La causa que llevó a la temática ambiental, unida a un conflicto diplomático entre Argentina y Uruguay, a las primeras planas de los diarios daría un paso importante en contra de las intenciones de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú. Luego del anuncio de relocalización de Ence hace meses, la pastera Botnia finalmente comenzaría a operar entre agosto y septiembre de este año, cuando ya la noticia tiene menos cobertura en los medios.
Mientras tanto, en Nueva York, donde están reunidas las autoridades de la Cancillería de ambos países con el mediador español, parece que el único acuerdo es que no hay acuerdo. Argentina no toma ninguna medida contra lo que los medios uruguayos llaman los "piqueteros ambientalistas" mientras que el país vecino no intercederá en la puesta en funcionamiento de la planta, trasnformada por el gobierno en una causa nacional, como aquí lo hizo la Asamblea.
Por su parte, no hay avances en nuevos acuerdos científicos sobre la tecnología de las plantas, a la vez que al menos los ciudadanos de Gualeguaychú lograron contrarrestar el efecto nocivo de dos mega plantas funcionando a poca distancia. Este era uno de los argumentos del año pasado, la falta de una evaluación de impacto ambiental conjunta. Mucho menos, hay avances en consensos sociales sobre el modelo de territorio que se quiere para la ribera del Río Uruguay.
La postura argentina continúa en la acusación de que las autoridades orientales no cumplieron con el Tratado del Río Uruguay que contempla la utilización de este bien compartido. Por su parte, la secretaría de Medio Ambiente argentina clausuró una planta productora y recicladora de papel ubicada en Entre Ríos, en la localidad de Ibicuy, sospechada de contaminación aunque sobre el río Paraná.
Según se informó, se busca que las empresas adopten un "plan de reconversión de sus procesos productivos, a fin de que su actividad sea amigable con el medio ambiente". Esta medida, entre otras, había sido propuesta hace casi un año por la organización Greenpeace, en una amplia propuesta para una materia en la que el gobierno argentino todavía está aplazado.
La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, que había mostrado su apoyo a Romina Picolotti, realizará el Primer Fogón Ambiental mañana frente a la Embajada de Finlandia, mostrando los productos regionales que se perderían con la contaminación. Paradoja del destino, un artículo de La Nación revela que el turismo creció en la ciudad entrerriana por visitantes que vienen a interesarse por la causa ambientalista.
Sin dudas, la victoria que nadie podrá dudar es la instalación de la temática de la conciencia ambiental entre la ciudadanía. "Es una pena que este lugar bello se estropee con la contaminación de una pastera. Yo visité estas playas hace dos años y enfrente no había nada. Cuando llegué ahora me quedé asombrado, ya se pueden ver las chimeneas y está todo listo. Es una pena", es el testimonio de uno de los turistas interesados en el conflicto.
Mientras tanto, en Nueva York, donde están reunidas las autoridades de la Cancillería de ambos países con el mediador español, parece que el único acuerdo es que no hay acuerdo. Argentina no toma ninguna medida contra lo que los medios uruguayos llaman los "piqueteros ambientalistas" mientras que el país vecino no intercederá en la puesta en funcionamiento de la planta, trasnformada por el gobierno en una causa nacional, como aquí lo hizo la Asamblea.
Por su parte, no hay avances en nuevos acuerdos científicos sobre la tecnología de las plantas, a la vez que al menos los ciudadanos de Gualeguaychú lograron contrarrestar el efecto nocivo de dos mega plantas funcionando a poca distancia. Este era uno de los argumentos del año pasado, la falta de una evaluación de impacto ambiental conjunta. Mucho menos, hay avances en consensos sociales sobre el modelo de territorio que se quiere para la ribera del Río Uruguay.
La postura argentina continúa en la acusación de que las autoridades orientales no cumplieron con el Tratado del Río Uruguay que contempla la utilización de este bien compartido. Por su parte, la secretaría de Medio Ambiente argentina clausuró una planta productora y recicladora de papel ubicada en Entre Ríos, en la localidad de Ibicuy, sospechada de contaminación aunque sobre el río Paraná.
Según se informó, se busca que las empresas adopten un "plan de reconversión de sus procesos productivos, a fin de que su actividad sea amigable con el medio ambiente". Esta medida, entre otras, había sido propuesta hace casi un año por la organización Greenpeace, en una amplia propuesta para una materia en la que el gobierno argentino todavía está aplazado.
La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, que había mostrado su apoyo a Romina Picolotti, realizará el Primer Fogón Ambiental mañana frente a la Embajada de Finlandia, mostrando los productos regionales que se perderían con la contaminación. Paradoja del destino, un artículo de La Nación revela que el turismo creció en la ciudad entrerriana por visitantes que vienen a interesarse por la causa ambientalista.
Sin dudas, la victoria que nadie podrá dudar es la instalación de la temática de la conciencia ambiental entre la ciudadanía. "Es una pena que este lugar bello se estropee con la contaminación de una pastera. Yo visité estas playas hace dos años y enfrente no había nada. Cuando llegué ahora me quedé asombrado, ya se pueden ver las chimeneas y está todo listo. Es una pena", es el testimonio de uno de los turistas interesados en el conflicto.
Comentarios
Sería catastrófico que la pastera empiece a funcionar en un mes; a pesar de todo, yo sigo pensando que el pueblo parará a estos monstruos.
Saludos,
Anahí M. Llanes.