el cierre del predio- y al legislador Alejandro Camps (autor del proyecto del Jardín Ecológico).
 
Por Laura Borsellino

El movimiento animalista contra la mercantilización de los animales. Foto: L. B.



Cambios en el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires


En junio de 2016, el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología Andy Freire anunciaron la trasformación del Zoológico en un Ecoparque y el final del encierro de animales. En ese momento, las autoridades expresaron públicamente que el objetivo final era “que no haya más especies que habiten en el predio en forma permanente”.

El 16 de julio abría sus puertas el flamante y nuevo “Ecoparque”, en medio de las vacaciones de invierno, lo cual ya despertaba aireadas críticas y movilizaciones de los grupos activistas, principalmente SinZoo, que hace años reclamaban por la transformación del zoo con el fin de terminar con la exhibición de animales para entretenimiento.

En diciembre de 2016, y a pesar de los anuncios de junio, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires votó un proyecto para que el Ecoparque perpetúe la exhibición de animales y, básicamente, continúe siendo un zoológico como cualquier otro, además, con vía libre para reproducir y enviar animales a otros establecimientos del país.

Al respecto, el legislador Adrián Camps, quien había presentado el proyecto “Jardín Ecológico” redactado junto a miembros del grupo SinZoo en el año 2015, expresaba: “Es un paradigma de otra época mantener animales encerrados solamente con el fin de exhibirlos, en un estado calamitoso como es el de este zoológico. El Gobierno tomó gran parte del discurso animalista, que está presentada en una ley de la Legislatura. En un principio, bien orientado. Hay que reconocerlo. Después, desgraciadamente eso se fue desvirtuando y terminó en un enfrentamiento con los sectores animalistas, que se sienten desfraudados. Tan es así que dicen que el Ecoparque es un Ecofraude”.

Al día de hoy, no solo los grupos de activistas que luchan por el fin del uso de animales para lucrar están descontentos y movilizados a raíz de la confusa situación en que se encuentra el Zoo de Buenos Aires. Según informó el diario La Nación en los primeros días de mayo, la crisis es tal que ya se alejaron tres de las ONGs encargadas de la tarea de asesorar el camino al Ecoparque. Primero el Instituto Jane Godall, luego la APRA (Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires) y por último, la Fundación de Historia Natural Félix de Azara (AZARA), además de otros técnicos especializados en trabajos con fauna silvestre.

Estas instituciones denunciaron un panorama preocupante: vaciamiento, falta de políticas claras, disolución de áreas clave y descuido de animales. Según relata el diario, citando un informe del Área de Desarrollo para el Bienestar Animal: "Hay falta de personal, de presupuesto, de una lógica constante que trabaje en pos del bienestar animal; hay poca capacidad de reacción ante situaciones de emergencia y falta de conocimiento técnico por parte de las líneas directivas del Ecoparque".

A principios de año, miembros del grupo SinZoo realizaron una visita al Ecoparque para registrar la visibilidad de los cambios anunciados. Consultados por ComAmbiental al respecto comentaron: “notamos vaciamiento, faltaban animales, por ejemplo muchos cérvidos, que no aparecían en los listados de traslados de animales. Tampoco vimos a los animales de granja y desconocemos qué sucedió con ellos. Vimos mucho abandono general, recintos vacíos porque los animales habían sido trasladados pero faltaban carteles informativos que explicaran la razón de la ausencia.

Y brindaron más detalles: "En el reptilario, por ejemplo, muchos animales estaban en iguales condiciones a los años anteriores o peor, con las luces emisoras de calor apagadas (elemento esencial para mantener la temperatura corporal de los reptiles en cautiverio). Algunas partes del recorrido están clausuradas, para proteger a los animales del stress de la exhibición, pero la entrada es más cara con un recorrido más corto y aún no vimos que hubiese actividades que reemplacen la exhibición de los animales. No hay alternativas interesantes como podrían ser juegos educativos para chicos o videos. Vimos una sola persona que daba charlas a la gente que se acercaba. Lo que sí notamos, fue que había más personal cuidando que los visitantes no alimenten a los animales.”

