17 de mayo, Día del Reciclaje. Una Ley que permite la incineración fue aprobada por la Legislatura porteña, dejando así sin alma a la Ley de Basura Cero. No resulta una novedad para el gobierno del PRO, que desde un comienzo buscó imponer esta tecnología prohibida explicitamente bajo la normativa previa. Sin embargo, tal vez sea peor noticia la confirmación de una subordinación total de dirigentes "verdes" hacia el actual oficialismo, representada por la trayectoria de Juan Carlos Villalonga.
El 2 de mayo de 2018 quedará en la historia ambiental del país como el día en que se quemaron las políticas de fomento del reciclaje en la Ciudad de Buenos Aires. La Ley 1854 de "Basura Cero" fue aprobada en el año 2005 y prohibía las tecnologías de incineración hasta que no se llegara hasta un 75 por ciento de reciclaje del total de residuos producidos. Lejos de poder cumplir con estos objetivos, por las propias falencias del gobierno del PRO que gestiona desde hace más de 10 años en la Ciudad, la modificación de la legislación sobre gestión de residuos sólidos urbanos viene a demostrar su ineficiencia, cuando no su desidia sobre la cuestión.
La sanción de esta Ley de Incineración vino envuelta por el escándalo de la revelación de ejercicios de inteligencia comunicacional -difundida por Enrique Viale, entre otros- que intentaba influir sobre periodistas y organizaciones ambientalistas, inclusive con la posibilidad de aportar "pauta" publicitaria a algunos medios. En esa misma instancia, lo más destacado es que el propio informe reconocía que la tecnología de la incineración genera riesgos a la salud por su emisión de dioxinas y furanos al ambiente, además de que se desaprovechan materiales que pueden ser reciclados. En estos documentos, también se mencionaba explícitamente a Juan Carlos Villalonga como un aliado para intentar convencer a ambientalistas para que abandonen su crítica fundamentada a la incineración.
En 2005, Villalonga era la cara visible de Greenpeace Argentina, la ONG que lideró la estrategia comunicacional para logra la sanción de la Ley de Basura Cero, trabajada en conjunto con otras organizaciones ambientalistas y con las cooperativas de cartoneros que habían proliferado en la coyuntura de la crisis del 2001. Hasta diciembre de 2012, ya en Los Verdes, se mantenía muy crítico de la gestión de residuos porteña, señalando justamente en esta instancia que la intención de generar plantas de MBT era el camino hacia la incineración. Y que si bien esto estaba prohibido por la Ley de Basura Cero, "intentarán modificarla".
En diciembre de 2012, Villalonga desde Los Verdes advertía que construir plantas de MBT se trataba de "el paso inicial de un proceso de incineración". En 2013, meses después, aceptó la invitación a ser Presidente de la APRA. En 2015, en la coyuntura de la campaña electoral protagonizada por Rodríguez Larreta (histórico defensor de la "solución tecnológica" de la incineración), Villalonga ya modificó su posición acerca de construir plantas MBT, sugiriendo que había sido validada por las ONGs ambientalistas (lo cual fue rechazo). Ahora en 2018, el actual diputado oficialista expresa que le parece un error iniciar la incineración, pero su propia gestión al frente del APRA avaló tal camino (como el propio Villalonga activista advertía en 2012).
Por contraste, el rol básico de cualquier activista o político compremetido con el ideario de Basura Cero es intentar modificar esta realidad problemática. No existe ecologismo ni ambientalismo que puedan llamarse como tales si se aceptan los "consensos políticos" (conservadores) que existen en la actualidad y nos llevan a situaciones de grave riesgo ambiental por su falta de sustentabilidad.
Por ello, no se trata aquí de una cuestión personal. El mismo tipo de análisis se realizó cuando Diego Moreno, ex dirigente de Vida Silvestre Argentina (FVSA), salió el año pasado como funcionario a defender las represas en Santa Cruz que la ONG sostuvo en su crítica como un crimen ambiental. Se trató de un punto de quiebre entre organizaciones conservacionistas y su vínculo con la gestión del PRO. En la última coyuntura, FVSA también salió a criticar el proyecto de incineración.
Archivo
ComAmbiental (julio 2015). Greenpeace contradice a Villalonga en una Ley emblemática para la Ciudad
ComAmbiental (mayo 2015). ¿Habrá Basura Cero en la Ciudad de los Verdes?
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El Villalonga de 2012 tenía razón: fueron por la modificación de la Ley Basura Cero. |
El 2 de mayo de 2018 quedará en la historia ambiental del país como el día en que se quemaron las políticas de fomento del reciclaje en la Ciudad de Buenos Aires. La Ley 1854 de "Basura Cero" fue aprobada en el año 2005 y prohibía las tecnologías de incineración hasta que no se llegara hasta un 75 por ciento de reciclaje del total de residuos producidos. Lejos de poder cumplir con estos objetivos, por las propias falencias del gobierno del PRO que gestiona desde hace más de 10 años en la Ciudad, la modificación de la legislación sobre gestión de residuos sólidos urbanos viene a demostrar su ineficiencia, cuando no su desidia sobre la cuestión.
