La editorial de la semana
A casi 20 años de la tragedia de Chernobyl, los actores internacionales predominantes impulsan la tecnología atómica. Los medios criticaron la tragedia humana pero no la forma de energía en sí misma. Las explicaciones se dirigieron a la ineficiencia soviética, sin considerar que años antes hubo un accidente en territorio norteamericano.
El presidente Bush está predicando la energía nuclear como la alternativa más redituable para satisfacer la demanda energética, sin depender de los hidrocarburos cada vez más caros debido, entre otros motivos, a la desconfianza de "Occidente" sobre Irán porque éste también promueve la energía atómica pero se sospecha que es para fines bélicos.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la Organización de las Naciones Unidas fue "tildada de esquizofrénica", según IPSNoticias. Ex ministros europeos de Ambiente resaltaron la incoherencia de la Agencia que promueve que las plantas nucleares sirvan a fines pacíficos y no para crear armas. Afirmaron que es difícil prevenir efectivamente la energía nuclear militar ya que aprovecha la misma tecnología que la energía nuclear "civil".
Mientras tanto, se acerca el 20º aniversario del accidente en la planta nuclear de Chernobyl y habrá actividades esta semana para despertar conciencia ambiental (Ver Agenda) que no permita que esta catástrofe vuelva a suceder.
Chernobyl mató y sigue matando a miles de personas con cáncer, tumores, problemas psicológicos, soledad, desamparo. Pero no fue el único accidente. Si bien fue el más grave, también hubo otro antes, de similar falla técnica, el 28 de marzo del '79 en la central The Three Mile Island en EE.UU.
¿Por qué éste no se difunde? En su momento, la opinión pública estadounidense reaccionó y provocó consecuencias políticas y económicas que desalentaron la energía nuclear. Ahora se redujo a un grupo específico. ¿Acaso esta memoria selectiva responde a una estrategia a favor de la hegemonía norteamericana? ¿Acaso sólo los soviéticos podían tener accidentes y los estadounidenses jamás?
Sí, lo sabemos. La información se recorta. Se manipula. Se oculta, como denunciaron sobrevivientes de Chernobyl entrevistados en los medios (Clarín y Perfil). ¿Cuándo estará al servicio de la gente para tomar mejores decisiones?
En la Argentina, el gobierno nacional impulsa la terminación de una central atómica abandonada hace 12 años. En un país donde no son noticia -y hasta quizá sean lamentable tradición- el fraude, la coima y el "trucho", parece lógico que temamos probable un Chernobyl criollo.
Por otro lado, aún contando con la tecnología más avanzada, los mejores científicos y técnicos y los controles más estrictos posibles, los ambientalistas nos recuerdan que siempre quedan residuos radiactivos duraderos por décadas, sino siglos. ¿Qué haremos con ellos? ¿Qué espacio virgen sumiso vamos a contaminar, designándolo como basurero nuclear?
Quienes defienden la energía nuclear aseguran que los hidrocarburos, principal fuente de energía, se agotan. Y agregan que, aunque sembremos el planeta con turbinas para obtener energía eólica o paneles solares (sin riesgos para la salud y el medio ambiente), nunca alcanzará a cubrir la demanda energética de una población mundial que se multiplica.
Los especialistas en economía demuestran interés tanto en el discurso como en las acciones de Bush -ya firmó convenios con la India- y los medios de comunicación propagan el mensaje sin tomar posiciones, dentro de la sección política.
Ahora que el aniversario de Chernobyl puso la cuestión de la seguridad ambiental y sanitaria sobre la energía atómica, los principales diarios se mantuvieron neutrales sin realizar un análisis profundo de la cuestión.
También Perfil lo hizo pero por un juego de suma cero. El 22 de enero Jorge Lanata criticó el plan del gobierno de terminar Atucha II y mencionó entre otras cosas que todavía no se sabe que hacer con los residuos nucleares. ¿Alguien se acuerda de la marcha contra el basurero nuclear en Gastre? "Ningún ténico pudo ni podía entonces asegurar que (...) el material no contaminaría en los próximos mil o dos mil años", escribió Lanata.
Parece que cuatro meses y un día después el mismo diario evitó consultar su archivo propio al volver a referirse al tema de la energía nuclear. En su artículo de hoy, dejaron hablar a "especialistas" de energía nuclear. Como Darío Jinchuk, de la Comisión Nacional de Energía Atómica, quien resumió así su visión sobre las energías limpias: "el viento deja de soplar y hay días nublados"...
Veinte años después, parece que el hombre sigue obsesionado en jugar con fuego.
