Editorial de la Semana
Tal vez sea todavía pronto para evaluar la gestión de Romina Picolotti frente a la Secretaría de Medio Ambiente, que ahora depende directamente de jefatura de Gabinete de la Nación. Es posible, pero también es cierto que no debería perderse desde la sociedad la perspectiva crítica sobre la política ambiental que adopta el organismo frente a la política general del gobierno de Néstor Kirchner.
Al principio, las perspectivas eran promisorias: se dejaría atrás el bajo perfil de Atilio Savino y se pasaría el mando a una abogada activa del tercer sector en la defensa de los derechos ambientales. Pero sin dudas también surgían dudas como las planteadas en ese entonces por Urgente 24: ¿se podrá desarrollar una agenda ambiental seria más allá de los intereses políticos? ¿Estamos ante el nacimiento de un verdadero y comprometido ekologismo?
Foto: Los 3 mosketeros ekologistas de la causa Riachuelo. Silvia Suárez Arocena de la provincia de Buenos Aires, Romina Picolotti de la Nación y Marcelo Vensentini de la Ciudad Autónoma. Todos para Kirchner, ¿y Kirchner para todos?
Papeleras, Riachuelo ¿y después?
Si hablamos de lo hecho, hay que hablar de la lucha contra las Papeleras de Fray Bentos y el plan de Saneamiento del Riachuelo.
El primer tema fue el que catapultó a Picolotti al gobierno: ella fue la abogada de la causa entrerriana. Sin embargo, su actuación luego del fallo de La Haya no fue muy destacada, por tratar de ver un triunfo donde no lo había y por su discurso nacionalista que se contradice con un ambientalismo sano. Ahora, la problemática es incierta y el pueblo de Gualeguaychú sigue preocupado.
El tema Riachuelo es el que ocupa ahora el primer lugar en la agenda mediática ambiental. Es la gran esperanza del gobierno ya que, como aventuraba el polémico SEPRIN: “Si Picolotti consigue sanear el Riachuelo tenemos presidente para rato”. Es que el efecto sería potente: se trata del símbolo de la contaminación, en un lugar visible para la atención pública, y de paso marcarían un gran contraste con los mil días menemistas.
Más allá de las importantes críticas al plan de saneamiento, quedan aún mayores puntos ciegos: ¿qué pasa con los otros focos de contaminación en la Argentina?
Si solo hablamos de cuencas de agua, hoy en Perfil se publicó una carta de Eduardo Mogni sobre la falta de políticas ambientales que pesa sobre el Río Reconquista (según el propio Julio de Vido, ministro de planificación, "el río más contaminado de la Argentina"). ¿Habrá que esperar una sentencia de la Corte Suprema para que se implemente el funcionamiento del Comité de Cuenca del Río Reconquista?
Tampoco hay todavía señales claras de que se va a trabajar para una industria papelera sustentable, tal y como propone Greenpeace.
La oposición a la política ambiental
La semana pasada se llevaron a cabo las reuniones del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) que busca fijar las prioridades en una agenda ambiental nacional.
Más allá de este aparente marco de armonía, la falta de acuerdos en temas claves es evidente: por ejemplo, el secretario de ambiente de San Juan invitó a Picolotti para que venga a conocer las explotaciones mineras. Esto lo dio a conocer el Diario de Cuyo, del oficialismo minero por excelencia, quien llevó calma al decir que miembros la secretaría de Ambiente Nacional no están en contra de la minería.
La política en este sentido parece ir de la mano del secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, quien citó a Perón para decir que "la realidad es que hay un marco normativo que se está aplicando". Sin embargo, desde Séptima Digital hay versiones contrapuestas, sobre si Picolotti ganará la pulseada, o si Mayoral lo hará.
