Los dos artículos publicados este fin de semana tienen un punto en común además de tratar temáticas relegadas en la agenda ambiental: la falta de planificación por parte del gobierno para el desarrollo sustentable. Es decir, promover una economía que esté en armonía con el ambiente de modo tal que no impacte negativamente sobre él o sobre la sociedad. A veces, proyectos que pueden parecer rentables en el ahora, son perjudiciales a largo plazo.
Esto parece ser lo que pasó en el caso de la inundación en el norte salteño, donde hubo desidia para no relacionar como era debido las talas de bosques con su impacto en el medio por la falta de un regulador del clima con la ausencia de obras de ingeniería para estar alertas ante una situación de complejidad.
Un hecho que sobrepasa a los gobiernos provincial y nacional pero que también es parte de su responsabilidad influyó notoriamente. El cambio climático provocado por la emisión de dióxido de carbono genera los aumentos de lluvias en la zona a través del fenómeno de "La Niña" que creció.
Aquí es donde una historia se une con la otra. Porque las plantas eléctricas de ciclos combinados que anunció el gobierno funcionarán con gas natural: un hidrocarburo que contribuye, aunque de menor manera, el calentamiento global. Una energía no renovable que no piensa en el futuro.
Tampoco el Plan Energético Nacional que rige las acciones del gobierno desde el 2004 al 2008 da esperanzas al respecto. Todavía la cuestión central está en el recurso del gas. De las alternativas, mejor ni acordarse. La energía hidroeléctrica, con Yacyretá, y la nuclear, con Atucha II, están en los planes de la Secretaría de Energía, que oscila entre el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Públicas y Servicios, y el de Economía.
¿Existe un futuro para el Medio Ambiente?
Este artículo parece acercar distancias con la nota de La Nación que criticaba la -intrascendente- agenda nacional para el medio ambiente. Sin embargo, ComAmbiental cree que también es necesario reflexionar sobre la responsabilidad del periodismo en el tema. En la misma línea, la opinión pública, excepción hecha del fenómeno de las pasteras, tampoco parece interesarse demasiado en el tema.
Más aún, en nuestro país parece difícil planificar en el largo plazo, algo indispensable si se quiere diseñar un desarrollo sustentable. La sociedad en su conjunto busca resultados a corto plazo y solo ve un presente extendido en mayor o menor medida a unos años hacia el pasado y el futuro. Le falta memoria y le falta proyección.
En el ámbito político, si un funcionario propusiera un programa que supere el tiempo de su mandato sería incomprendido. ¿A menos que se sepa con seguridad de su relección? ¿Pasa eso con el presidente Néstor Kirchner? Si es así, las perspectivas son aún menores, porque al menos en previsión de desastres y provisión energética, por lo visto, las cosas no andan muy bien.
Y el súper ministro de Planificación, Julio De Vido, debería preocuparse menos por acumular poder y más por hacerle honor al nombre de su cargo. Planificación: ¿Dónde estás? Si no se piensan medios para el Medio, no habrá un buen ambiente en la Argentina del futuro.
SECCIÓN: Comunicación
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