Frente a la cancha de San Lorenzo y con dos grandes chimeneas casi vírgenes como vecinas, está emplazada la Planta cuya propiedad es del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Operada en comodato por cinco años por la Cooperativa Ecológica de Recicladores del Bajo Flores (CERBAF), se jacta de contar con tecnología nacional de avanzada y un predio de casi una hectárea aunque trabaja muy por debajo de su capacidad: por día, recibe 3,5 toneladas de residuos de los que recupera solo 2 cuando podría tratar hasta 100 ó 120 toneladas diarias.
¿Cómo se entiende esto si la Ciudad genera alrededor de 5.000 toneladas de residuos sólidos por día según cifras oficiales? Alrededor del 30 por ciento podría reciclarse en vez de terminar en un relleno sanitario: este cálculo daría 1.500 toneladas que podrían derivarse a plantas como la anteriormente mencionada en otros centros verdes, pero la realidad es muy distinta.
Recorrido por la planta. Aníbal De Leonardis, encargado técnico, mostró las instalaciones, su funcionamiento y su historia. El predio era un depósito municipal de muebles en desuso que, acondicionado y equipado por el gobierno local, se transformó hoy en un centro de acopio y enfardado de residuos que pueden reinsertarse en la industria: cartón, papel, plásticos, vidrio y metales.
Desde junio de 2006 recibe "material diferenciado a granel", en el marco de la Resolución 50 de la reglamentación de la Ley de Basura Cero que convoca a los edificios de más de 19 pisos, hoteles de cuatro y cinco estrellas y grandes edificios públicos a separar en origen los residuos sólidos de los líquidos para su recuperación y reciclado. Sin embargo, dado que la mayoría de los edificios de estas características entran en la jurisdicción de otros centros verdes, la planta recibe poco volumen de residuos.
Quizá por ese motivo, recientemente se le agregaron los provenientes de los contenedores de tapa naranja implementados en diversos barrios pero los resultados no son del todo satisfactorios. Si bien De Leonardis elogió la eficiencia lograda por la empresa de recolección Íntegra, otra es la situación con Cliba: "Tengo que rechazarle tres camiones diarios" porque traen demasiados residuos orgánicos mezclados que dificultan su trabajo.
¿Qué marcó la diferencia entre una y otra experiencia? Aparentemente, la educación. Por dichos del ingeniero, Integra desarrolló una campaña de concientización puerta a puerta junto a los vecinos de su zona de influencia. Sin embargo, la educación ambiental todavía dista de ser el pilar fundamental del programa. Si la separación en origen fuese sistemática en cada hogar, oficina e industria de la Ciudad, la planta podría trabajar a su máxima capacidad y dar trabajo a unas 150 personas más de las que emplea actualmente.
No obstante, habría que sortear además otras dificultades técnicas. Por ejemplo, "la prensa está pensada para una planta piloto" y no permite enfardar material celulósico o plástico con la rapidez y la cantidad que permitiría obtener mejores precios de venta en el mercado.
¿Qué pasa en las megalópolis de otros países? Representantes de cooperativas recicladoras de Bogotá, Montevideo, San Pablo y Buenos Aires brindaron su testimonio de lucha por obtener condiciones dignas de trabajo y el reconocimiento social al servicio público y ambiental que ofrecen.Así compartieron estrategias que abarcaron desde cómo trabajar mancomunadamente y formar redes, hasta cómo tener injerencia en la reglamentación de leyes, lograr la inclusión social, obtener financiamiento externo y competir con las empresas de servicios de limpieza.
En varias disertaciones, resaltó la importancia de dejar de concebir el reciclado como una vía de subsistencia de los marginados para pasar a comprenderlo como una política de desarrollo sustentable sostenida por los sectores público, privado y civil.
La cooperativa Reciclando Sueños de Aldo Bonzi, en La Matanza -que también participó del Foro- representa un ejemplo concreto de esa idea de trabajo sinérgico, descrito ayer por Página 12: "armaron recorridos fijos y buscaron relacionarse con los vecinos. Visitaron organizaciones barriales, ONG y clubes de la zona a los que explicaron la propuesta e incluso hicieron un acto de lanzamiento en la plaza principal, con el respaldo de la intendencia. Además decidieron usar chalecos para identificarse, porque veían que había gente que reaccionaba con miedo. Algunos creían, por ejemplo, que eran ladrones que iban a marcarles las casas para robar".
Reciclando sueños "ya procesa entre el 10 y el 15 por ciento de los residuos domiciliarios del distrito" trabajando en "152 manzanas, en las que viven 16 mil habitantes", dice el artículo del diario. Los logros de este caso bien pueden multiplicarse; residuos reciclables, capacidad laboral y tecnológica están. El temor de los recuperadores urbanos es que los pasos dados hasta el momento queden solo en buenas intenciones cuando cambien los gobernantes de turno.
Desafíos para la nueva administración. Los funcionarios anfitriones del encuentro se justificaron por su corto período de gestión. El director general de Políticas de Reciclado Urbano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Carlos Alberto Pereira, aclaró en un comunicado que su objetivo es "dejar sentadas las bases de una política de reciclado en la ciudad para convertirla en una política de Estado".
Juan Manuel Velasco, ministro de Medio Ambiente porteño, que había prometido durante el Congreso Iberoamericano de Recuperación y Reciclado de RSU la creación de cinco centros de selección, prometió durante el Congreso inaugurar tres centros verdes en lo que resta del año basados en la labor que vienen realizando las siguientes cooperativas:
-Reciclando sueños y Del Oeste en Villa Soldati (con la empresa Nítida)
-El Álamo en Saavedra (Integra)
-El Ceibo en Retiro (CLIBA)
Al gobierno de Macri le corresponderá promover y acompañar la creación de dos centros más a fin de alcanzar las metas de la Ley de Basura Cero. Sin embargo, los recuperadores urbanos temen que los pasos dados hasta el momento queden solo en un gesto de buenas intenciones. Rumores acerca de una posible privatización de la gestión ambiental se suman a viejas declaraciones de Macri que se repiten en los archivos mediáticos: "los cartoneros se roban la basura".
Al menos el Foro permitió intercambiar experiencias y generar mayor conciencia sobre la necesidad de fortalecer las políticas de reciclado con independencia de los gobernantes de turno, algo que podría lograrse si se fortalece la Comisión de seguimiento de la Ley de Basura Cero. También quedó la invitación abierta para el 1º Congreso internacional de Cartoneros que organizarán las cooperativas recicladoras de Colombia en su capital, Bogotá.
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