
El Riachuelo es hoy el centro de la atención pública sobre política ambiental. Ante esto, en principio, solo podemos realizar un gesto de aprobación: unos años atrás era impensable que la agenda nacional dejara algunos espacios libres a la materia ambiental. Sin embargo, más allá de este logro, ¿estamos haciendo las cosas bien?
Los pasos dados son, a no dudarlo, fundamentales. Desde lo que hace meses atrás ComAmbiental llamó "Efecto Papeleras", concepto que repite un muy completo informe de Noticias Urbanas, el gobierno, la opinión pública y los medios se sumaron al trabajo que venían haciendo en solitario las ONGs. Claro, todavía esperan su turno problemáticas como los agronegocios o las mineras, pero es un comienzo.
Esta semana se sumó una nueva controversia en el tema Riachuelo con la sanción de la Emergencia Ambiental por la Legislatura Porteña. Es esto lo que nos hace dudar: ¿por qué una medida tan favorable puede traer problemas en el sector político? La respuesta en una columna de Clarín es muy dura: "la política está tan contaminada como el Riachuelo". ¿Es tan así?
Las explicaciones que se contaron en los diarios hablan de que los proyectos aprobados tenían consenso de todos los partidos y que los mismos habían comenzado a principio de año. Con el fallo de la Corte Suprema el 20 de junio el proceso se aceleró. Pero ahora, al parecer, el kirchnerismo porteño quería esperar un lanzamiento conjunto del plan de saneamiento entre la ciudad, la provincia y la nación.
"La actitud del Gobierno nacional en el tema ambiental dio un vuelco a partir de lo de las papeleras. La semana va a presentar una Ley nacional mucho más abarcativa que lo que se consensuó en la Comisión, por eso decidimos que lo mejor era esperar", declaró Diego Kravetz, jefe de la bancada del Frente para La Victoria a Clarín.
En La Nación apareció el testimonio más duro contra el kirchnerismo: "El bloque kirchnerista trató de demorar la sesión con chicanas infantiles, homenajes, consideraciones sin ningún tipo de conexión, intentando que se cayera la sesión. Y al momento del tratamiento se esgrimieron argumentos sin sentido. Sin embargo, perdieron", manifestó Marcelo Godoy, diputado macrista.
Hace dos semanas hubo un cruce entre el líder del PRO, Mauricio Macri, y Romina Picolotti, secretaria de Medio Ambiente nacional, que asumió el 7 de julio convencida en que era posible la limpieza del Riachuelo. Si bien en esa oportunidad el debate parecía tener un sentido desde la política ambiental, no se puede decir lo mismo de la última polémica.
“Había una decisión del kirchnerismo para no aprobarlo, estaban esperando un anuncio del Presidente e intentaron demorarlo. Pero la sanción no obsta para que el Presidente pueda dar a conocer su plan, que espero lo haga lo antes posible”, señaló Juan Manuel Velasco (ARI), presidente de la comisión de Ecología a Página 12.
Realmente, si no hay razones escondidas o secretos de Estado latentes, la situación parece tal como la presenta Velasco, un convencido del ambientalismo, y no justifica para nada la negativa a votar un recurso tan importante como es la declaración de Emergencia Sanitaria en el sector porteño afectado al Riachuelo.
Mal estaría entonces Picolotti se estuviese también en contra de este proyecto si el motivo son los celes políticos. Ella, lo dijimos en su momento, es una bocanada de aire fresco, una esperanza proveniente del tercer sector, dentro del escepticismo que generan los políticos tradicionales.
Es muy pronto para juzgar todavía su gestión pero, más allá de los temas en los que se avanzó, quedan en carpeta todavía otros, los ya mencionados como la minería, la soja transgénica o la contaminación de otras fuentes de agua, como el río Reconquista.
Y, más preocupante, en Perfil salió hoy en tapa que el gobierno volvería a alentar un plan de energía nuclear, con los peligros que esto trae, y también sigue incentivando el gasoducto del sur. Son señales a tener en cuenta, donde sería importante que la autoridad ambiental nacional dé su opinión y frene los proyectos que no son acordes con el desarrollo sustentable.
El martes se reunirán Felipe Solá, gobernador bonaerense, y Picolotti, por el tema Riachuelo, realizando un encuentro que se postergó la semana pasada. Deberá haber un rápido acuerdo en el que también esté incluido Jorge Telerman, jefe de gobierno porteño, porque la fecha para la presentación del plan de saneamiento es el miércoles 23 de agosto.
Ahí sí, será la hora de la verdad. Esperemos que estén a la altura de las circunstancias porque en materia ambiental, más que en ninguna otra cosa, es importante la transparencia y el consenso para implementar políticas serias y durareras. Sino, antes que nada, habrá que sanear la contaminación o corrupción en los mismos hombres públicos.
FOTO: comambiental.blogspot.com
SECCIÓN: Política Ambiental , Contaminación hídrica
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