"Asistimos a la expansión de conflictos socioambientales que diseñan una nueva cartografía de las protestas en el continente", sostuvo la reconocida investigadora del CONICET, Maristella Svampa. La declaración se produjo en la conferencia de cierre del II Encuentro Internacional "Teoría y Práctica Política en América Latina. Nuevas derechas e izquierdas en el escenario regional", organizado por las Universidades Nacionales de Mar del Plata y de General Sarmiento.
La presentación del pasado viernes, que llevó el título "Movimientos sociales y gobiernos latinoamericanos: entre el giro ecoterritorial y el neodesarrollismo" propuso un nuevo eje de análisis político, centrado en las contradicciones de los gobiernos progresistas a partir de la continuidad de la economía productivista. Para la socióloga: "La expansión del modelo extractivo exportador en toda América Latina viene de la mano de los altos precios de los commodities".
Continuidades. "La obsesión por el desarrollo recorre el pensamiento latinoamericano", así sintetizó Svampa la idea predominante en las elites de que nuestro continente debe seguir las mismas recetas que los países centrales, es decir, los "desarrollados". Y para ello, tendríamos un tesoro del que se puede disponer para hacer crecer la economía: "En América Latina la cuestión ambiental está muy mal tematizada (...); existe la creencia de que éste es un continente dotado de recursos muy ricos que son inagotables"
Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que la continuidad del modelo extractivista de exportación de "recursos naturales" (minerales o agrícolas) no nos llevó al "progreso" sino que la desigualdad social es un dato que se suma a los crecientes pasivos ambientales. Esto se explica, para la investigadora, por el concepto de "acumulación por desposesión" de David Harvey, en el que existe un nuevo imperialismo a través del cual los países del Norte satisfacen sus demandas de recursos naturales y los países del Sur padecen una "distribución desigual de los conflictos ecológicos" a partir de la "expansión de las fronteras productivas".
En este sentido, cabe señalar que no existieron diferencias sustanciales entre las derechas y las izquierdas, en tanto ambas están imbuidas por este "imaginario del desarrollo" que genera "relatos unificadores". "Más allá de los contextos políticos los imaginarios juegan mucho, en el sentido de que obstaculizan la posibilidad de pensar las consecuencias que trae un determinado modelo de desarrollo", explicó Svampa.
Transformaciones. En el marco de este escenario de continuidad que puede retrotraerse hasta la colonización para llegar al neoliberalismo, existen sin embargo rupturas en este siglo XXI. Para la socióloga argentina: "Los movimientos sociales crearon nuevas demandas que fueron procesadas de modo diferente por los gobiernos" de la región, como demuestran los casos más conservadores de Uruguay, Argentina y Chile y los más progresistas de Bolivia y Ecuador.
Así, se produce una "convergencia entre el lenguaje socioambiental y la matriz comunitaria- indígena" que provoca una ruptura: "se construye ese otro lenguaje en donde la cuestión de ser o no ser ambientalista no se plantea como opción sino más bien como una necesidad ante el avance de un modelo que amenaza con las condiciones de vida y pone en cuestión el pacto intergeneracional".
Uno de los casos más ejemplares es la mega-minería trasnacional, que no hace más que generar a la vez una explotación tanto social como ambiental, a la que se le oponen asambleas donde emerge un "ethos militante más autonomista". Del mismo modo, el avance del modelo extractivista en los pueblos de la Cordillera pone en peligro los modos de vida tradicionales, que en el caso de las comunidades andinas puede condensarse en el "Buen Vivir" en contraposición al deseo de "vivir mejor" que alimenta el consumismo.
Síntesis. En definitiva, para Svampa, existe una "dificultad de procesar la cuestión ambiental en el marco de gobiernos donde el discurso industrialista es muy fuerte". En el caso de Argentina, "hay una continuidad escandalosa del modelo de apropiación por despojo del que no se habla", como en el caso del veto a la Ley de Glaciares y la represión a la protesta en Andalgalá.
Es nesario, entonces, "subrayar la curiosa paradoja que se da en América Latina" en la que "un escenario rico para pensar de manera diferente las relaciones entre economía y sociedad" se contrapone con "la dinámica de explotación que adoptan los distintos gobiernos que hoy caracterizan a la región". Se trata, sin dudas, de un desafío para los investigadores, a la vez que de los propios movimientos sociales que luchan para lograr que el discurso ambientalista se ponga en práctica.
Svampa profundiza en la importancia del imaginario desarrollista.
Video: Mar del Plata, viernes 5 de marzo (ComAmbiental).
La presentación del pasado viernes, que llevó el título "Movimientos sociales y gobiernos latinoamericanos: entre el giro ecoterritorial y el neodesarrollismo" propuso un nuevo eje de análisis político, centrado en las contradicciones de los gobiernos progresistas a partir de la continuidad de la economía productivista. Para la socióloga: "La expansión del modelo extractivo exportador en toda América Latina viene de la mano de los altos precios de los commodities".