A casi 20 años de la tragedia de Chernobyl, los actores internacionales predominantes impulsan la tecnología atómica. Los medios criticaron la tragedia humana pero no la forma de energía en sí misma. Las explicaciones se dirigieron a la ineficiencia soviética, sin considerar que años antes hubo un accidente en territorio norteamericano.
El presidente Bush está predicando la energía nuclear como la alternativa más redituable para satisfacer la demanda energética, sin depender de los hidrocarburos cada vez más caros debido, entre otros motivos, a la desconfianza de "Occidente" sobre Irán porque éste también promueve la energía atómica pero se sospecha que es para fines bélicos.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la Organización de las Naciones Unidas fue "tildada de esquizofrénica", según IPSNoticias. Ex ministros europeos de Ambiente resaltaron la incoherencia de la Agencia que promueve que las plantas nucleares sirvan a fines pacíficos y no para crear armas. Afirmaron que es difícil prevenir efectivamente la energía nuclear militar ya que aprovecha la misma tecnología que la energía nuclear "civil".
Mientras tanto, se acerca el 20º aniversario del accidente en la planta nuclear de Chernobyl y habrá actividades esta semana para despertar conciencia ambiental (Ver Agenda) que no permita que esta catástrofe vuelva a suceder.
Chernobyl mató y sigue matando a miles de personas con cáncer, tumores, problemas psicológicos, soledad, desamparo. Pero no fue el único accidente. Si bien fue el más grave, también hubo otro antes, de similar falla técnica, el 28 de marzo del '79 en la central The Three Mile Island en EE.UU.
¿Por qué éste no se difunde? En su momento, la opinión pública estadounidense reaccionó y provocó consecuencias políticas y económicas que desalentaron la energía nuclear. Ahora se redujo a un grupo específico. ¿Acaso esta memoria selectiva responde a una estrategia a favor de la hegemonía norteamericana? ¿Acaso sólo los soviéticos podían tener accidentes y los estadounidenses jamás?
Sí, lo sabemos. La información se recorta. Se manipula. Se oculta, como denunciaron sobrevivientes de Chernobyl entrevistados en los medios (Clarín y Perfil). ¿Cuándo estará al servicio de la gente para tomar mejores decisiones?
En la Argentina, el gobierno nacional impulsa la terminación de una central atómica abandonada hace 12 años. En un país donde no son noticia -y hasta quizá sean lamentable tradición- el fraude, la coima y el "trucho", parece lógico que temamos probable un Chernobyl criollo.
Por otro lado, aún contando con la tecnología más avanzada, los mejores científicos y técnicos y los controles más estrictos posibles, los ambientalistas nos recuerdan que siempre quedan residuos radiactivos duraderos por décadas, sino siglos. ¿Qué haremos con ellos? ¿Qué espacio virgen sumiso vamos a contaminar, designándolo como basurero nuclear?
Quienes defienden la energía nuclear aseguran que los hidrocarburos, principal fuente de energía, se agotan. Y agregan que, aunque sembremos el planeta con turbinas para obtener energía eólica o paneles solares (sin riesgos para la salud y el medio ambiente), nunca alcanzará a cubrir la demanda energética de una población mundial que se multiplica.
Los especialistas en economía demuestran interés tanto en el discurso como en las acciones de Bush -ya firmó convenios con la India- y los medios de comunicación propagan el mensaje sin tomar posiciones, dentro de la sección política.
Ahora que el aniversario de Chernobyl puso la cuestión de la seguridad ambiental y sanitaria sobre la energía atómica, los principales diarios se mantuvieron neutrales sin realizar un análisis profundo de la cuestión.
También Perfil lo hizo pero por un juego de suma cero. El 22 de enero Jorge Lanata criticó el plan del gobierno de terminar Atucha II y mencionó entre otras cosas que todavía no se sabe que hacer con los residuos nucleares. ¿Alguien se acuerda de la marcha contra el basurero nuclear en Gastre? "Ningún ténico pudo ni podía entonces asegurar que (...) el material no contaminaría en los próximos mil o dos mil años", escribió Lanata.
Parece que cuatro meses y un día después el mismo diario evitó consultar su archivo propio al volver a referirse al tema de la energía nuclear. En su artículo de hoy, dejaron hablar a "especialistas" de energía nuclear. Como Darío Jinchuk, de la Comisión Nacional de Energía Atómica, quien resumió así su visión sobre las energías limpias: "el viento deja de soplar y hay días nublados"...
Veinte años después, parece que el hombre sigue obsesionado en jugar con fuego.
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