
Cuando el servicio metereológico marca que lloverá hasta el viernes en esa zona del mundo, los vecinos desean que llueva pero no mucho porque, según el blog de Arde Galicia, el agua en el campo debastado puede llevar las cenizas a los ríos y el mar y matar a los mariscos.
Es una de las tantas consecuencias ambientales, y también socioeconómicas, de este desastre no-natural, a la que se le puede agregar, por ejemplo, el gran consumo de agua que se necesitó para saciar tanto fuego.
Hasta hoy, todavía, no se sabe quiénes son los responsables de esta catástrofe ecológica pero es algo en lo que deberá pensarse: en las muertes del incendio y en los criminales ambientales, de los que ya hablamos aquí.
Desde los blogs se pueden leer ya consideraciones importantes, como el país en que se vivía momentos antes de los incendios o todo el análisis sobre el cataclismo de las llamas.
Y también las reflexiones que realizan las principales organizaciones ecologistas de España:
-la denuncia de Greenpeace hacia la política continuista del actual gobierno gallego
-la pérdida de valores ambientales, sociales y económicos según WWF/Adena
-la falta de un plan de ordenamiento territorial que indilga Ecologistas en Acción.
Además, el cambio climático y los incendios forman un peligro círculo vicioso: cuando los bosques se queman se genera una mayor cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera que acelera el calentamiento global mientras que el cambio climático produce condiciones extremas de falta de lluvia, viento y temperaturas altas.
Después de todo esto solo queda desear que vuelva el verde. Porque el verde, además, es esperanza.
Foto: http://www.flickr.com/photos/akin/212767352/
SECCIÓN: Bosques
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