De todos modos, la secretaría de Minería está en el ministerio de Planificación, de Julio Devido, el mismo que está llevando a cabo la política energética, que Greenpeace criticó fuertemente y de la que Picolotti, tal vez aprendiendo de su primera lección política, todavía no habló. Para sumar turbulencia, desde la ciudad de Córdoba, aunque con cautela, están reclamando el traslado de la planta refinadora de uranio.
Otra vez, el consenso parece darse solo en temas de alto rating como las Papeleras de Fray Bentos y la contaminación del Riachuelo, por lo que la afinidad es segura con las provincias y la ciudad de Buenos Aires y Entre Ríos. Pero más allá, donde debe hablarse de deforestación y minería, parece haber un silencio infranqueable.
Política ambiental a futuro
Hasta ahora los tres mosketeros ekologistas contra la contaminación del Riachuelo confían en Kirchner como su D´Artagnan porque su lucha es común. Todos para uno pero... ¿El presidente mantendrá la grandeza para compartir su poder para una política ambiental activa en todos los sectores del gobierno y en todas las provincias?
El medio ambiente entró en el juego político, eso es bueno si se considera que parece que solo así pueden empezar a solucionarse los graves problemas que tiene el país. El lado negativo es que si se entra de lleno en este ámbito puede perderse de vista que el ambiente es uno solo y que necesita más que ningún otro campo de políticas coherentes y sostenidas en el tiempo.
Lo cierto es que Picolotti no es una política de escuela sino que proviene del tercer sector. Y surgen entonces los interrogantes: ¿El Estado Nacional está contra toda fuente de contaminación o solo con la que ensucia los votos de la relección kirchnerista? ¿Podrá Picolotti plantear un proyecto autónomo de política ambiental que no tenga que acomodarse a los intereses del kircherismo de primera hora?
SECCIÓN: Política ambiental , Minas , Contaminación hídrica
Tal vez sea todavía pronto para evaluar la gestión de Romina Picolotti frente a la Secretaría de Medio Ambiente, que ahora depende directamente de jefatura de Gabinete de la Nación. Es posible, pero también es cierto que no debería perderse desde la sociedad la perspectiva crítica sobre la política ambiental que adopta el organismo frente a la política general del gobierno de Néstor Kirchner.
Al principio, las perspectivas eran promisorias: se dejaría atrás el bajo perfil de Atilio Savino y se pasaría el mando a una abogada activa del tercer sector en la defensa de los derechos ambientales. Pero sin dudas también surgían dudas como las planteadas en ese entonces por Urgente 24: ¿se podrá desarrollar una agenda ambiental seria más allá de los intereses políticos? ¿Estamos ante el nacimiento de un verdadero y comprometido ekologismo?
Foto: Los 3 mosketeros ekologistas de la causa Riachuelo. Silvia Suárez Arocena de la provincia de Buenos Aires, Romina Picolotti de la Nación y Marcelo Vensentini de la Ciudad Autónoma. Todos para Kirchner, ¿y Kirchner para todos?
Papeleras, Riachuelo ¿y después?
Si hablamos de lo hecho, hay que hablar de la lucha contra las Papeleras de Fray Bentos y el plan de Saneamiento del Riachuelo.
El primer tema fue el que catapultó a Picolotti al gobierno: ella fue la abogada de la causa entrerriana. Sin embargo, su actuación luego del fallo de La Haya no fue muy destacada, por tratar de ver un triunfo donde no lo había y por su discurso nacionalista que se contradice con un ambientalismo sano. Ahora, la problemática es incierta y el pueblo de Gualeguaychú sigue preocupado.
El tema Riachuelo es el que ocupa ahora el primer lugar en la agenda mediática ambiental. Es la gran esperanza del gobierno ya que, como aventuraba el polémico SEPRIN: “Si Picolotti consigue sanear el Riachuelo tenemos presidente para rato”. Es que el efecto sería potente: se trata del símbolo de la contaminación, en un lugar visible para la atención pública, y de paso marcarían un gran contraste con los mil días menemistas.
