Con el ruido a ninguna parte

El gobierno porteño comenzó a controlar ayer los ruidos que emite el tránsito pesado: aquellos que superen los decibeles máximos permitidos por la Ley de Contaminación Sonora recibirán multas de entre mil y 50 mil pesos. Además, la norma prevé determinar el nivel de impacto acústico que generan distintos tipos de actividades, como las que se desarrollan en los locales bailables y las industrias.

La medida va en continuidad con el proyecto del Mapa del Ruido para la Ciudad de Buenos Aires iniciado por la Asociación Civil Oír Mejor (ACOM) en 2003 y tratado en la legislatura capitalina desde 2004. El objetivo es realizar controles sorpresivos en las zonas críticas, multar los camiones y colectivos ruidosos para que acondicionen su andar a fin de tener una ciudad más acústicamente saludable.



Fuente: Clarín, 2004.


El Ministro de Medio Ambiente, Juan Manuel Velasco, explicó a Clarín que los operativos se realizarán dos o tres veces por semana, "profundizando los controles de ruido y aire que ya se vienen haciendo desde hace dos meses". Se realizarán mediciones en el motor y en el caño de escape. Según difundió La Nación, el máximo permitido para el motor del tránsito pesado es de 100.3 db y 89db para el caño de escape.

Aquellos que no cumplan con los niveles tolerables recibirán una infracción a la que la Unidad Administrativa de Control de Faltas le asignará el monto de la multa. Sin embargo, para que Buenos Aires pueda disfrutar de una jornada más tranquila y sin ruidos molestos, la norma debería cumplirse a conciencia evitando, por ejemplo, tocar bocinazos apresurados.

De acuerdo con otro artículo de Clarín y con la nota "Buenos Aires, la más ruidosa de Latinoamérica" publicada en Perfil el 16 de abril de 2006, las regiones más ruidosas de la cuarta ciudad con más problemas en el mundo serían:

-Más de 75 decibeles (db): Córdoba y Pasteur, San Juan y Sarandí, Plaza de Mayo, Corrientes y S. Ortiz, Rivadavia y Callao, Salguero y Las Heras, Coronel Díaz y Santa Fe, Sarmiento y Medrano, Juncal y Talcahuano, Los Incas y Tronador, Lavalle y Pasteur, y la 9 de Julio.

-Más de 80 db: Cabildo y Juramento, Santa Fe y Juan B. Justo, Larrea y Viamonte, Estación Miserere, Estación Retiro, y Av. Patricios en Barracas.

Para la Organización Mundial de la Salud, el máximo tolerable es de 70 decibeles, un nivel en el que ya se torna difícil mantener una conversación y si el ruido es continuo puede generar lesiones en el oído. "Es la enfermedad ambiental más importante de la ciudad", opinan desde ACOM, y puede provocar "dolores de cabeza, agresividad, estrés, hipertensión, aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, gastritis, baja en el rendimiento laboral e intelectual y hasta impotencia".

El último editorial de Clarín apoya esta decisión con un "Ojalá". Ya una de las escuelas ganadoras de las Olimpiadas Ambientales locales del año pasado había propuesto "Menos ruido, más calidad de vida" (Alumnos de 6° grado de la Escuela 21, Parque Avellaneda) tratando de combatir la contaminación sonora que padece su barrio a causa de la Autopista 25 de Mayo y de las avenidas vecinas más concurridas.

La importancia de la reglamentación de esta ley inédita para la Ciudad de Buenos Aires y de su cumplimiento no redunda solo en la salud y en la garantía del derecho a un ambiente sano, sino que demostraría que la ciudadanía puede mejorar aprender a respetarse y escucharse cada vez un poco más.

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