Las últimas novedades sobre el Ecoparque, además del alejamiento de las mencionadas ONGs que realizaban asesorías, fue la asunción de Rodrigo Fariña, quien dejó sus funciones en Aves Argentinas para asumir como Gerente de Conservación.

Por otro lado, desde la oficina del diputado Adrián Camps se informó a este medio que está pendiente la visita al predio de la Comisión Especial de Seguimiento y Control, creada por la ley 5752/17 de “Transformación del Zoológico de Buenos Aires”. El presidente de esa comisión es el diputado Marcelo Depierro y está formada por otros 10 legisladores de distintos partidos.

Quedará por ver si en el futuro cercano los animales del ex-Zoo porteño pueden ser enviados a santuarios o lugares mejores donde puedan pasar el resto de sus días en compañía de congéneres y viviendo en condiciones saludables, y principalmente, será una prueba para el Estado, que debe entender que el Ecoparque es parte de un cambio del paradigma en Conservación, donde se enfatiza en el cuidado de los ecosistemas y no en la colección de animales para la observación y disfrute humano.

LIBERACIONES

En abril de 2017 la chimpancé del Zoológico de Mendoza, Cecilia, llegó al santuario de grandes primates de Sorocaba, San Pablo, Brasil. Es el primer caso en que un animal es enviado a un santuario a causa de un hábeas corpus judicial.

Cecilia nació en cautiverio y vivió en el zoológico mendocino por 20 años. Sus dos compañeros, los chimpancés Xuxa y Charly, murieron hace unos años y ella quedó sola, en una jaula de cemento de condiciones paupérrimas.

Uno de los puntos más destacados de la controversia sobre el futuro de los zoológicos es justamente qué hacer con los animales que están allí adentro, la gran mayoría es nacida en cautiverio o han vivido tantos años encerrados que ya no son aptos para volver a vivir sin la tutela humana. Además, la mayoría de los animales de los zoológicos no pertenecen a especies amenazadas y ni siquiera son animales autóctonos criados bajo programas de reintroducción, y esto sucede no solo en Argentina sino a nivel global.

Para responder a la demanda social por la liberación de los animales, el Zoo porteño realizó varias sueltas de animales que vivían libres en el predio, como coipos y lagartos, pero los resultados no fueron los mejores ya que tampoco se procedió de la mejor manera al momento de buscar lugares adecuados para que esos animales fuesen liberados, según el legislador Adrián Camps “Se los soltó en un área de reserva, algunos en Moreno en la reserva Los Robles. Otros en el delta del Paraná. No son animales que estén acostumbrados a proveerse su alimento. Hay denuncias de que en el caso de Los Robles, hay algunos que fueron cazados por pobladores que están pasando una situación difícil a nivel económico”, indicó. “No hay ningún tipo de seguimiento, no están anillados. Se pueden morir todos y nadie se entera de lo que pasó”.

El gran problema es que los animales exóticos (la gran mayoría) no pueden ser liberados en reservas, y en Argentina no existen santuarios, legalmente constituidos como tales, para albergar animales silvestres y proveerles de cobijo hasta sus últimos días, en mejores condiciones y sin sufrir el stress de la constante mirada humana.

También con fuertes críticas al “renovado zoo”, los abogados de AFADA (Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales) - que fueron quienes lograron el habeas corpus para Cecilia, y en su momento para la orangutana del zoo porteño Sandra, aunque en este caso la Jueza Liberatori decidió que se quedara en la ciudad – están avanzando con un proyecto para punir por maltrato animal al Ecoparque porteño por el estado en que se encuentran sus 3 elefantes: Mara, Kuki y Pupi.

En Brasil también hay un santuario de elefantes, y en Mendoza ya piensan enviar a sus cuatro paquidermos hacia allá. Además de estos lugares más cercanos, también hay santuarios más longevos y bien reconocidos en otros países del mundo, como el Wild Animal Sanctuary, especializado en felinos,de Denver, Estados Unidos, al cual han sido enviados felinos del Zoológico de Colon, Provincia de Buenos Aires.



Leer también:
Laura Borsellino / ComAmbiental: La transformación del Zoológico Porteño (25/6/2016)
Eduardo Soler / ComAmbiental: Columna: El zoo, ¿sin gato encerrado? (25/6/2016)

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