Continuidades. "La obsesión por el desarrollo recorre el pensamiento latinoamericano", así sintetizó Svampa la idea predominante en las elites de que nuestro continente debe seguir las mismas recetas que los países centrales, es decir, los "desarrollados". Y para ello, tendríamos un tesoro del que se puede disponer para hacer crecer la economía: "En América Latina la cuestión ambiental está muy mal tematizada (...); existe la creencia de que éste es un continente dotado de recursos muy ricos que son inagotables"
Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que la continuidad del modelo extractivista de exportación de "recursos naturales" (minerales o agrícolas) no nos llevó al "progreso" sino que la desigualdad social es un dato que se suma a los crecientes pasivos ambientales. Esto se explica, para la investigadora, por el concepto de "acumulación por desposesión" de David Harvey, en el que existe un nuevo imperialismo a través del cual los países del Norte satisfacen sus demandas de recursos naturales y los países del Sur padecen una "distribución desigual de los conflictos ecológicos" a partir de la "expansión de las fronteras productivas".
En este sentido, cabe señalar que no existieron diferencias sustanciales entre las derechas y las izquierdas, en tanto ambas están imbuidas por este "imaginario del desarrollo" que genera "relatos unificadores". "Más allá de los contextos políticos los imaginarios juegan mucho, en el sentido de que obstaculizan la posibilidad de pensar las consecuencias que trae un determinado modelo de desarrollo", explicó Svampa.
Transformaciones. En el marco de este escenario de continuidad que puede retrotraerse hasta la colonización para llegar al neoliberalismo, existen sin embargo rupturas en este siglo XXI. Para la socióloga argentina: "Los movimientos sociales crearon nuevas demandas que fueron procesadas de modo diferente por los gobiernos" de la región, como demuestran los casos más conservadores de Uruguay, Argentina y Chile y los más progresistas de Bolivia y Ecuador.
Así, se produce una "convergencia entre el lenguaje socioambiental y la matriz comunitaria- indígena" que provoca una ruptura: "se construye ese otro lenguaje en donde la cuestión de ser o no ser ambientalista no se plantea como opción sino más bien como una necesidad ante el avance de un modelo que amenaza con las condiciones de vida y pone en cuestión el pacto intergeneracional".
Uno de los casos más ejemplares es la mega-minería trasnacional, que no hace más que generar a la vez una explotación tanto social como ambiental, a la que se le oponen asambleas donde emerge un "ethos militante más autonomista". Del mismo modo, el avance del modelo extractivista en los pueblos de la Cordillera pone en peligro los modos de vida tradicionales, que en el caso de las comunidades andinas puede condensarse en el "Buen Vivir" en contraposición al deseo de "vivir mejor" que alimenta el consumismo.
Síntesis. En definitiva, para Svampa, existe una "dificultad de procesar la cuestión ambiental en el marco de gobiernos donde el discurso industrialista es muy fuerte". En el caso de Argentina, "hay una continuidad escandalosa del modelo de apropiación por despojo del que no se habla", como en el caso del veto a la Ley de Glaciares y la represión a la protesta en Andalgalá.
Es nesario, entonces, "subrayar la curiosa paradoja que se da en América Latina" en la que "un escenario rico para pensar de manera diferente las relaciones entre economía y sociedad" se contrapone con "la dinámica de explotación que adoptan los distintos gobiernos que hoy caracterizan a la región". Se trata, sin dudas, de un desafío para los investigadores, a la vez que de los propios movimientos sociales que luchan para lograr que el discurso ambientalista se ponga en práctica.
Svampa profundiza en la importancia del imaginario desarrollista.
Video: Mar del Plata, viernes 5 de marzo (ComAmbiental).
Comentarios
Saludos!
Muchas gracias!
ComAmbiental es un medio periodístico y como tal busca difundir también las ideas académicas, pero sin que el espacio nos alcance para desarrollar todo el contenido.
De todos modos, por supuesto que estamos disponibles para que los más interesados puedan seguir investigando al respecto.
En este caso, no tenemos todo el registro en video pero si apuntes escritos. En todo caso lo podemos charlar por e-mail (ver contacto). (O en los próximos días estaremos ampliando por esta vía).
Sino la otra posiblidad es acceder directamente a los libros. Aquí pueden encontrar su obra bibliográfica, de la que recomendamos los dos primeros libros:
http://www.maristellasvampa.net/publicaciones.shtml
Recomendamos también el siguiente artículo on-line:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal24/02svampa.pdf
Saludos! Y esperamos les hayan servido estos datos. Nos mantemos en contacto.