Como un ritual posmoderno, cientos de personas se acercaron al obelisco para celebrar La Hora del Planeta, el evento global organizado por la WWF que tuvo su capítulo local gracias a la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), en alianza con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando a las 20.30 las luces del monumento se apagaron por sesenta minutos, las velas ardieron en protagonismo ante la mirada reflexiva de los presentes.
Por supuesto que muchas críticas pueden realizarse a esta iniciativa, pero un aspecto positivo debe remarcarse. Luego del gran fracaso que significó en diciembre del año pasado la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático en Copenhague, el acontecimiento de ayer, que contó con el protagonismo de la sociedad civil, pone una luz de esperanza en la oscuridad del problema al que muchos contribuimos: el consumismo.
Glocalización. "La idea en esta hora es concientizar a la gente, a los gobiernos y a las empresas que entre todos podemos hacer algo para que esto cambie", expresó ante ComAmbiental Martín Font, responsable de Comunicación de la FVSA. Otras ciudades se sumaron este año: La Plata, San Fernando del Valle de Catamarca, Santa Fe, Rosario, Mendoza, Bariloche, Simoca (Tucumán) y Ushuaia estuvieron desde la partida apagando monumentos simbólicos y difundiendo la propuesta.
La iniciativa dio su primer paso hace tres años en Australia y este año ya participaron más de 120 paises: "No importa en qué país vivís, porque todos vivimos en el mismo PLANETA", fue una de las consignas de la campaña. “La Hora del Planeta es la oportunidad para que la comunidad global exprese, en una sola voz, su preocupación por el cambio climático”, sintetizó el director ejecutivo de LHP, Andy Ridley.
En casa. Para la Fundación Vida Silvestre, "el hecho de apagar la luz durante una hora NO tiene como objetivo ahorrar energía. Es un acto simbólico, que genera un espacio para pensar en el Planeta y en las consecuencias del accionar humano". Según informó Font, este año se registraron casi 20 mil personas en Argentina: "La idea es que la gente se prenda, que se dé cuenta que estamos consumiendo nuestro mundo, que es uno solo y que hay que cuidarlo con cada una de las acciones que uno pueda".
Entre los muchos tips que se pueden hacer en familia, se mencionó cambiar las lámparas comunes por las de bajo consumo, pero en general el ahorro se puede aplicar también al cuidado del agua, ya que todo está conectado. "Estamos haciendo un uso excesivo de los recursos naturales, en este momento necesitaríamos 1,3 planetas para poder cubrir el consumo que hacemos", agregó el representante de FVSA.
Participación con opinión. Muchas familias se acercaron a disfrutar de las velas encendidas, como el caso de Elizabeth quien le contó a ComAmbiental: "Nos gustó, es una forma de enseñar a los chicos". "Hicimos más las personas comunes que las empresas, nosotros hicimos remeras para los chicos en el jardín para que tomen conciencia pero parece que ellos prefieren tener su cartel iluminado que colaborar", criticó Hernán a las publicidades que siguieron brillando por su no-ausencia.
La red social Facebook fue uno de los espacios privilegiados donde los interesados pudieron difundir la propuesta, aunque el balance para los internautas fue agridulce ya que no vieron la convocatoria que hubieran esperado. Federico González fue uno de quienes comentó en nuestro espacio en ese sentido: "Hubo mucha falta de comunicación, pero enseguida se va a dar cuenta la gente".
Difundir la esperanza. En general, también en el Obelisco quienes más participaron fueron "los convencidos", es decir, quienes ya están concientizados sobre la problemática ambiental. Para que la campaña logre el objetivo de sumar voluntades, en un tema tan complejo de resolver como es el consumismo, hará falta sin dudas el compromiso mayor de la comunicación y de la educación en los niveles formal e informal.
"Apaga la luz, enciende la esperanza", con esta consigna se difundió la convocatoria de La Hora del Planeta. "Prendéte al apagón", fue otro de los lemas que indicaba que en todo el mundo se iba a utilizar menos electricidad para darle un respiro a nuestra atmósfera: un gesto simbólico de preocupación que debería encaminarse hacia una mayor ocupación sobre el tema.