Más allá de las importantes críticas al plan de saneamiento, quedan aún mayores puntos ciegos: ¿qué pasa con los otros focos de contaminación en la Argentina?
Si solo hablamos de cuencas de agua, hoy en Perfil se publicó una carta de Eduardo Mogni sobre la falta de políticas ambientales que pesa sobre el Río Reconquista (según el propio Julio de Vido, ministro de planificación, "el río más contaminado de la Argentina"). ¿Habrá que esperar una sentencia de la Corte Suprema para que se implemente el funcionamiento del Comité de Cuenca del Río Reconquista?
Tampoco hay todavía señales claras de que se va a trabajar para una industria papelera sustentable, tal y como propone Greenpeace.
La oposición a la política ambiental
La semana pasada se llevaron a cabo las reuniones del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) que busca fijar las prioridades en una agenda ambiental nacional.
Más allá de este aparente marco de armonía, la falta de acuerdos en temas claves es evidente: por ejemplo, el secretario de ambiente de San Juan invitó a Picolotti para que venga a conocer las explotaciones mineras. Esto lo dio a conocer el Diario de Cuyo, del oficialismo minero por excelencia, quien llevó calma al decir que miembros la secretaría de Ambiente Nacional no están en contra de la minería.
La política en este sentido parece ir de la mano del secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, quien citó a Perón para decir que "la realidad es que hay un marco normativo que se está aplicando". Sin embargo, desde Séptima Digital hay versiones contrapuestas, sobre si Picolotti ganará la pulseada, o si Mayoral lo hará.
De todos modos, la secretaría de Minería está en el ministerio de Planificación, de Julio Devido, el mismo que está llevando a cabo la política energética, que Greenpeace criticó fuertemente y de la que Picolotti, tal vez aprendiendo de su primera lección política, todavía no habló. Para sumar turbulencia, desde la ciudad de Córdoba, aunque con cautela, están reclamando el traslado de la planta refinadora de uranio.
Otra vez, el consenso parece darse solo en temas de alto rating como las Papeleras de Fray Bentos y la contaminación del Riachuelo, por lo que la afinidad es segura con las provincias y la ciudad de Buenos Aires y Entre Ríos. Pero más allá, donde debe hablarse de deforestación y minería, parece haber un silencio infranqueable.
Política ambiental a futuro
Hasta ahora los tres mosketeros ekologistas contra la contaminación del Riachuelo confían en Kirchner como su D´Artagnan porque su lucha es común. Todos para uno pero... ¿El presidente mantendrá la grandeza para compartir su poder para una política ambiental activa en todos los sectores del gobierno y en todas las provincias?
El medio ambiente entró en el juego político, eso es bueno si se considera que parece que solo así pueden empezar a solucionarse los graves problemas que tiene el país. El lado negativo es que si se entra de lleno en este ámbito puede perderse de vista que el ambiente es uno solo y que necesita más que ningún otro campo de políticas coherentes y sostenidas en el tiempo.
Lo cierto es que Picolotti no es una política de escuela sino que proviene del tercer sector. Y surgen entonces los interrogantes: ¿El Estado Nacional está contra toda fuente de contaminación o solo con la que ensucia los votos de la relección kirchnerista? ¿Podrá Picolotti plantear un proyecto autónomo de política ambiental que no tenga que acomodarse a los intereses del kircherismo de primera hora?
SECCIÓN: Política ambiental , Minas , Contaminación hídrica
Comentarios
es muy posible que no se logre, pero si cada uno aporta un granito de arena , hasta en lo mas simple, como tirar el boleto del colectivo en los tachos, o como no usar en mnenor cantidad aerosol, que daña la capa de ozono, las costumbres se modificaran y lograremos sentirlo como nuestra responsabilidad.
Por eso tratamos de hacer un periodismo que informe y que conforme una opinión pública con conciencia ecológica.
Eso también se logra, como dicen ustedes, con los pequeños - grandes actos de cada día.