La sanción de esta Ley de Incineración vino envuelta por el escándalo de la revelación de ejercicios de inteligencia comunicacional -difundida por Enrique Viale, entre otros- que intentaba influir sobre periodistas y organizaciones ambientalistas, inclusive con la posibilidad de aportar "pauta" publicitaria a algunos medios. En esa misma instancia, lo más destacado es que el propio informe reconocía que la tecnología de la incineración genera riesgos a la salud por su emisión de dioxinas y furanos al ambiente, además de que se desaprovechan materiales que pueden ser reciclados. En estos documentos, también se mencionaba explícitamente a Juan Carlos Villalonga como un aliado para intentar convencer a ambientalistas para que abandonen su crítica fundamentada a la incineración.
Villalonga avaló la incineración con su gestión
En esta coyuntura, el diputado por Cambiemos Juan Carlos Villalonga se defendió por las redes sociales de quien lo acusó de un "estrepitoso silencio" frente a la sanción de la Ley de Incineración. Sin embargo, más que por su reciente ausencia en el debate público frente a un tema tan cercano a su trayectoria como activista, su responsabilidad política en la cuestión puede ser juzgada por su propia gestión en el Gobierno de la Ciudad. En julio de 2015, como Presidente de la APRA (Agencia de Protección Ambiental) defendió la propuesta de construir plantas de MBT (Tratamiento Mecánico Biológico), criticada por las organizaciones ambientalistas.En 2005, Villalonga era la cara visible de Greenpeace Argentina, la ONG que lideró la estrategia comunicacional para logra la sanción de la Ley de Basura Cero, trabajada en conjunto con otras organizaciones ambientalistas y con las cooperativas de cartoneros que habían proliferado en la coyuntura de la crisis del 2001. Hasta diciembre de 2012, ya en Los Verdes, se mantenía muy crítico de la gestión de residuos porteña, señalando justamente en esta instancia que la intención de generar plantas de MBT era el camino hacia la incineración. Y que si bien esto estaba prohibido por la Ley de Basura Cero, "intentarán modificarla".
En diciembre de 2012, Villalonga desde Los Verdes advertía que construir plantas de MBT se trataba de "el paso inicial de un proceso de incineración". En 2013, meses después, aceptó la invitación a ser Presidente de la APRA. En 2015, en la coyuntura de la campaña electoral protagonizada por Rodríguez Larreta (histórico defensor de la "solución tecnológica" de la incineración), Villalonga ya modificó su posición acerca de construir plantas MBT, sugiriendo que había sido validada por las ONGs ambientalistas (lo cual fue rechazo). Ahora en 2018, el actual diputado oficialista expresa que le parece un error iniciar la incineración, pero su propia gestión al frente del APRA avaló tal camino (como el propio Villalonga activista advertía en 2012).
Coptación ideológica
En una "entrevista radial" en Tercer Tiempo, Villalonga intentó defender su trayectoria como impulsor de la Ley de Basura Cero remarcando que "habilitar la incineración en este momento es un error". No obstante, lo expuso en los términos de que se trata de una "diferencia de opinión", en tanto es consciente de que hoy existe "más consenso político para incinerar" y que por ello uno debe saber "cuando la opinión de uno es minoritaria".Por contraste, el rol básico de cualquier activista o político compremetido con el ideario de Basura Cero es intentar modificar esta realidad problemática. No existe ecologismo ni ambientalismo que puedan llamarse como tales si se aceptan los "consensos políticos" (conservadores) que existen en la actualidad y nos llevan a situaciones de grave riesgo ambiental por su falta de sustentabilidad.
Por ello, no se trata aquí de una cuestión personal. El mismo tipo de análisis se realizó cuando Diego Moreno, ex dirigente de Vida Silvestre Argentina (FVSA), salió el año pasado como funcionario a defender las represas en Santa Cruz que la ONG sostuvo en su crítica como un crimen ambiental. Se trató de un punto de quiebre entre organizaciones conservacionistas y su vínculo con la gestión del PRO. En la última coyuntura, FVSA también salió a criticar el proyecto de incineración.
Día del Reciclaje: Nada que celebrar
Hoy FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales) emitió un comunicado donde vuelve a criticar la Ley aprobada el 3 de mayo. Allí se destaca: "La incineración de residuos no es una tecnología renovable ni limpia, ya que la basura domiciliaria no es un recurso renovable, y su combustión genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sustancias peligrosas para la salud y el ambiente. Además, este método compite con el reciclado y con la denominada Economía Circular, ya que los residuos reciclables son los de mayor poder calorífico y, por ende, los más codiciados por las plantas incineradoras y por la industria del reciclado".
Archivo
ComAmbiental (julio 2015). Greenpeace contradice a Villalonga en una Ley emblemática para la Ciudad
ComAmbiental (mayo 2015). ¿Habrá Basura Cero en la Ciudad de los Verdes?
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