Ver también el artículo de opinión:
"¿Solo una Hora para el Planeta?".
Por supuesto que muchas críticas pueden realizarse a esta iniciativa, pero un aspecto positivo debe remarcarse. Luego del gran fracaso que significó en diciembre del año pasado la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático en Copenhague, el acontecimiento de ayer, que contó con el protagonismo de la sociedad civil, pone una luz de esperanza en la oscuridad del problema al que muchos contribuimos: el consumismo.
Glocalización. "La idea en esta hora es concientizar a la gente, a los gobiernos y a las empresas que entre todos podemos hacer algo para que esto cambie", expresó ante ComAmbiental Martín Font, responsable de Comunicación de la FVSA. Otras ciudades se sumaron este año: La Plata, San Fernando del Valle de Catamarca, Santa Fe, Rosario, Mendoza, Bariloche, Simoca (Tucumán) y Ushuaia estuvieron desde la partida apagando monumentos simbólicos y difundiendo la propuesta.
La iniciativa dio su primer paso hace tres años en Australia y este año ya participaron más de 120 paises: "No importa en qué país vivís, porque todos vivimos en el mismo PLANETA", fue una de las consignas de la campaña. “La Hora del Planeta es la oportunidad para que la comunidad global exprese, en una sola voz, su preocupación por el cambio climático”, sintetizó el director ejecutivo de LHP, Andy Ridley.
En casa. Para la Fundación Vida Silvestre, "el hecho de apagar la luz durante una hora NO tiene como objetivo ahorrar energía. Es un acto simbólico, que genera un espacio para pensar en el Planeta y en las consecuencias del accionar humano". Según informó Font, este año se registraron casi 20 mil personas en Argentina: "La idea es que la gente se prenda, que se dé cuenta que estamos consumiendo nuestro mundo, que es uno solo y que hay que cuidarlo con cada una de las acciones que uno pueda".
Entre los muchos tips que se pueden hacer en familia, se mencionó cambiar las lámparas comunes por las de bajo consumo, pero en general el ahorro se puede aplicar también al cuidado del agua, ya que todo está conectado. "Estamos haciendo un uso excesivo de los recursos naturales, en este momento necesitaríamos 1,3 planetas para poder cubrir el consumo que hacemos", agregó el representante de FVSA.
Participación con opinión. Muchas familias se acercaron a disfrutar de las velas encendidas, como el caso de Elizabeth quien le contó a ComAmbiental: "Nos gustó, es una forma de enseñar a los chicos". "Hicimos más las personas comunes que las empresas, nosotros hicimos remeras para los chicos en el jardín para que tomen conciencia pero parece que ellos prefieren tener su cartel iluminado que colaborar", criticó Hernán a las publicidades que siguieron brillando por su no-ausencia.
La red social Facebook fue uno de los espacios privilegiados donde los interesados pudieron difundir la propuesta, aunque el balance para los internautas fue agridulce ya que no vieron la convocatoria que hubieran esperado. Federico González fue uno de quienes comentó en nuestro espacio en ese sentido: "Hubo mucha falta de comunicación, pero enseguida se va a dar cuenta la gente".
Difundir la esperanza. En general, también en el Obelisco quienes más participaron fueron "los convencidos", es decir, quienes ya están concientizados sobre la problemática ambiental. Para que la campaña logre el objetivo de sumar voluntades, en un tema tan complejo de resolver como es el consumismo, hará falta sin dudas el compromiso mayor de la comunicación y de la educación en los niveles formal e informal.
"Apaga la luz, enciende la esperanza", con esta consigna se difundió la convocatoria de La Hora del Planeta. "Prendéte al apagón", fue otro de los lemas que indicaba que en todo el mundo se iba a utilizar menos electricidad para darle un respiro a nuestra atmósfera: un gesto simbólico de preocupación que debería encaminarse hacia una mayor ocupación sobre el tema.
Ver también el artículo de opinión:
"¿Solo una Hora para el Planeta?".
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