"Hay que ponerle garra" había dicho un representante de la comunidad wichi y un correntino que hoy vive en González Catán lo repitió en el plenario final del 1º Encuentro Ambientalista Nacional. "En este momento histórico coordinemos nuestros esfuerzos" se leía en una de las pantallas colocadas en el anexo del Congreso donde se realizó la reunión convocada por la APEVU (Asamblea Permanente por los Espacios Verdes Urbanos) y la RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista).
La presencia de los habitantes originarios del territorio fue la más aplaudida y quedó en el aire un consenso por apoyar su causa como una prioridad dentro de esta nueva gran unión, en un contexto en que las imágenes de tobas en desnutrición conmueven desde la televisión. "¿Quién mejor que nosotros, pueblos milenarios, para cuidar las tierras?", expresó un wichi entre sollozos que contagiaban por la emoción de un grupo primero casi exterminado y hoy marginado por la civilización.
"La cultura wichi está de pie", se escuchó entre los aplausos, el hombre representante de las comunidades de Carboncito, Misión Chaqueña, Misión Salim y Esperanza denunció que se está exportando el palo santo pero que mientras para unos significa plata, para otros es hambre. Para luchar existe la misma garra que aún no perdió el yaguareté, uno de los animales amenazados por "estos grandes empresarios que están talando los bosques", por lo que llamó a votar por la iniciativa lanzada por Greenpeace y otras organizaciones para la sanción de la Ley de Bosques Nativos, que también tuvo un fuerte apoyo en el plenario.
La problemática ya había sido informada por El Ciudadano.net: "Las comunidades wichí, toba, chorote y chulupí de los departamentos salteños de Rivadavia, San Martín y Orán expusieron la `apremiante situación de violación de los derechos humanos y ambientales´”. El articulo explica que la destrucción del bosque los priva de "frutos y fauna del monte, miel, plantas medicinales y alimenticias, caza, pesca, leña, carbón", la base de una existencia en armonía con su medio ambiente como se hizo por siglos.
Encuentro. El Encuentro contó con una gran cantidad de oradores en su programa, muchos de los cuales debieron aprender a hablar con brevedad de cinco minutos para dar lugar a más de 80 expositores que expusieron sus problemáticas socioambientales. La mesa principal presentó las temáticas del encuentro que se repetirían en los dos días: minería contaminante a cielo abierto, modelo sojero y deforestación, contaminación de las cuencias y urbanismo salvaje.
Después de escuchar por boca de la Asociación Civil La Lecherita del Sur la situación en la que viven los habitantes de la Villa 21/24 en la Cuenca del Riachuelo, el vocero de los Vecinos Indignados de Vicente López reconoció que su problema no es tan dramático. No se trata de dejar de luchar por las cuestiones menos urgentes, pero parece un buen paso para entender cuáles son las prioridades en un país donde los conflictos socioambientales se multiplican, los funcionarios no funcionan y es necesario que la fuerza de la unión logre dar sus primeros pasos.
La presencia de los habitantes originarios del territorio fue la más aplaudida y quedó en el aire un consenso por apoyar su causa como una prioridad dentro de esta nueva gran unión, en un contexto en que las imágenes de tobas en desnutrición conmueven desde la televisión. "¿Quién mejor que nosotros, pueblos milenarios, para cuidar las tierras?", expresó un wichi entre sollozos que contagiaban por la emoción de un grupo primero casi exterminado y hoy marginado por la civilización.
"La cultura wichi está de pie", se escuchó entre los aplausos, el hombre representante de las comunidades de Carboncito, Misión Chaqueña, Misión Salim y Esperanza denunció que se está exportando el palo santo pero que mientras para unos significa plata, para otros es hambre. Para luchar existe la misma garra que aún no perdió el yaguareté, uno de los animales amenazados por "estos grandes empresarios que están talando los bosques", por lo que llamó a votar por la iniciativa lanzada por Greenpeace y otras organizaciones para la sanción de la Ley de Bosques Nativos, que también tuvo un fuerte apoyo en el plenario.
La problemática ya había sido informada por El Ciudadano.net: "Las comunidades wichí, toba, chorote y chulupí de los departamentos salteños de Rivadavia, San Martín y Orán expusieron la `apremiante situación de violación de los derechos humanos y ambientales´”. El articulo explica que la destrucción del bosque los priva de "frutos y fauna del monte, miel, plantas medicinales y alimenticias, caza, pesca, leña, carbón", la base de una existencia en armonía con su medio ambiente como se hizo por siglos.
Encuentro. El Encuentro contó con una gran cantidad de oradores en su programa, muchos de los cuales debieron aprender a hablar con brevedad de cinco minutos para dar lugar a más de 80 expositores que expusieron sus problemáticas socioambientales. La mesa principal presentó las temáticas del encuentro que se repetirían en los dos días: minería contaminante a cielo abierto, modelo sojero y deforestación, contaminación de las cuencias y urbanismo salvaje.
Después de escuchar por boca de la Asociación Civil La Lecherita del Sur la situación en la que viven los habitantes de la Villa 21/24 en la Cuenca del Riachuelo, el vocero de los Vecinos Indignados de Vicente López reconoció que su problema no es tan dramático. No se trata de dejar de luchar por las cuestiones menos urgentes, pero parece un buen paso para entender cuáles son las prioridades en un país donde los conflictos socioambientales se multiplican, los funcionarios no funcionan y es necesario que la fuerza de la unión logre dar sus primeros pasos.
Comentarios